Por Mercedes Ezquiaga, de la agencia Telam
La artista coreana Kim Yun Shin, quien reside desde hace casi 25 años en la Argentina, inauguró el Museo de Bellas Artes que lleva su nombre, en el barrio de Floresta, en Capital Federal, en un amplio espacio donde reúne sus pinturas y esculturas que buscan reflejar el ser absoluto del universo y la filosofía del budismo.
Una explosión de color en pinceladas, trazos y formas furiosas y a la vez de quietud conforman el universo plástico de esta artista, que se apoderan de la atención del visitante desde las blancas paredes del museo, junto a las esculturas talladas en madera y piedras semipreciosas, donde sobrevuela el espíritu oriental.
"A lo largo de mi carrera realicé más de dos mil obras y desde hace años deseaba mostrarlas a la gente, hasta que hace dos años comenzamos a construir este espacio, que finalmente abrió sus puertas días atrás, con la exposición permanente de casi 70 obras", contó a Télam Yun Shin, sentada muy cerca de sus piezas mientras hilvana algunas pocas palabras en español.
Nacida en 1935 en Won San, Yun Shin fue la tercera mujer de su país en graduarse en la carrera de artes en la Universidad Hongik de Seúl, con tan sólo 24 años, y estudió en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes en París entre 1964 y 1969, pero fue recién en 1984 que decidió establecerse en la Argentina, aunque nunca dejó de exponer su obra en el mundo, especialmente en su Corea natal.
Las obras están agrupadas, en las salas del museo, en base a las diferentes series que Yun Shin realizó a lo largo de su carrera y que se relacionan siempre con una búsqueda espiritual, como las series "La comunión de dos para la unidad", "La creación de Dios" o "El alma sonora", entre otras.
"En un momento de mi vida comencé a tener el hábito de vaciarme de todo tipo de preocupaciones al iniciar mis obras. Después de varios días de contemplar troncos en el suelo, con un corazón puro y vacío de pensamientos floreció la inspiración para convertirlos en un material cálido, vigoroso y a la vez suave", señala Yun Shin, desde las paredes de su museo.
En la Argentina, la artista decidió trabajar con el palo santo, el quebracho y el algarrobo para dar forma a sus esculturas donde las formas básicas del volumen se tornan monumentales, para luego indagar en la piedra y poco después en la pintura, donde el color se apodera del trabajo y donde consigue sumergir al espectador en la resonancia espiritual emitida por sus obras.
De manera permanente, la artista estudió la filosofía del budismo y el totemismo "de done tomé su inspiración. Yo creo en algo que todo lo controla y sigo esa inspiración, que es Dios, y eso siempre está cuando pinto y por eso lo busco en mis pinturas. Intento expresar el deseo del hombre hacia lo absoluto", explicó.
El Museo de Bellas Artes, que además propone ser un puente de intercambio entre Argentina y Corea para seguir reforzando los lazos creados por la artista desde su llegada al país, está ubicado en Felipe Vallese 2945, en el barrio de Floresta y se puede visitar los jueves, viernes y sábados de 14 a 19 (llamando al 4612-0583)
En la www. Museokimyumshin.com
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