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18 » Oct 2008 DIA ESPECIAL (III) Ser madre no es chiste pero...

Por Ana María Bertolini, de la agencia Telam


Ser madre no es chiste: al estresante tema de cambiarle al bebé los pañales cada tres horas y de darle cada cuatro el biberón -situación que dura, mínimamente, dos años- le sigue la dolorosa comprobación de que de allí en más la vida consistirá en mojar lo seco, secar lo mojado, vaciar lo lleno y llenar lo vacío.
A la primera etapa le siguen otras peores: ser madre-bombero, cuando el nene toma los fósforos y se empeña en ser Nerón con las cortinas; ser madre-Same, cuando se le da por empinarse la botella de lavandina, y así, in eternum.  No obstante, en virtud del mandato ancestral que dice que hay que tropezar siempre con la misma piedra, ella volverá a engendrar una y otra vez, porque dar vida suena a ser Dios.
Eso, hasta que advierta la injusticia: Adán nació adulto y aun así, El se dio el lujo de tomarse todo el séptimo día para descansar.
Darse cuenta implica buscar niñera: la del primer hijo deberá ser sí o sí, psicopedagoga; al llegar el segundo, servirá con que sepa leer y escribir, además de planchar, lavar y cocinar; para el tercero, bastará con que no se drogue.  Antes de tener hijos, habría que averiguar si se tiene pasta para aguantarlos y una buena forma de experimentar es untar con miel el sofá y pasarle crayón negro a la pared recién pintada.
En caso de que esto falle, hay otra fórmula infalible: comprar dos cerditos y dejarlos retozar a sus anchas en el dormitorio. Harán lo equivalente al 0,01% de dos niñitos.


A falta de estas experiencias previas, los hijos vienen, crecen, van a la escuela, toman la computadora y escriben en internet cosas como éstas sobre sus desfallecidas madres: 
-Mi madre me enseñó religión: "Rezá para que esta mancha salga de la alfombra." 
-Mi madre me enseñó lógica: "Esto es así porque yo lo digo, ... y punto!!!!"  -Me enseñó ironía: "Seguí llorando, y vas a ver como te doy una razón para que llorés de verdad." 
-Me enseñó a ser ahorrativo: "Guardá las lágrimas para cuando yo muera!!!" 
-Me enseñó fuerza y voluntad: "Te vas a quedar sentado hasta que te comas todo".  -Me enseñó rectitud: "Te voy a enderezar de un tortazo!!!".
Cuando son adolescentes, la cosa empeora: si la madre le prepara el almuerzo, es "no tengo hambre"; si no le cocina, es "¿acá nunca hay nada para comer?" .
Sin duda, ser madre involucra perder el sitial de mujer independiente: el ego queda por el piso y encima se lo traga la aspiradora, pero se sobrevive a la transformación.  De aquella joven que miraba por TV y a cualquier hora lo que se le antojaba, al cabo de un marido y un par de hijos, surge una mamá contenta de que en su LCD sólo se ve fútbol y dibujitos.



Si de comer pollo se trata, habrá una pata para cada hijo y la pechuga para el viejo; para mamá siempre serán las alitas y la carcaza vacía, porque los menudos se los comió el gato.  ¿Es que no hay forma de zafar del destino de ser madre? ¿Acaso hay que serlo con cada marido que se consigue al paso?
Cuando una madre disfruta de muchos hijos, una manera sencilla de acordarse cómo se llaman es ponerles a todos el mismo nombre.  Berta, que tuvo diez, los llamó Ernesto, Ernesto, Ernesto, Ernesto, Ernesto, Ernesto, Ernesto, Ernesto, Ernesto y Ernesto.
"¿Todos se llaman igual?", preguntó asombrado un vecino. "Ajá, así, cuando digo Ernesto, todos entran, o todos salen, o todos vienen a comer...", respondió Berta.  "Pero si quiere hablar con uno solo, ¿cómo hace?", inquirió el hombre. "ðAh! En ese caso, los llamo por su apellido".
Recién al fin de la vida, cuando el Alzheimer borró del disco duro las tropelías sufridas y asomó la chochera, algunas madres admiten sentirse orgullosas de sus hijos.
Fue el caso de cuatro madres que se juntaron el domingo pasado a tomar el té: "Mi hijo es cura y cuando llega, le dicen Padre", comentó una. "Mi hijo es obispo y donde quiera que vaya, la gente le dice Monseñor", saltó la otra.
"No las quiero menoscabar pero mi hijo es cardenal y la gente le dice Su Eminencia", respondió la tercera. Muy calmadamente, la cuarta madre dijo: "Mi hijo es stripper y cuando sale, las mujeres sólo dicen ðDiossss!!!!".

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