Por Mercedes Ezquiaga
La intervención del espectador es vital en la muestra "OP_ERA: El cuerpo como Interfase", de las artistas brasileñas Daniela Kutschat y Rejane Cantoni, que reúne una serie de instalaciones audio-táctil visuales que buscan experimentar con las sensaciones y que se puede ver en Espacio Fundación Telefónica.
Las tres obras presentadas en Buenos Aires, que combinan el desarrollo artístico y el tecnológico, pertenecen a un proyecto más amplio que las artistas vienen trabajando desde 1999 y que ya presentaron en varios países del mundo, como una herramienta para la experimentación multisensorial de los conceptos de espacio.
Tres pantallas gigantes en forma de U componen la instalación "Op_era: Sonic Dimension", una suerte de instrumento virtual con cuerdas (que se ven en la pantalla) y que se mueven y generan diversos sonidos a partir del movimiento del espectador.
"Desde los años 80 hay una explosión de artistas que no se especializan más en un campo artístico específico sino que trabajan atravesando todos los medios, artísticos y de comunicación de masas. Se liberaron de los modelos fijos y ahora trabajan en los pasajes, en los límites entre un medio y otro y esa contaminación es lo interesante", señaló a Télam el curador Arlindo Machado.
"Y los trabajos de estas artistas -continuó- son de sinestesia, de cómo sentir el sonido en el cuerpo, en el tacto, o cómo ver al sonido, o cómo oir la imagen, la traducción de una percepción a otra con trabajos que están en los límites", explicó el brasileño Machado, especialista en la investigación de imágenes técnicas.
La segunda instalación, "Op_era: Haptic Wall", es una pared-interfase diseñada para producir estímulos táctiles a partir de datos sonoros, es decir que el espectador se puede apoyar contra la pared y sentir la vibración de su propio sonido, que emite en unos micrófonos. "No crea que exista un trabajo igual -arriesgó Machado-: normalmente, el sonido es para oir, pero sentir el sonido en el cuerpo entero, sentir la vibración es una cosa que sólo los sordos saben; sentir el sonido en el estómago. Esta obra no es visual ni sonora, es táctil", describió.
"Para nosotras, esto es como crear laboratorios a los que la gente pueda entrar, y experimentar lo que allí adentro ocurre", señalaron las artistas Kutschat (investigadora de las relaciones cuerpo-espacio y sistemas digitales) y Cantoni (especialista en sistemas de información).
La tercera pieza, "Op_era: Sonic Interface", es una instalación interactiva diseñada como una escultura sonora tridimensional, donde hay una centena de parlantes chiquitos que reproducen lo que ocurre en las distintas salas y pisos del espacio que alberga la muestra, incluso en la entrada, gracias a micrófonos ocultos en varios lugares. "Escuchas las cosas que están pasando por todos lados, es como si fuera un sistema de vigilancia no visual, y al ser sonoro tu no puedes localizar o cómo saber quién dijo eso o dónde lo dijo; es acústico pero sin lo represivo que implica ver las imágenes de todo eso que está ocurriendo", señaló Machado.
"Esta exposición demuestra que el arte tecnológico o electrónico rescata al público y vuelve a ser para todos, ya que el arte contemporáneo se fue distanciando cada vez más del gran público y se había tornado muy especializado. Espero que este espacio se llene de jóvenes que vean esto como un videogame", imaginó el curador.
La exposición se podrá visitar desde mañana y hasta el 16 de diciembre, de martes a domingo de 14 a 20.30 en el espacio ubicado en Arenales 1540, Capital Federal, con entrada libre y gratuita.
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