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15 » Oct 2009 Consagran a Soulages como el mayor artista francés vivo

Por Ana María Echeverría, desde parís

El parisino Centro Pompidou consagra la mayor retrospectiva que haya jamás dedicado a un artista francés vivo a Pierre Soulages, quien cumplirá 90 años en diciembre próximo, fiel desde su niñez a un solo color: el negro.
A través de un centenar de obras, entre ellas monumentales óleos, la exhibición en el Pompidou confirma que para Soulages el negro no es un color oscuro --ese "vacío sin posibilidades", ese "silencio definitivo", como dijo Wassily Kandinsky-- sino que, por el contrario, está lleno de luz, de poesía.
La retrospectiva, que abrió sus puertas esta semana, hasta el 8 de marzo próximo, pasa revista a 60 años de trabajo, desde 1946 hasta el momento, destacando sobre todo las últimas tres décadas, en las que se dio a conocer como el "pintor del negro y la luz".
Desarrolló sus propias técnicas y materiales, utilizando cuchillos, gruesas brochas, incluso suelas de zapatos, para poder explorar mejor la transparencia y profundidad que descubrió en el negro, que en sus manos parece lleno de infinitas posibilidades, de luz y sonido.


Soulages --nacido en Rodez, sur de Francia, una región plena de sol y luz-- creó en 1979 incluso un vocablo, el "outrenoir" (más allá del negro), que sugiere "otros países, otras formas, otros espacios".
Y sobre todo, "otro espacio mental", explica.
"Amo este color violento que incita a la interioridad", subraya el artista, que se declara un admirador de Rembrandt, que jugó como nadie con la claridad y la oscuridad. Algunos de los polípticos monumentales que cuelgan en el Pompidou no han sido exhibidos nunca. Datan de los últimos diez años.


En algunas de sus obras, el negro aparece mezclado con otros colores, también oscuros, o empastado gruesamente en un lienzo donde ha dejado unos pocos espacios sin pintar.
Algunos cuadros evocan en el visitante la pureza de una caligrafía china. Pero el artista, que nunca se ha identificado con un movimiento artístico o escuela, rechaza esa comparación, subrayando que en su obra es más importante la organización del espacio, la estructura, que la dinámica del gesto.
También rechaza que su trabajo se integre en esa corriente del arte conocida como "abstracción lírica", que para él tiene una dimensión psicológica.
"Lo que importa es la realidad del lienzo pintado: el color, la forma, de donde nacen la luz y el espacio, y el sueño que lleva adentro", dice.
Para confirmar la consagración de Soulages como el mayor artista francés vivo, el museo del Louvre exhibe al mismo tiempo un inmenso lienzo ejecutado por el artista en 2000, que cuelga en el Salón Carré.
Antes que Francia, Rusia rindió en el 2001 un inmenso tributo a Soulages, quien se convirtió en el primer artista vivo que tuvo una exposición en el museo Hermitage de San Petersburgo. Pero a Soulages no parece preocuparle la gloria, ni las retrospectivas.
"Yo estoy siempre pintando", se limita a decir el artista, que asistió a la inauguración de la exposición, vestido, claro, de negro. (AFP)

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