Por Stefanie Schütte desde BERLIN


El modisto alemán Wolfgang Joop, fundador de la marca internacional JOOP!, ha escrito un libro, trabajado como cocinero y actor y ahora sorprende con una exposición en la que muestra su faceta como artista. En entrevista con dpa reflexiona sobre la evolución de la moda, el arte y "la miseria de los ricos".
La Kunsthalle de Rostock, en el norte de Alemania, abrirá desde el sábado y hasta el 28 de junio "Eternal Love", una exposición que muestra las pinturas, los dibujos, esculturas e instalaciones del polifacético creador, que estudió psicología del márketing y arte.

- Joop, ¿cómo van sus negocios?
- Con la marca "Wunderkind" tenemos mucho que hacer. De hecho, somos una de las únicas empresas que dan muestras de supervivencia. La industria se está desmoronando por todos lados pero nosotros, gracias a Dios, somos un grupo líder en el sector. Tenemos los libros de encargos para el próximo invierno llenos, pero hoy en día es necesario poder prefinanciar cada éxito a largo plazo. Los denominados inversores están arruinados. Sólo se puede observar miseria, la de la gente rica. De verdad, es una auténtica miseria.

- ¿Qué nos espera en la exposición "Eternal Love" de Rostock?
-"No es una muestra biográfica. Es más una instántanea de la creación de Wolfgang Joop. Es un cruce entre la historia de la moda y las artes plásticas. Desarrollé esa idea a raíz del éxito de la colección de verano 2008. Estudié arte, he hecho moda y ahora vuelvo, no lo niego, al arte.

- ¿Dónde está la frontera entre arte y moda?
- "Desde Damien Hirst y Andy Warhol esa frontera es difusa. Lo que hoy se ve en las pasarelas de vanguardia es pura instalación y ya no vestuario.

- ¿Y cómo acepta eso la cliente? ¿quieren las mujeres andar por la calle como si fueran una obra de arte?
-"No, claro que no. A mí me parece patético. Lo que muestran en las pasarelas esos jóvenes diseñadores vanguardistas son instalaciones, en mi opinión. No se me ocurre otra palabra para describirlo. No se interesan por la vida diaria de las mujeres. Yo siempre fui un diseñador de moda interesado en esa rutina femenina. No soy un disañador de grandes actuaciones. Me ocupo más bien de lo que una vez fue el lujo. El lujo era patrimonio de una determinada clase, que no lo exhibía, que lo heredaba. Se llevaba el bolso que había sido de la madre o de la abuela. Lo malo de hoy es que incluso los artículos de lujo se han convertido en algo de usar y tirar. Ya se empieza a hablar incluso del "McLuxury". Se encuentran productos idénticos en todo el mundo. Yo siempre he intentado crear prendas únicas, eso es lo que me ocupa, pero no he intentado hacer de la mujer una obra de arte. La mujer, incluso sin ropa, es ya una obra de arte.

De la agencia DPA

Por Paola Messana desde NUEVA YORK

Desde la famosa foto de Richard Avedon "Dovima y los elefantes" hasta los desnudos actuales de Gisele Bundschen o Kate Moss, pasando por la Twiggy de los 60, las modelos son "musas" de la modernidad.
El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York inauguró esta semana una exposición abierta hasta el 9 de agosto con una retrospectiva sobre medio siglo -de 1947 a 1997- de las modelos que inspiraron a diseñadores, fotógrafos y artistas de un mundo dominado por la estética y la apariencia.





En los años 20 aparecieron las primeras modelos famosas, reemplazadas en la década siguiente por actrices de Hollywood o mujeres de la alta sociedad, elegantes, ricas y ociosas, recuerda el Instituto de la Vestimenta que organiza la exposición patrocinada por el diseñador Marc Jacobs y la modelo Kate Moss.
Fue recién después de la II Guerra Mundial, con el "New Look" lanzado por el diseñador francés Christian Dior, que las modelos comenzaron a tomar una importancia creciente. Durante las cinco décadas siguientes, esas mujeres longilíneas representaron sucesivamente a la mujer fatal de los años cincuenta, la exuberancia de los 60, el culto del atletismo y de la belleza negra en los 70, hasta convertirse en multimillonarias con contratos de exclusividad para perfumes o relojes de lujo.
Todas esas tendencias, seguidas por millones de mujeres a través de las revistas de moda, fueron encarnadas por rostros y cuerpos inmortalizados por fotógrafos especializados como Irving Penn, David Bailey, Helmut Newton, Peter Lindbergh, Oliviero Toscani o Patrick Demarchelier.
Para "Dovima y los elefantes", Richard Avedon hizo posar en 1955 en el Circo de Invierno de París a Dorothy Virginia Margaret Juba, con un vestido negro y blanco de Yves Saint-Laurent, en esa época asistente de Christian Dior. Poco a poco, las modelos se convirtieron en musas de tal o cual creador, otras se casaron con los fotógrafos, y muchas terminaron siendo heroínas para millones de adolescentes.
Las modelos eran descubiertas muy jóvenes en un ómnibus a los 14 años, como Carmen dell'Orefice en 1945, o en Nairobi en 1975 como la somalí Iman, y rivalizaron con actrices y cantantes en las revistas sobre famosos.





La exposición recuerda la llegada triunfal a Nueva York en 1967 de la menuda Twiggy, ya aclamada en la Inglaterra de los Beatles y de Mary Quant, a quien fue necesario evacuar en helicóptero de las calles de Manhattan.
Twiggy fue la primera modelo "estrella", seguida por muchas otras, de Claudia Schiffer a Christy Turlingon, de Cindy Crawford a Naomi Campbell, de Kate Moss a Stephanie Seymour.
El fenómeno terminó saturando, comenta el Instituto de la Vestimenta, que concluye la retrospectiva evocando "el flujo al parecer inagotable de modelos llegadas de los países del Este, todas parecidas unas a otras".
Un flujo que solo unas pocas convirtieron en cuento de hadas, como Natalia Vodianova, nacida en Rusia en 1982, verdulera a los 11 años, modelo estrella a los 17 y finalmente esposa de un rico aristócrata inglés, con quien ya tuvo tres hijos.

Fuente: agencia AFP

Por Stefanie Schütte
de la agencia DPA

La italiana Miuccia Prada es una superestrella de la moda.
Junto a sus colegas masculinos Karl Lagerfeld y Giorgio Armani ha conseguido que su nombre le suene a cualquier persona medianamente informada. Neologismos como "pradarización" o el título del filme "El diablo se viste de Prada" demuestran la popularidad de la modista.
La revista "Time" consideró a la diseñadora, que este domingo cumple 60 años, entre las 100 personas más importantes del mundo.
A Miuccia Prada no le gusta sin embargo llamar la atención por cuestiones personales, y por eso hay pocas fuentes que confirmen por ejemplo su fecha de nacimiento.



Prada nació en el seno de una familia milanesa de larga tradición que producía lujosas prendas de cuero. Cierta vez contó cómo, cuando era niña, había deseado tener zapatos rosas, pero en casa sólo había clásicos marrones y faldas plisadas azul oscuro.
Bajo ese dictado, Miuccia obtuvo sin embargo una seguridad tal en cuestiones de estilo que más tarde pudo tirar por la borda reglas básicas del vestir sin perder clase. En general, Prada cuestionó lo establecido. Estudió Ciencias Políticas, terminó la carrera y entró en el Partido Comunista.
Luego actuó en el Piccolo Teatro y no fue hasta más tarde que cedió al deseo de su familia y entró en la empresa.
Entonces renovó por completo los bolsos y las prendas. A principios de los 90, puso de moda el nylon, hasta entonces despreciado.
Todo el mundo andaba de pronto con una mochila de plástico de Milán o al menos una de sus copias. En 1996 lanzó una serie de vestidos con estampados horrendos que pese a ello quedaban maravillosamente bien. Prada combina cuadros marrones con medias a rayas azules y tacones de aguja, o presenta trajes con estampado de fantasía sin faltar al buen gusto.
La percepción actual de los colores sería muy diferente sin Miuccia Prada, y desde hace muchos años está considerada como alguien que señala tendencias.


Si en la próxima temporada las mujeres llevan botas de pescador con elegantes trajes, se debe a Prada. Pero la reina de las tendencias no es una habitual de fiestas y actos.
Sale sólo de vez en cuando y se dedica a la vida familiar. De forma regular se encuentra con su fiel círculo de amigas. Y está casada desde hace más de 20 años con Patrizio Bertelli, presidente del consejo de administración del grupo Prada y motor de su creatividad.
Su relación no es convencional. Sus peleas a los gritos son legendarias, pero el hombre de acción y la intelectual se complementan perfectamente.
Además de a la moda se dedican al arte y la arquitectura, por lo que los negocios de Prada se ven influidos por esas pasiones. Junto con el arquitecto estrella holandés Rem Kohlhaas, Prada y Bertelli han desarrollado un nuevo tipo de tiendas con ambiente y a la vez elementos futuristas de alta tecnología.
Otro proyecto de la pareja con Kohlhaas fue el "Transformer", inaugurado a fines de abril en Seúl.
La construcción se transforma con ayuda de grúas de una pirámide en salas expositivas para arte o instalaciones de moda. Miuccia Prada, tantas veces imitada, seguramente también será copiada esta vez. Pero hasta el momento nadie ha lograda igualarla.
Y al menos por ahora eso seguirá así.

Gustó mucho la casa que el genial arquitecto se hizo en Pinamar, décadas pasadas, para vacacionar.
Luego la vendió.
Pero su selló perdura. Por eso la mostramos en eh!

UNA CASA PARA VIVIRLA INTENSAMENTE



Texto Paula Riveros
Estilismo Mariana Rapoport
Fotos Daniela Mac Adden/surpressagencia.com


Clorinda Testa nació en Nápoles – Italia en 1923 siendo argentino desde los 5 meses de edad. Para finales de los años 50 ya se había convertido en el arquitecto más influyente de la Argentina y un artista notable. La fascinación de su niñez y primera juventud por las formas navales, y que finalmente lo conduciría a la facultad de arquitectura, se hace visible en esta casa que no deja de ser una reminiscencia de un barco. Al interior, las escaleras caracol, los techos que caen a pique diagonales, los ángulos agudos donde terminan algunos muros, las diferentes balconadas que sirven para observar la vivienda desde otro punto de vista, la diversidad de tamaños en las ventanas, las texturas del encofrado en los techos que remiten a un casco de madera e incluso las columnas que se yerguen hacia el cielo infinito en la terraza al exterior, recuerdan la cercanía al mar y confieren la ilusión de situarse en alta mar en una alegre y surrealista embarcación.
La casa actualmente pertenece a una pareja mayor que veraneaba desde hace años en Pinamar, volviéndose amigos con el tiempo de la familia Testa. Enamorados desde siempre de la autenticidad de la casa, tan pronto estuvo a la venta cumplieron su sueño de adquirirla, con todas las herencias en mobiliario y accesorios que el arquitecto les dejó. La comodidad de la vivienda está dada en conceptos que solamente un artista como Clorindo podría descubrir: Las ventanas pequeñas y la situación con relación a las zonas sociales, por su parte otorgan la paz a los dormitorios. La gran vista al mar se disfruta desde el estar – comedor, el espacio más utilizado durantes las jornadas de vacación, y desde su gran ventana se observa el camino que termina en el mar. La vivienda tiene espacios de comunicación con el exterior muy abiertos para estar en contacto con la naturaleza marina, y otros por el contrario, de recogimiento y separación para sentirse al abrigo en una zona geográfica que no deja de ser agreste. La azotea más que ser una zona social, es un lugar de eventos singulares a donde se sube unas cuantas veces al año a través de esas escaleritas laterales que dan la sensación de circular por un extravagante castillo. A esta terraza se sube cuando el amanecer es tan fantástico que amerita concederse un tiempo de contemplación aún si los vientos de la costa son bravos e inclementes. Las estructuras de la azotea fueron un primer proyecto de Clorindo para establecer unos toldos, pero debido a la intempestiva brisa se perdió el entusiasmo del arquitecto, dejando los pilares más como una forma escultórica que no responde ya a una función pragmática.
Los acabados en cemento alisado pintado en una diversa paleta de colores contrastantes más las instalaciones eléctricas a la vista luciendo el colorido de sus cables son utilizadas no como un recurso de economía, sino como una simplicidad constructiva que puede adquirir una expresión plástica, un elemento que Clorindo como artista aprovecha para generar significados y efectos en la percepción de los espacios. Así se evidencia una vez más que las construcciones arquitectónicas de Testa, lejos de responder a tecnicismos y a lo estrictamente profesional, son una obra de arte donde él imprime su propia visión de mundo, ideales, conceptos y sensibilidad personales. El rusticismo de la casa no resulta osco ni agresivo, por el contrario, una atmósfera de fantasía se respira en detalles como la mampostería dibujada sobre los muros, los muebles hechos en cemento durante la obra, entre otras soluciones que resultan vanguardistas al extremo.
Las casas de Testa nunca son predecibles. Esto no se debe tanto a que cada una responde a las condiciones particulares del terreno y las necesidades de sus habitantes, sino a que Clorindo no crearía la misma casa dos veces. Cada una de sus obras son un punto de originalidad y creatividad. Con sus construcciones más allá de adaptarse a una serie de elementos dados, transforma lo preexistente y da vida a una experiencia completamente diferente del habitar.


SI LES GUSTO LA CASA (que hoy publicamos en el suple eH! que acompaña en la edición de papel del diario RIO NEGRO) PUBLICO MAS FOTOS... ¿les parece? TIENE UN DISEÑO INCREIBLE. Como para ver cada detalle.