La muestra "Los artistas del pueblo. 1920-1930" que acaba de inaugurar en espacio Imago, reúne más de 140 obras entre pinturas, grabados, dibujos y esculturas del "primer grupo de arte social en la Argentina", integrado por José Arato, Adolfo Bellocq, Guillermo Facio Hebequer, Abraham Vigo y Agustín Riganelli. La exposición aborda no sólo la vasta producción artística del grupo -que provenía de sectores populares, adhería a las ideologías de la época y entendía el arte como un modo de intervenir en la sociedad- sino también la importancia que tuvo en el desarrollo del arte argentino del siglo XX.
"Ellos formaron el primer grupo de arte social en la Argentina -enfatiza el curador de la muestra, Miguel Angel Muñoz, en una entrevista con Télam-. Son artistas con una militancia política, que desarrollan un programa. Una actitud novedosa para 1920, que después, a lo largo del siglo, va a ser una constante".
"Al lado de ellos -ejemplifica- 'Sin pan y sin trabajo', la famosa obra de Ernesto de la Cárcova es también una obra social pero que hizo entre muchas otras obras, porque De la Cárcova no tenía un programa social, sino uno artístico, en cambio estos artistas sí lo tenían; lo que después harían Demetrio Urruchúa, Antonio Berni o Carlos Castagnino".
Estos artistas son los mismos que en 1920 se vincularon con los escritores del Grupo de Bodeo (entre quienes destacan Elías Castelnuovo, Alvaro Yunque y Leónidas Barletta), junto a los que combatieron por un arte social comprometido con los sectores populares.
De este modo, los temas más recurrentes en las pinturas y grabados del grupo fueron los sectores más vulnerables de la sociedad, como los vagabundos, los chicos de la calle, las prostitutas, las mujeres, los trabajadores explotados, el arrabal o la ciudad moderna vista como una Babel, temas que a su vez sirvieron a Muñóz para organizar los ejes de la muestra. Por eso, cada panel que da inicio al recorrido por los distintos subnúcleos de la exposición está acompañado de un texto de alguno de los escritores mencionados, junto a una reproducción de la tapa del número uno de la revista Claridad, en las que todos ellos participaban.
"Como la faceta del grupo es social, la obra de estos artistas del pueblo tiene toda la intención de ser popular, con un sentido socialista. Algunos más otros menos, pero todos militaban en la izquierda, por eso hacen un arte con contenido, porque pretenden, con suerte, intervenir en la cuestión social", describe Muñoz.
"Entendían el arte como un arma de revolución... ¿Utópicos? Si, y un poquitín disparatados -admite- con su mejor intención. Es que la década del 20 fue de mucho esplendor económico en la Argentina, entonces ese discurso de la miseria del trabajador, aunque habría quienes lo sufrían, no fue demasiado apoyado por el pueblo". Durante la recorrida, se puede ver "una reiteración en la temática de la mujer vista como la muchacha joven, como éstas de Arato que son bellísimas -dice Muñoz mientras señala la obra-, las madres de barrio, las mujeres pobres, las viejitas y las prostitutas, algunas tituladas "La mala vida" o "las locas".
"Otro sector vulnerable y al mismo tiempo simpático porque lo han retratado permanentemente es el atorrante, el ciruja, el vagabundo: un anarquista, el tipo que no tiene ley, no tiene familia, hace la suya y que les resulta atractivo ideológicamente".
"Este sector -se entusiasma el curador- está acompañado de un texto de Roberto Arlt titulado justamente 'Los atorrantes de Facio Hebequer', que es nada menos que una aguafuerte porteña del escritor -no tan conocida porque nunca se publicó en las antologías- inspirada en este artista, a quien conoció".
Los artistas del pueblo también hicieron mucha gráfica, donde volcaron sus ideales de revolución social, de militancia política y de rebelión puesta al servicio de publicaciones de izquierda y populares, así como en revistas y libros.
Una vitrina de objetos permite apreciar "Tu historia compañero", un cuadernillo ilustrado que Facio Hebequer vendía a 30 centavos, la tapa que hizo para "Contra" dirigida por Raúl González Tuñón, o el "Martín Fierro" que ilustró por Bellocq.
Es la primera vez que se realiza una retrospectiva tan grande de estos artistas "parte fuerte de la historia del arte argentino", en este caso integrada por obra proveniente de Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo Quinquela Martín y varias colecciones privadas, entre ellas, la de Albino Fernández y la de Ariel Vigo, hijo de Abraham.
Habrá dos encuentros con el curador en abril (el jueves 17 a las 18 y el viernes 25 a las 20) en el marco de la muestra que se podrá visitar hasta el 31 de mayo de lunes a sábados de 12 a 20 en el espacio de arte de Fundación Osde, Suipacha 658, primer piso, con entrada libre y gratuita. (Télam).
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