"Ofelia..." de Julieta Anaut, egresada del IUPA de Roca, Río Negro. Ella es cipoleña y este domingo el suplemento eH! publica un reportaje de su más reciente obra.
CONTEMPORANEO Y TECNOLOGIA EN "LOS ESTADOS DEL AGUA"
Por Dolores Pruneda Paz, de la agencia Telam
Una veintena de obras que entrecruzan el arte y la tecnología, se presentan en la muestra de "Estados del Agua", en la que exponen artistas consagrados y emergentes provenientes de la plástica, la danza, la gráfica, la robótica y la música, bajo el común denominador del trabajo experimental.
Se trata de instalaciones sonoras, de video, reactivas e interactivas y de objetos en pequeño y mediano formato diseñados a partir de la idea de utilizar al agua como materia mediante el uso de tecnologías analógicas y digitales.
Las características de las obras que se exponen en el espacio palermitano Objeto A, situado en Niceto Vega 5181, hacen que esta muestra se disfrute mejor cuando baja el sol, después de las 17; aunque puede visitarse, hasta el 27 de septiembre, de martes a sábado de 14 a 20; o la noche del 24, a partir de las 19. Tal es el caso de las videoperformances realizadas por Enrique Aguirre; Paula Caetano; Julieta Anaut junto a Ignacio Laxalde; y Marta Cali, que recorren cuatro poéticas del yo en 'R como Río'; 'Me intimido'; 'Ofelia y el Cristalino Arroyo'; y Mar de Verano'. O la video instalación de Marina Rubino, en la que una plancha de bolsitas plásticas con agua contaminada del río Pilcomayo se antepone a una pantalla que proyecta un documental de mujeres wichi que acopian agua de ese río, la misma que utilizan para el rito de iniciación y fertilidad de las jóvenes de esa comunidad.
Así como en 'Lo que siempre cambia pero nunca es distinto', un objeto creado por Paulino Estela que traduce en imagen y sonido los patrones de vibración del río que proyecta en una pantalla, inspirado en el principio de devenir del filósofo Heráclito.
La idea del agua tuvo que ver con que "es algo que está en el aire, su preservación y conservación es la preocupación de esta década, que va virando el foco del petróleo a la cuestión del agua y los alimentos", dijo Graciela Taquini, curadora de esta muestra.
"Nada más estético que el agua para trabajarla como objeto, en cuanto a textura, color y movimiento", afirmó esta investigadora multimedia que se inspiró en Kosice para montar esta exposición, el primer artista en usar al agua como materia y no como representación.
Esta instalación homenajea a Kosice, "denota su influencia como padre de los objetos que cada artista presentó y que tienen sus raíces en los años 40, cuando surgen los primeros que usan la energía eléctrica, el agua y el neón en sus obras", dijo Taquini.
La tecnología "no tiene que ver con hacer caramelos visuales que exploten en la retina sino con lo conceptual y poético", afirmó la curadora y aludió a "las flores congeladas que se derriten y hacen una danza increíble" en la pequeña pantalla montada por Daniela Muttis o las imágenes que se proyectan como medusas en el fondo azul y curvo del objeto diseñado por Margarita Bali.
El disparador agua integra la poética y el uso de la materialidad como en 'Nadan', la obra minimalista de Marta Ares, en la que el texto flota sobre la inmaterialidad azul de una serie de rectángulos concéntricos que equivalen al fondo de una pileta.
En la caja 'Dios de Agua', Mariela Yeregui permite al espectador introducirse en la cosmogonía africana mediante la lectura de una cinta que el visitante puede mover desde afuera para avanzar en el relato, y que se encuentra detrás de un prisma combo que "recrea la espacialidad más curva de abajo del agua".
El agua, o la ausencia de ella, también aparece en 'El cuarto árido' de María González, una maqueta lumínica con base de arena "debajo de cuya apatía y soledad brillan pequeñas luces"; o el cactus en acrílico de María Bedoian, tajeado en el medio por donde se pierde el agua que acopia en su interior.
Los 'Estados del agua' se recrean también en las fotografías de Luis Campo, quien "narra parte de la historia argentina con un dedo que escribe sobre la humedad de la ciudad consignas políticas de los años 70", dijo Taquini.
Con la instalación 'Tensión superficial', basada en la reacción de imanes en el agua, los artistas Crowe, Rusjan y Wloch -dedicados a la investigación tecnológica- hacen que el espectador pueda crear corrientes sobre el líquidos sólo con acercar su mano al objeto.
El mar azul de 'Horizonte variable', de Martín Bonadeo, permite al público probar la reacción de una serie de termómetros a su temperatura corporal que cambian el tono de azules según quién los toque.
La interacción del público tiene otro matiz en Osmos, la vasija diseñada por Luciano Anzigotti, compuesta por un sistema digital en su interior que registra en su memoria las voces de los presentes y luego las proyecta según una serie de variables prefijadas por el músico.
"Esta vasija recupera en su memoria las voces del presentes, lo que metafóricamente sería el río que recupera el agua que llegó a orilla", dijo Anzigotti, quien el 24 de septiembre a las 19, explicará los aspectos técnicos de su diseño en Objeto A.