MEGAMUESTRA EN BERLIN
En la antigua Grecia, los escitas eran conocidos al principio como misteriosos "ordeñadores de yeguas''. Para Jeremías, el profeta del Antiguo Testamento, los arqueros escitas que cruzaban Palestina para saquear Egipto eran "el pueblo de medianoche''. Versiones detalladas sobre los jinetes nómadas datan de hace 2.500 años en la pluma del historiador griego Herodoto. Ahora una importante exhibición arqueológica ofrece un panorama exhaustivo sobre la vida e historia de las tribus enigmáticas que dominaron las estepas de Europa oriental y Asia durante más de 500 años antes de Cristo y que tuvieron una cultura muy desarrollada aunque poco conocida.
Museos e institutos de ocho países europeos y asiáticos trabajaron conjuntamente para preparar la notable muestra en el edificio Martin Gropius de Berlín. Muchos objetos de la muestra nunca habían sido expuestos en occidente, entre ellos magníficas muestras excavadas en años recientes.
El título de la exhibición, "Bajo el signo del grifo de oro: las tumbas reales de los escitas'', alude a una afirmación de Herodoto de que se originaron en la "tierra de los grifos guardianes del oro''.
El grifo, un animal mitológico con el cuerpo de león y la cabeza de águila, puede verse en muchos de los artefactos recobrados por los arqueólogos.
Sin embargo, Herodoto apenas menciona las enormes cantidades de oro, plata, bronce y electrum (una aleación de oro y plata) que usaron los escitas y que ahora fascina a los visitantes de la muestra.
La idea de la exhibición surgió del sensacional hallazgo efectuado por un equipo ruso-germano entre el 2001 y el 2003 en una planicie del sur de Siberia conocida popularmente como el Valle de los Reyes. En uno de innumerables túmulos funerarios en la región, los expertos excavaron la tumba de una pareja real en una cámara de 3 metros (10 pies) de profundidad que contenía numerosos objetos de oro.
Fue un descubrimiento singular porque los ladrones de tumbas, que se sabe han estado activos desde la antigüedad, evidentemente abandonaron la búsqueda en ese túmulo después de excavar otras cámaras que estaban vacías.
Muchos de estos artefactos aparecen en la exhibición. Van desde un collar de poco más de un kilogramo (3 libras) hasta más de 5.000 diminutas figurillas de oro de panteras que decoran los mantos del príncipe y su esposa.
El Instituto Arqueológico Alemán comparó la importancia del hallazgo al descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922 cerca de Luxor, Egipto, en lo que también es conocido tradicionalmente como el Valle de los Reyes.
Las investigaciones determinaron que el príncipe murió de cáncer de próstata en el siglo VII aC. Su esposa mucho más joven y saludable no presentaba rastros de violencia. Pero dado el horrible ritual funerario de los escitas descrito por Herodoto, es improbable que haya muerto de causas naturales.
El ritual exigía que la viuda, asistentes y sirvientes siguieran inmediatamente al príncipe o rey a la muerte. Lo mismo se aplicaba a sus caballos. Los esqueletos de 41 hombres y mujeres y los restos de 14 caballos, todos estrangulados o muertos a hachazos, fueron hallados en otras cámaras del túmulo.
La ceremonia funeral también incluyó fumar marihuana, según una investigación que confirmó observaciones de Herodoto.
El año pasado, un equipo alemán-ruso-mongol hizo otro hallazgo espectacular en el permafrost de las laderas mongolas de las montañas Altai cerca de la frontera rusa. En un túmulo cubierto de piedra, los arqueólogos encontraron los restos congelados de un guerrero escita que murió hace unos 2.500 años. El cuerpo vestido y parcialmente momificado es expuesto en la muestra, junto con su armamento y otros objetos.
El hombre vestía un abrigo de piel y pantalones de lana y tenía calzadas botas de fieltro similar al de la manta gris sobre la que estaba tendido. Su sombrero, en restauración, estaba decorado con figurines de madera de animalitos cubiertos originalmente con una capa de oro.
El estado de excelente preservación de las ropas permite una investigación científica detallada. El "Hombre de oro de Issyk'', descubierto en los años 70 en Kazajistán, es también una de las principales atracciones de la muestra.
Es la reconstrucción a tamaño natural de las ropas de un joven cuyo cuerpo estaba cubierto con joyas y miles de placas de oro. Un pectoral de oro de notable belleza hallado en 1971 y dado en préstamo por el Museo Nacional Ucraniano es una de las piezas más destacadas. Su fotografía cubre la portada del catálogo.
La exhibición demuestra la fabulosa riqueza que amasaron los escitas al controlar las importantes rutas comerciales entre oriente y occidente. Pero no responde el interrogante de cómo podían crear esas obras de arte de oro con sencillas herramientas de mano.
El Peine de Oro de la afamada "Colección siberiana'' de Pedro el Grande en el Museo Hermitage de San Petersburgo es un ejemplo notable de dicha artesanía.
El zar ruso fue el primero entre la realeza europea en apreciar el arte escita e iniciar una importante colección a principios del siglo XVIII. Esto dio impulso a algunas investigaciones arqueológicas que recién se intensificaron hace unos 50 años.
La muestra irá a Munich antes de fin de año y luego a Hamburgo en el 2008. Varias piezas importantes, incluyendo el famoso peine de oro, regresarán a sus propietarios al fin de la exhibición en Berlín.
En internet:
www.smb.museum/smb/kalender/details.php?langen&ob