24 » Apr 2010 Buen fin de semana

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06 » Mar 2010 El otro terremoto que siempre nos sacude




En este blog siempre estamos hablando de creación.
Creación de objetos, obras, circunstancias, de sociedades, de vida...
Y es justamente en estos dos últimos puntos, en el contexto del reciente terremoto que devastó a Chile, es que quería compartir este pensamiento de la periodista y académica chilena Cecilia García Huidobro, que hace una lectura más que profunda sobre lo que sus conciudadanos acaban de vivir trágicamente.

Valen dichas palabras también, me parece, para quienes vivimos en sociedades tan inestables que pareciera que terremotos de otra índole -política, económica, social- cada tanto nos envuelven y nos tira a cualquier parte.

Razona Cecilia:

"Habría que preguntarse cuanto de nuestra idiosincrasia tiene relación con el sorpresivo remezón al que nos somete la naturaleza.  Como si nuestra sociedad también estuviera hecha de placas que cada tanto chocan entre sí y liberan abruptamente rasgos profundos de nuestra sociedad.
"Aunque la literatura ha sido más bien esquiva con el tema como señaló Alberto Fuguet, no son pocos los cronistas que han tenido una perspicaz mirada al respecto. Joaquín Edwards Bello luego de recordar a una emperifollada señora que una noche de temblor salió a la calle “exenta de todo decorado”, concluye que son lecciones de humanidad. “El terremoto devuelve a cada uno su valor real”.  
En una crónica posterior agrega que “el chileno está transido en filosofía de temblores. De pronto brama la tierra y nos nivela en el hoyo”. Eduardo Anguita le atribuye a la fuerza telúrica responsabilidades en nuestros defectos y Luis Oyarzún va aún más lejos. “Los terremotos son también mentales, arrasan el subconsciente, lo abrazan y requiebran (…) La corteza terrestre en este país es delgada, quebradiza, inestable, como la cáscara de la conciencia. Esto es Chile, este contradictorio país.”  Somos cambiantes pues “el color gris predominante, la opacidad, el sueño de marmota del que hablaba Vicuña Mackenna, el peso de la noche, son interrumpidos de cuando en cuando por los exabruptos de una geografía extravagante”, reflexiona Jorge Edwards. Pero de todos los cronistas, acaso Rafael Gumucio sea el más certero.
“Es difícil calcular hasta qué punto la espera de ese terremoto grande, de ese Apocalipsis, ha marcado la psicología nacional. Quizás se debe a ella nuestra incapacidad de contar una historia con comienzo, medio y fin. Para nosotros, el fin puede ocurrir en cualquier momento. El fin de cualquier historia lo encontramos en ese accidente que se traga sin lógicas ni patrón la casa y la parrilla y las sillas del jardín. (…) Ni nuestras convicciones ni nuestras revoluciones tienen raíces tan profundas, porque en lo profundo yace justamente la fuente de todas nuestras inestabilidades”.

¿Habrá que concluir que en el libro sagrado de la chilenidad en el principio no era el verbo sino que era el terremoto?
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17 » Mar 2009 CARTA ABIERTA A MARCELO TINELLI

Quienes estamos en eH! también nos preocupa la discusión de ideas. Por ello rescatamos esta carta abierta a Marcelo Tinelli que el sábado último Eduardo Aliverti leyó en su programa de radio que se escucha acá en la zona.

LA COMPARTIMOS....




Carta a Tinelli de los vecinos del asentamiento El Chorizo, San Juan‏

Estimado Marcelo: luego de escuchar tus declaraciones en el programa de Rial, donde tan claramente expones la pesadilla que están viviendo vos y otras personas en Buenos Aires y coincidiendo plenamente con tus expresiones de:

"La entiendo perfectamente a Susana (Giménez), si me mataran un ser querido también pediría la pena de muerte, y yo también estoy cansado de los derechos humanos a los presos".

"La gente ya no sabe como vivir, ni siquiera nos podemos mudar porque ¿adónde vas a ir? Todo el país es inseguro".

"Hoy te matan por el pancho y la Coca (Cola)".

"Miramos el país como si fuera una película, nadie se hace cargo de nada. Yo no digo que hay que hacer la ley bruta pero algo hay que hacer".

"La inacción es lo que genera todo esto y nos estamos acostumbrando a tres o cuatro muertes por día que aparecen en los medios y esas son solas las que aparecen. Hay decenas, cientos de muertes más. Acá nadie se hace responsable de las cosas".

“Salís a la calle y te matan a vos, a tu hijo, de seis tiros. Vos vivís en un country cerrado, en un edificio con rejas, y los delincuentes andan sueltos”.

”Nosotros no tenemos que encargarnos de esto (...); nosotros damos trabajo a la gente, entretenemos. ¿Por qué tenemos que estar controlando la cuadra, la casa, el barrio? Pagamos nuestros impuestos para que alguien vele por nosotros"

Un grupo de vecinos del asentamiento El Chorizo, ubicado en una zona rural de la provincia de San Juan, sensibilizados por tus palabras, nos reunimos en asamblea y, decidimos darte una solución. Nuestro barrio es humilde, te aclaramos, pero no hay inseguridad. O por lo menos la inseguridad que sufres vos en la gran ciudad.
Si la memoria no nos falla aquí no han matado a nadie. Por lo tanto hemos decidido, por unanimidad, darte un lugarcito en nuestra barriada. Hemos decidido esto porque ninguno de nosotros olvida tu valioso trabajo de “entretenimiento” durante casi las dos últimas décadas. Que coinciden con las más duras recordadas por muchos de nosotros. De hecho, nuestro asentamiento está ubicado en las antiguas vías del ferrocarril. ¿Te acordarás Marce del Ferrocarril? Ese que en los `’90, cuando empezabas tu carrera meteórica, Neustadt que nos “aleccionaba” usando el “sentido común” no nos “entretenía” como vos, decía que debíamos privatizarlo porque nosotros (o el Estado) tenía que subvencionarlo. Hasta que por suerte desapareció (el ferrocarril, digo). Sin embargo pasó algo curioso. Muchos perdieron el trabajo, otros la forma de transportarse y por ende el trabajo, y otros que vivían de los que vivían gracias al tren también perdieron el trabajo. Dicen que un millón de personas tuvieron que emigrar a las ciudades. ¿Será cierto? La cosa es que seguimos subvencionándolo. Si, podes creer, vos, yo, nosotros, los que pagamos impuestos. Pero no todas fueron pálidas, algunos salimos ganando. Gracias a Menem que lo hizo, Neustadt que nos lo vendió y vos que nos sacaste la mufa, ahora tenemos donde vivir. Fueron épocas duras, pero por suerte vos estabas allí para “entretenernos”. ¿Te acordarás Marce en los ‘90 cuando abrieron los mercados y cerraron las fábricas? ¿Cuando privatizaron YPF y se popularizaron los piquetes? Si te debes acordar.

Era cuando el 1 a 1 que te permitía mandar los muchachos que trabajaban con vos a otros países para burlarse de los lugareños. Que gracioso. Después de buscar laburo todo el día, llegábamos a nuestro rancho para poder verlos y divertirnos junto con ustedes. ¿Que boludos los italianos, no? Que divertido, menos mal que estabas vos para “entretenernos”, Marce. Por habernos entretenido tanto en esos amargos momentos es que te haremos un lugarcito en nuestro asentamiento. Ya hablamos con el puntero de turno y nos dijo que solo te cobrará $500 por la parcela. Si nosotros pudiéramos te ayudaríamos, pero nos agarra en mal momento porque ya hicimos la tómbola para buscar fondos para la operación de Yésica. La Yesi es hija de una niña de 14 años con desnutrición que nació con una malformación. Marce: ¿sabias que en Argentina mueren 20 niños por día por desnutrición? ¿Casi una tragedia no?

Pero volvamos a la tómbola. No nos quedó otra porque, como te imaginaras, La Yesi no tiene obra social, y en el hospital no tienen insumos. Esto también empezó en los ‘90 Marce. ¿Te acordarás? Era cuando mostrabas las chicas pulposas. Que buenas estaban, Marce. Parece que estábamos demasiado “entretenidos” porque llegaron unos tipos de unos organismos internacionales que nos decían que para pagar la deuda externa había que bajar los gastos en salud y educación. ¿Te acordarás? Parecían bloopers de VideoMach. Tal vez no te acuerdas, y lo entiendo, porque no podes estar en todas: buscando gente de quien burlarte, chicas que quieran mostrar los pechos por unos pesos, coordinar con los del programa para ver cuando hay que reírse, cuando aplaudir, cunado burlarse, la publicidad, la fama. Lo de la educación no nos importa tanto. Por aquí ya casi nadie va a la escuela. ¿Sabías Marce que en la Argentina para el 2001 no superaban un 25% los jóvenes entre 20 y 24 años con secundaria completa? Igual a nosotros no nos complica, porque para cosechar uva, tomate y trabajar en la construcción no nos exigen la secundaria. De hecho, menos mal que no nos exigen ni la primaria o saber leer y escribir. Menos mal Marce, sino estaríamos realmente jodidos. Tu parcelita estaría al lado de la de los Carrizo. Son buena gente. Si hubiera trabajo trabajarían de seguro. Don carrizo toma mucho, pero nunca le ha pegado a nadie que no sea su mujer o sus hijitos. Dicen que se puso malo desde que Carlos, el hijo mayor, tuvo el accidente. Se cayó del camión de la cosecha y lo aplastó el trailer. La policía no sabía si ponerlo como accidente de tránsito o de trabajo. ¿Sabías Marce que en el 2008 murieron más de 8100 personas en accidentes de tránsito? ¿Y que en ese mismo año murieron más de 1000 en accidentes de trabajo? Es impresionante. ¿No Marce? Pareciera un castigo de Dios. Igual a Carrizo no le importó como lo anotaron, solo le dolió la muerte de Carlos y que este dejara su novia e hijita desamparadas. El viejo no lo supera. Ah… ¿sabias que Don Carrizo era ferroviario? Volvamos a tu parcelita Marce. Es la más alta del asentamiento, por lo que es improbable que se te inunde en la época de lluvia. Igual en San Juan no llueve mucho. No hay agua potable, pero por unos pesos te llenan unos tachos y listo. Lo que si, tienes que asegurarte unos mangos a fin de semana para tal fin. Tampoco creo que tengas problema en conseguir trabajo. Tal vez puedas ser locutor de radio. Aquí son tan malos que lo único que hacen es imitarte a vos. Llegas a venir vos y los flacos se tienen que hacer vecinos nuestros. Quedarían, realmente, en la lona. ¿Como no le van a dar trabajo a Marcelo Tinelli? Educado (¿terminaste la secundaria vos, no?), blanco, alto, con toda la facha y la mosca. ¿Como hiciste Marce para que te vaya tan bien cuando la mayoría de los argentinos quedaba en la pampa y la vía? Y después la mayoría en la pampa y nosotros en la vía (ja, ja, un chistecito de los tuyos).

Te confieso que por momentos te tengo envidia. Pero nunca como para matarte, tranquilo. Hablando de muerte, acá me recuerda doña Carmen que si hubo un hecho de sangre. No en nuestro asentamiento, pero el Sordo, como le decían, era vecino nuestro. Lo mató la policía un día que se escapaba con un televisor y un dvd robados. Le gritaron: ¡ALTO!, pero no escuchó. No salió ni en las radios pedorras de acá. Se le había roto el suyo y quería verte, cueste lo que cueste, decía. Eras su ídolo. Igual, como dice la Su: el que roba tiene que morir. ¿O el que mata? Bueno, no se, alguien siempre muere de todas maneras. Bueno Marce, no queremos distraerte más con cosas sin importancia.

Sabemos que pronto contaremos con tu vecindad, ya que si bien es una comunidad humilde, se aleja mucho del infierno de vivir en un country encerrado y al acecho de una turba de mal vivientes esperando arrebatarte la vida.

Un afectuoso abrazo y te esperamos.

Vecinos de El Chorizo


PD: acá también comemos panchos, pero con Tuya (Cola). La vida vale un poco menos.
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30 » Dec 2008 FELIZ AÑO NUEVO PARA TODOS

Que las cosas más pequeñas -un abrazo, un saludo, una palabra, un gesto, un brindis, una mirada- nos sigan uniendo.

De eso se trata eH!.


FELIZ AÑO NUEVO



Horacio Lara
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30 » Dec 2008 De mi ánimo a mi olvido, por ANGELES MASTRETTA

Del blog de Angeles Mastretta: me gustó porque pinta el espíritu que muchos cultivamos por estos días de celebración. Que lo disfruten. Y un fuerte abrazo.





De mi ánimo a mi olvido
Escrito por: Ángeles Mastretta el 27 Dic 2008

Todas las familias hacen ruido, pero la nuestra podría ganar casi cualquier concurso que tuviera como fin darle un premio a la buena mezcla de emociones cruzadas por decibeles. ¡Qué manera de gritar la de los hermanos Mastretta Guzmán con todo y sus cónyuges y sus hijos! De tanto saberlo, en los últimos tiempos se nos ha ocurrido comer en el jardín. Así es como hasta los perros han logrado aceptar que es mejor el aire libre con tal de que nuestro vocerío se apacigue entre los pinos y los fresnos que nos rodean. Sin embargo, ayer, cuando el naranja de la tarde se tiñó de rojizo y de viento, hubo que entrar a la casa con todo y nuestros cantos. Antes habíamos puesto muchas veladoras entre los pensamientos del jardín y cantado "Mambrú se fue a la guerra" en una versión a la que yo, en la infancia y sobre los desvelos de mis hijos, le agregué dos estrofas que hacer que Mambrú vuelva de la guerra y busque la paz.
Siempre hacemos una rifa con dados. Hemos vuelto el asunto una tradición con cuyas anédotas podríamos hacer un historial divertido. Creo que si nos sentáramos a hablarlo encontraríamos que nuestras versiones de cada encuentro no siempre coinciden en los detalles, pero sin duda sí en la certeza de que llevamos años divirtiéndonos con este juego idéntico que siempre termina distino. En la versión de mi hijo Mateo él nunca se ha sacado ni uno sólo de los dibujos precisos y perfectos que hace su tío, el célebre y celebrado diseñador industrial Daniel Mastretta. Lo que yo veo es que la pared de su cuarto tiene nueve espectaculares automóviles dibujados por el tío. No sé quién se los sacaría en la rifa, pero son suyos. Siempre han sido los dibujos de Daniel y las pinturas de Verónica, (algunas muestras de ambos pueden verse en internet si ustedes los buscan por su nombre), los premios más codiciados de nuestra lotería. Sólo que ayer dispusimos que nadie llevara regalos porque aún nos faltan por repartir varias cosas queridas y dejadas, no abandonadas, en la casa de mi madre. Así que nos disponíamos a semejante rifa cuando Andrés Mastretta Jiménez, hijo del diseñador y la chef,puso sobre la mesa el juego que hizo pensando en cómo entretenernos el atardecer. Y nos dieron las seis y las siete, las ocho y las nueve y las diez, litigando en torno al ir y venir de unos cochecitos de carreras que, conducidos, en cada turno, por la mano distinta de cada uno de los miembros de cada familia, debían cruzar la meta para obtener el derecho al turno para elegir uno de los cinco objetos con que se abrió la repartición. Teníamos más de veinticinco: grandes, chicos, medianos, viejos, nuevos, memorables o nimios. No pasamos de los primeros cinco. Por ley, por herencia y por necios, mis hermanos toman tan en serio las carreras de coches, que hasta las de mesa los llevan a gritar como si estuvieran en un autódromo y les fuera la vida en la premiación. Se adueña de ellos el espíritu de Taruffi o el de Bonetto y todos, ellos y sus descendientes, enloquecen jugando carreritas. Y me conmueven. Así los dejé anoche. Jugando a ver quién ganaba. Los Aguilar Mastretta tuvimos que volver a la ciudad de México.
Sin duda, hay más cosas bajo el cielo de las que sueña nuestra imaginación. Y, a veces, basta que la vida nos guiñe un ojo, para que se abra una tregua en lo imposible. Pasó la Navidad con sus castañas y su risa, sus velas y su amparo. No sabemos qué será de mañana, pero la luminosa noche del veinticuatro bajo los volcanes, y la tarde de ayer bajo la euforia no pasarán de mi ánimo a mi olvido.

Punto: Un abrazo especial y agradecido para los blogueros que este año comparten su primera orfandad.

Punto y aparte: Un abrazo muy especial para quienes ahora mismo tienen hijos o seres amados a quienes miran estremecidos por tal cosa como un crisis de epilepsia. Aquí, como pueden ver, hay compañía para ustedes.
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