Por SONIA MOGHE
NUEVA YORK (AP).- Cave Tirado bate una lata de pintura con spray naranja y comienza a escribir su nombre por primera vez en un muro estadounidense sin siquiera voltear a ver si hay policías a la vista. El español de 19 años viajó a Nueva York para conocer la ciudad, pero principalmente para dejar su huella en las paredes de un viejo depósito en el condado de Queens donde las pintadas son una forma de arte legal.
Siempre escribo mi nombre'', dijo el joven, ataviado con una camiseta estilo graffiti que también llevaba su nombre. ¨Representar tu nombre, eso es el graffiti para mí''. El almacén, llamado 5 Pointz, se ha convertido en un refugio para artistas en una ciudad donde las pintadas han florecido por décadas y donde las autoridades municipales luchan continuamente por erradicarlas. La idea detrás de 5 Pointz es ofrecer una salida legal para que la gente pinte todos los graffitis que desee en el edificio de cinco pisos sin tener que preocuparse por que los atrapen.
¨El propósito no es eliminar el graffiti o erradicar el problema'', dijo Jonathan Cohen, de 34 años, quien opera 5 Pointz.
¨Es un sitio donde uno puede traer lo que hace ... y no hay manera de que sea ilegal, hay tiempo de sobra''. Para algunos artistas, el factor riesgo lo es todo. Otto Muñoz ha hecho pintadas ilegalmente pero ahora viene a 5 Pointz a practicar y probar nuevos estilos que de algún modo llegan desde otros puntos del planeta.
¨No vale la pena arriesgarse haciendo dos piezas e ir a la cárcel por cinco años... en los que uno no puede pintar'', dijo. Explicó que existen distintos tipos de graffiti. Hay trabajos de ¨bombarderos'', que pintan rápido mensajes simples a dos tonos, generalmente sus nombres; y hay trabajos de ¨escritores'', que se toman más tiempo para hacer una obra más elaborada. Son los escritores quienes coinciden casi todos los fines de semana para pintar obras de colores vivos y formas curvas o angulosas. Pero, como dice Cohen, los muros cambian cada semana con visitantes provenientes de países como España y Japón.
La mejor vista de 5 Pointz es desde el tren subterráneo, donde el edificio emerge como una colcha de retazos de pintura. El concejal municipal Peter Vallone es uno de los políticos que trabajan para mantener la variedad ilegal de pintadas fuera de la ciudad.
Redactó una ley que prohibe a las personas de 18 a 21 años poseer ¨instrumentos de graffiti'' a menos que se trate de latas cerradas, y que también exige que ciertos propietarios reporten si fueron víctimas de pintadas para que éstas sean limpiadas. Los artistas llevaron a la ciudad a la corte por esta causa. Pero Vallone insiste en que no está en contra del graffiti. ``Hecho con permiso puede ser un arte'', dijo el político.
¨Me refiero a dañar la propiedad de otros o la propiedad pública. Eso es un crimen''. Vallone dijo no tener problema con 5 Pointz siempre y cuando no promueva las pintadas ilegales, y Cohen dijo que la gente que pasa tiempo allí pasa tiempo fuera de las calles. Cuando los artistas acuden ¨a trabajar en el edificio, a pintar el edificio, no están destruyendo la ciudad, lo que es un beneficio'', indicó Cohen.
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