Por Yana Marull desde BRASILIA
De la agencia AFP
Un estudio hecho con cerca de 300 presos del sur de Brasil, que revela cómo los ladrones burlan las más obvias medidas de seguridad y cuáles son sus preferencias, ha servido para lanzar llamativos productos como bolsos, ropa, muebles y hasta casas contra el crimen en un país de violentas metrópolis.
El proyecto "diseño contra el crimen", premiado este año por el Instituto Europeo de Innovación y Estrategias Creativas, fue desarrollado conjuntamente por la policía y la escuela profesional de la industria del estado de Paraná (SENAI), al sur de Brasil. Algunas conclusiones rompen con creencias generalizadas.
"Descubrimos que el 71% de los delincuentes prefiere robar casas con muros altos, porque entran sin ser vistos y actúan con más tranquilidad; hasta nosotros policías pensábamos que un muro alto era más seguro", explica a la AFP el coronel de la Policía Militar Roberson Bondaruk, que hizo la investigación.
"También creíamos que las mujeres eran las víctimas favoritas. Descubrimos que el criminal brasileño prefiere robar a hombres, porque piensa que su reacción es más previsible y fría, mientras la mujer puede gritar o atacar", continúa.
De la psicología de los casi 300 ladrones entrevistados surgieron prototipos de chaquetas y pantalones femeninos y masculinos con bolsillos en lugares improbables, bolsos con refuerzos invisibles, casas que no llaman la atención de los ladrones y sillas y mesas para locales públicos con accesorios que permiten resguardar la cartera sin perder el "atractivo" de diseño.
"El principal problema de seguridad pública es el pequeño delito, que llena las comisarías y es la escuela del delincuente; con pequeñas alteraciones se va creando una línea de productos industrializados más inmunizados contra la criminalidad", dice el policía.
El concepto "diseño contra el crimen" ha sido altamente desarrollado en universidades británicas, y los brasileños querían una versión más adaptada a la psicología y necesidades latinas. "Conocimos ese proyecto de la policía y vimos que era una oportunidad para transferir ese conocimiento de forma práctica a la industria", explica a la AFP el coordinador del proyecto escolar, Amilcar Badotti Garcia.
Los productos están siendo negociados con varias industrias y dos libros que surgieron de la investigación "Arquitectura contra el crimen" y "Diseño contra el crimen" recibieron pedidos de traducción y son objeto de seminarios regulares en academias de policía en Brasil y Argentina.
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