08 » May 2009 Wolfgang Joop se enojó con sus colegas diseñadores

Por Stefanie Schütte desde BERLIN


El modisto alemán Wolfgang Joop, fundador de la marca internacional JOOP!, ha escrito un libro, trabajado como cocinero y actor y ahora sorprende con una exposición en la que muestra su faceta como artista. En entrevista con dpa reflexiona sobre la evolución de la moda, el arte y "la miseria de los ricos".
La Kunsthalle de Rostock, en el norte de Alemania, abrirá desde el sábado y hasta el 28 de junio "Eternal Love", una exposición que muestra las pinturas, los dibujos, esculturas e instalaciones del polifacético creador, que estudió psicología del márketing y arte.

- Joop, ¿cómo van sus negocios?
- Con la marca "Wunderkind" tenemos mucho que hacer. De hecho, somos una de las únicas empresas que dan muestras de supervivencia. La industria se está desmoronando por todos lados pero nosotros, gracias a Dios, somos un grupo líder en el sector. Tenemos los libros de encargos para el próximo invierno llenos, pero hoy en día es necesario poder prefinanciar cada éxito a largo plazo. Los denominados inversores están arruinados. Sólo se puede observar miseria, la de la gente rica. De verdad, es una auténtica miseria.

- ¿Qué nos espera en la exposición "Eternal Love" de Rostock?
-"No es una muestra biográfica. Es más una instántanea de la creación de Wolfgang Joop. Es un cruce entre la historia de la moda y las artes plásticas. Desarrollé esa idea a raíz del éxito de la colección de verano 2008. Estudié arte, he hecho moda y ahora vuelvo, no lo niego, al arte.

- ¿Dónde está la frontera entre arte y moda?
- "Desde Damien Hirst y Andy Warhol esa frontera es difusa. Lo que hoy se ve en las pasarelas de vanguardia es pura instalación y ya no vestuario.

- ¿Y cómo acepta eso la cliente? ¿quieren las mujeres andar por la calle como si fueran una obra de arte?
-"No, claro que no. A mí me parece patético. Lo que muestran en las pasarelas esos jóvenes diseñadores vanguardistas son instalaciones, en mi opinión. No se me ocurre otra palabra para describirlo. No se interesan por la vida diaria de las mujeres. Yo siempre fui un diseñador de moda interesado en esa rutina femenina. No soy un disañador de grandes actuaciones. Me ocupo más bien de lo que una vez fue el lujo. El lujo era patrimonio de una determinada clase, que no lo exhibía, que lo heredaba. Se llevaba el bolso que había sido de la madre o de la abuela. Lo malo de hoy es que incluso los artículos de lujo se han convertido en algo de usar y tirar. Ya se empieza a hablar incluso del "McLuxury". Se encuentran productos idénticos en todo el mundo. Yo siempre he intentado crear prendas únicas, eso es lo que me ocupa, pero no he intentado hacer de la mujer una obra de arte. La mujer, incluso sin ropa, es ya una obra de arte.

De la agencia DPA

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