Por Ulrike Koltermann desde París
De la agencia DPA
Fotos: agencia AP
¿Quién sabe qué colores tiene la Torre Eiffel? ¿Es gris oscuro, azul plomizo o rojo óxido? Incorrecto. La respuesta es "marrón Torre Eiffel". Andreas Spyrou cuelga en estos días de un andamio de la estructura de acero de 300 metros de alto y hunde su pincel en pintura color capuccino. El griego de 26 años está orgulloso de participar de la renovación de la histórica construcción de París.
"Allí arriba uno se siente sencillamente genial", dijo. "Hace frío, pero la vista es espectacular". Contó que no hay que tener miedo a las alturas, pero que de todas formas está asegurado con varios arneses. Sólo una cosa le molesta: el baño está más lejos que en otras obras. Ya se acumulan dieciocho capas de pintura en la Torre Eiffel: la primera capa se llamaba "rojo veneciano" y fue colocada antes del montaje de cada una de las partes. Al arquitecto Gustave Eiffel le importaba, de todas formas, más la construcción que el color, y se trataba apenas de una pintura antioxidante.
Poco antes de la Exposición Mundial de 1900, la Torre Eiffel se "amarilleó". Por primera vez, se pintó de arriba a abajo de colores más oscuros, mientras que la base fue coloreada de amarillo anaranjado y la punta de amarillo claro para crear una ilusión óptica.
Gustave Eiffel dejó en claro en las instrucciones para su torre de 300 metros que era necesario darle una mano de pintura regularmente para proteger la estructura de la oxidación. Después de 20 años, debía ser tirado abajo. Los técnicos calcularon más tarde que la Torre Eiffel debía ser pintada cada siete años para que durara... Y este año festeja su cumpleaños 120. Aunque se trata de una estructura hueca, quedan 250.000 metros cuadrados por pintar.
"No podemos usar pistolas de pintura porque se perdería la mitad", dijo Jean-Bernard Bros, jefe de la empresa que opera la Torre Eiffel, SETE. Andreas Syprou y sus dos decenas de colegas deben guiar sus horarios de trabajo según el clima. "Si llueve o el viento es muy fuerte, nos quedamos abajo", dijo.
Un guía de alta montaña enseñó en las últimas semanas a los pintores de la Torre Eiffel cómo asegurarse en las alturas: nada en comparación con sus antecesores, que se balanceaban ligeros entre la estructura con el pincel en la mano.
"La Torre sigue abierta todo el tiempo a los visitantes", subrayó Bros.
Al fin y al cabo, este ícono parisino es considerado en todo el mundo el monumento más visitado. El año pasado fueron unos siete millones de visitantes, tres cuartos de ellos del exterior.
"Si alguien se mancha con pintura, le pagamos la tintorería", prometió medio en broma. En realidad, redes especiales evitan que los visitantes salgan con manchas de pintura.
El año pasado, París festejó la presidencia francesa de la Unión Europea (UE) con una Torre Eiffel azul europeo. En vez de pintarlo, sólo fue iluminado con luces azules. La renovación de la Torre también es un acontecimiento europeo: la empresa que lo pinta tiene su desde en Grecia, y el color patentado "marrón Torre Eiffel" es de Finlandia.
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