Por Myriam Alvarez, desde Filadelfia

La mexicana Frida Kahlo es conocida en Estados Unidos principalmente por sus autorretratos.
Sin embargo, el público estadounidense está descubriendo diferentes aspectos de su arte gracias a una de las exhibiciones más importantes dedicadas a la artista en los últimos 15 años. Más de 150.000 personas asistieron a la muestra, con motivo del centenario de su nacimiento, en el Museo de Arte de Filadelfia desde su inauguración en febrero pasado.
El evento permanecerá abierto hasta el 18 de mayo y luego se trasladará a San Francisco, antes de regresar a su lugar de origen en México. L
a mayoría de las pinturas pertenecen al Museo Dolores Olmedo de Ciudad de México y a la colección de Jacques y Natasha Gelman, de Cuernavaca.
Algunas están siendo exhibidas por primera vez en Estados Unidos, entre ellas "La dos Fridas", la pintura más grande de Kahlo, realizada para una muestra de artistas surrealistas en 1940.
"La muestra ha sido como una revelación para muchas personas", dijo a dpa Michael Taylor, curador de la exhibición. "Frida es famosa pero pocos han tenido la oportunidad de ver su obra en persona y analizarla. Además, entre las fotografías y las pinturas uno puede realmente tener una idea de quién era ella como persona y como artista".
Durante muchos años, Frida fue conocida simplemente como la esposa de Diego Rivera y su talento no fue reconocido de inmediato.
"Pero esta exhibición prueba que es una verdadera artista y está a la altura de otros de su generación que disfrutaron de la fama en vida, cuando ella recién fue reconocida mucho más tarde, incluso después de su muerte", afirmó el experto. "En la actualidad, Kahlo es considerada la artista mexicana más importante de los últimos 50 años y su influencia puede ser vista en el trabajo de pintores jóvenes", subrayó el curador.
Mientras artistas de su generación como Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Ozorio pintaban obras monumentales que reflejaban su compromiso político y social y las tendencias ideológicas nacionalistas y socialistas de la época, Frida se dedicó a plasmar su vida interior en sus obras.
Obligada a permanecer postrada en una cama tras un accidente que sufrió a los 18 años, Frida comenzó a pintar como una forma de mantenerse ocupada. Por esa razón, comienza a pintar sus autorretratos.
Un año más tarde, a los 19, se casó con Rivera a quien conoció cuando era una estudiante de medicina.
A causa de las secuelas del accidente, que le causó múltiples fracturas de columna y pelvis, su cuerpo nunca logró recuperarse por completo y Frida vivió el resto de su vida con dolores crónicos e incapacitada para tener hijos.
"Sus pinturas siempre fueron pequeñas y reflejan diferentes aspectos de su vida. Frida nunca pintó murales como los de Rivera, pero dejó más de 200 pinturas", añadió Taylor.
"Es muy importante ver su trabajo en el contexto histórico de su vida. Ver la diferencia y rareza de su estilo artístico en comparación a otros artistas mexicanos de la época la hace aún más fascinante", agregó.
Frida, de madre con ascendencia española e indígena y de padre judío alemán, dominaba el inglés y el alemán y siempre sintió la influencia de las dos culturas: la europea y la folklórica.
Durante los años 30, Frida desarrolló un sentimiento antiestadounidense, en especial durante los años de la depresión económica, porque sentía que no se estaba haciendo lo necesario para ayudar a los más pobres.
De esta época data su obra "Mi vestido cuelga ahí", realizada durante su estadía en Nueva York cuando Rivera fue contratado para pintar un mural en el Rockefeller Center. La artista siempre se sintió identificada con los más desprotegidos.
"Siempre quiso hablar por las personas que fueron víctimas de alguna situación injusta, como su accidente. Creo que esto tiene resonancia con la actual situación migratoria que viven los mexicanos en Estados Unidos", expresó el curador. Frida realizó su pintura "Unos cuantos piquetitos" un año después de descubrir el romance entre Rivera y su hermana Cristina.
Había leído en el periódico sobre un hombre que apuñaló a su novia 27 veces y durante el juicio le dijo al juez: sólo le hice unos cuantos piquetitos.
La pintura muestra a la mujer ensangrentada y a su agresor. "Creo que la intención de Frida no sólo fue querer darle una voz a la víctima, pero al mismo tiempo reflejar su propio dolor a causa de los amoríos de Rivera.
Estos resultaban como puñaladas en su corazón", afirmó Taylor.
Kahlo y Rivera se reconciliaron tras la infidelidad con Cristina, pero continuaron manteniendo relaciones amorosas con otras personas.
Frida mantuvo romances con el escultor Isamu Noguchi y el revolucionario bolchevique Leon Trotsky. Sin embargo, el sentimiento de soledad prevalece en sus obras, en conexión con su dolor de no poder ser madre.
"Perdí tres hijos. Mis pinturas ocuparon su lugar", dijo Frida.
Los últimos años de su vida fueron sumamente dolorosos, con varias operaciones de columna, largas estadías en el hospital y finalmente la amputación de una pierna.
Su trabajo de la segunda mitad de los años 40 y hasta su muerte, en 1954, refleja su preocupación con la vida y la muerte y su inestable relación con Rivera. Sus últimas obras son más eufóricas (Frida consumía altas dosis de medicamentos para el dolor) y muestran la pérdida de control. Poco antes de morir, el 13 de julio de 1954, la artista escribió: "Espero que sea alegre la partida y espero no volver jamás". (DPA)

Obras de reconocidos artistas argentinos como Guillermo Kuitca, Jorge de la Vega, Julio Le Parc, Nicolás García Uriburu, Marta Minujín, Gyula Kosice y Kasuya Sakai serán subastadas el próximo martes a las 19.30 en la casa de subastas Roldán.  Se trata de la tercera subasta que la firma dedica al arte moderno y contemporáneo, con la que dará comienzo además a la temporada 2008.  Previamente, las obras estarán en exposición, hasta el próximo lunes, de 10 a 13 y de 16 a 20, mientras que la subasta se realizará el martes a las 19.30, en Roldán, Juncal 743, Capital Federal.

Con unas 80 galerías y obras de más 300 artistas de Iberoamérica arranca este viernes en el Miami Beach Convention Center la sexta feria Merrill Lynch Arteaméricas, un evento de cuatro días que este año cuenta con cinco espacios curados, ciclos de conferencias y exposiciones especiales.
"Desde maestros como Wilfredo Lam y Fernando Botero, Roberto Matta y Diego Rivera, hasta artistas nuevos y modernos, más jóvenes... Todos los países de América Latina y el Caribe están representados sin ningún país dominar'', dijo a la AP Leslie Pantín, presidente de la feria.
"Tenemos artistas de Argentina, Chile, Venezuela, Colombia, la República Dominicana, Puerto Rico, Panamá, Salvador, Nicaragua, Cuba y claro, México'', y obras cuyos precios oscilan entre los 5.000 dólares y el millón, añadió. ``La mayoría entre los 30.000 y los 100.000 dólares''.
Este año la feria se enfocará en propuestas más contemporáneas, con artistas de entre 17 y 35 años de edad, dijo por su parte el director del evento, Diego Costa Peuser.
Para eso, fueron invitadas la Florida International University y el New World School of the Arts, que tendrán un espacio en el que nueve alumnos que están por egresar mostrarán sus trabajos y competirán por un viaje a Nueva York para visitar los grandes museos.
"La feria cumple la función de una vidriera para mostrar lo mejor del arte latinoamericano en Miami'', dijo Costa Peuser, señalando que los jóvenes además tendrán la oportunidad de conocer ejecutivos de galerías que podrían representarlos en el futuro.
Aunque no se anticipa la presencia física de artistas vivos como Botero, "tendremos la presencia especial del extinto Wilfredo Lam, que tiene una exposición en el Museo de Arte de Miami, y varias galerías van a traer obras suyas incluyendo una vajilla completa de cerámica'', dijo Pantín.
"Lam hizo muy pocas''. "En estos momentos en Miami hay una movida por Lam, una retrospectiva de toda su obra muy bien curada cubriendo todas sus diferentes épocas'', añadió Costa Peuser.
"Es una muestra itinerante digna de ver y durante la feria se organizarán visitas guiadas como parte del programa para los invitados especiales'', que incluyen a coleccionistas y curadores de instituciones.
El evento, que empezó como una feria local dirigida a clientes hispanos del sur de la Florida, atrae a coleccionistas y museos de todas partes de Latinoamérica, indicó su presidente, explicando que aunque las galerías no les dicen cuánto vendieron durante el evento ``sabemos que les va bien porque solicitan otra vez para el siguiente año de inmediato''.
Los paneles de discusión incluirán temas como arte y ciencia, fotografía, tendencias y diseño, y entre los espacios curados están los de la Colección Patricia Phelps de Cisneros, el Centro Cultural del Banco Interamericano de Desarrollo, la Cisneros Fontanals Art Foundation y Sincronías, por la colombiana María Iovino. _

MÁS INFO, en www.arteamericasmiami.com

Verdi, Luis II de Baviera, Monet y el siglo XIX latinoamericano figuran entre los proyectos para los próximos años del nuevo presidente del Museo de Orsay de París, Guy Cogeval, que asume sus funciones el viernes.
Guy Cogeval, de 52 años, sucede a Serge Lemoine en la presidencia del Museo de Orsay, dedicado al arte del siglo XIX. Es "uno de los más bellos del mundo" y, con 3,2 millones de visitantes en 2007, "marcha muy bien", declaró Cogeval a la AFP.
El nuevo presidente de Orsay empezó su carrrera en 1985 en este mismo museo. Trabajó después en diversos museos franceses, incluyendo el Louvre, y dirigió el museo de Bellas Artes de Montreal (Canadá) de 1998 a 2004. En Orsay cuenta seguir aplicando "lo que está inscrito en la Carta del museo desde su apertura: tratar de hacer que resuenen todas las artes juntas a través de temas trasversales". El nuevo director aspira a hacer conocer culturas y artistas poco conocidos en Francia.
"Me gustaría mucho hacer una exposición sobre el siglo XIX en América Latina. He visitado muchas colecciones de México, que tiene artistas sumamente interesantes, y sobre los que prácticamente nunca se ha organizado algo en Francia", afirma.
Cogeval sueña asimismo con una exposición sobre "Giovanni Segantini, uno de los mayores simbolistas, cuya obra está totalmente dispersa en el mundo", o una sobre la escuela de pintores canadienses. Entre sus ambiciones, figura en buen lugar "una exposición sobre Luis II de Baviera, que defendió a Wagner, abierta a la pintura de su tiempo y, evidentemente, a la arquitectura".
Y también sobre Verdi, "que concibió la ópera como una obra de arte y estuvo muy ligado a muchos pintores". Pero, no bien asuma su cargo, el nuevo presidente del museo de Orsay desea emprender "una gran retrospectiva Monet", pintor "al que ama cada vez más a medida que envejece".
Francia debe ser de nuevo un "centro de investigaciones sobre el impresionismo", afirma. Un homenaje a Monet, con un simposio y una exposición, podría favorecer el traslado de Monet al Panteón.
"¿Por qué no? -acota- No hay pintores en el Panteón", el monumento en el que Francia honra a sus grandes hombres. Para el Museo de Orsay tiene asimismo el proyecto de organizar un sistema de intercambio de obras y organización común de exposiciones con museos provinciales franceses y museos extranjeros, como el Van Gogh de Amsterdam o el Museo de Zurich, a través de un "círculo de museos del siglo XIX".
Entre las dificultades que esperan al nuevo presidente del Orsay figura la falta de espacio del museo, la puesta al día del sistema de seguridad y el enriquecimiento de las colecciones, una montaña de trabajo que él encuadra en un "primer deber: que el personal de Orsay y su público estén contentos".