En estos tiempos electorales, cuando los amigos lectores de "eH!" se juntan para discutir apasionadamente, café mediante, suelen intercambiarse lecturas, además de opiniones, obviamente.
Uno de ellos, en Roca, citó casi de memoria el comienzo de un libro memorable, editado allá por los ´80: “¡Viva la traición! Sofocante o sorprendente, disimulada o confesa, brutal o negociada, esta antigua amante de los políticos se muestra hoy en toda su deslumbrante desnudez.”
¿El título del libro? Elogio de la Traición, de los franceses Yves Roucaute y Denis Jeambar que, su nombre lo explica, es una apología a esa forma de actuar en todos los ámbitos de la vida, más evidentemente en la política.
Tras describir la tipología de los traidores por sus respectivas diferencias, categorías, y calidades, los intelectuales franceses se detienen en una tipologìa, la del traidor relativo.
“La historia no le ofrece un puesto de primer orden, pero su papel en el teatro de la traición no carece de importancia. El traidor relativo ocupa el lugar del traidor histórico o juega sus propios naipes, sin acelerar por ello el movimiento de la historia. Sigue los meandros del tiempo político, sin modificar su curso. Sin embargo, esa es su aspiración."
De más está decir que esta charla de los amigos de "eH!" se dio el viernes último a metros del hotel Bristol, a eso de las 10 cuando se preparaba una conferencia de prensa de unos políticos locales.
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