Así opina el arquitecto Rafael Viñoly, quien opina que Uruguay
tiene potencial de polo tecnológico en nuevo esquema global
Uruguay tiene el potencial de convertirse en un polo tecnológico atractivo para una inmigración europea joven y calificada, estimó el arquitecto uruguayo radicado en Nueva York Rafael Viñoly.
Según el arquitecto, cuyo estudio diseñó proyectos en Estados Unidos, Europa, Asia y Medio Oriente, la nueva realidad global crea oportunidades de desarrollo para países que antes estaban alejados de las naciones centrales y Uruguay es un paradigma. Viñoly asegura que el país sudamericano --donde diseñó el nuevo aeropuerto-- "estable y con población de alto nivel educativo", tiene el potencial de convertirse en un polo de atracción para una "inmigración selecta".
"La situación general de la economía mundial abre para el Uruguay unas posibilidades que son históricas y únicas, y que el país debería aprovechar", indica.
"Las ventajas de un país con una legislación y un estado de desarrollo educativo como el que tiene el Uruguay, con una población más o menos estable, con una geografía completamente excepcional y fuera de los conflictos de competencia directa de la región, hoy internacionalmente le abren la posibilidad de convertirse en un lugar de destino de migración controlada".
"Es un lugar donde debería existir la infraestructura para aceptar esa inmigración", dice a la AFP.
"La sinergia entre los distintos centros de interés y posible desarrollo de industrias terciarias y de turismo, y de tantas otras cosas, se puede pensar en una forma más integrada", asegura. Cita el ejemplo de la empresa de software india Tata, instalada en Montevideo con 600 empleados. "Podría haber 50 empresas más con desarrollo en microbiología, genética y tecnología".
Según Viñoly, de 65 años, "la falta de gran desarrollo económico ha ayudado mucho al Uruguay porque le ha evitado recorrer todos los errores que han sucedido en tantos otros países vecinos, y ahora puede tomar un atajo".
Preconizó sin embargo evitar modelos de desarrollo y especulación inmobiliaria como los impulsados en países de América central, que según él atraen a jubilados norteamericanos de poder adquisitivo y nivel cultural moderados.
"Hay que hacer al revés: Uruguay tiene la capacidad de desarrollar una industria del conocimiento que necesite gente joven con un interés intelectual definido y redituable". "Lo único que se requiere es un lugar que tenga las ventajas que tiene el Uruguay.
El tema de la seguridad, por ejemplo, en el Uruguay nunca fue una cosa dramática, es poquísima gente y se puede resolver muy fácilmente". Viñoli asistió el miércoles a la inauguración de su última obra, la Escuela de Arquitectura del City College de Nueva York, una renovación completa sobre una estructura preexistente de los años 50.
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