La identidad de una comunidad es un asunto tanto del "ser" como del "llegar a ser".
Está sujeta, dicen los que saben, a esa dialéctica y juego tan creativo e inesperado que provocan la historia, la cultura, el poder, las prácticas y las relaciones cotidianas, los símbolos y el imaginario del momento.
De este modo, la identidad no sólo mira el pasado sino también al futuro buscando qué proyectos -o que utopía- se propone para dibujar un mejor horizonte para todos.
La pregunta por la identidad, entonces, no solo pasa por "qué somos" sino también por "qué queremos ser". Todo movimiento que provoquemos, en este sentido, abona respuestas a estas dos preguntas.
Hoy, en la sección Carta de Lectores, del diario "Río Negro", un ciudadano de Roca reacciona, en pleno contexto de campaña electoral municipal, ante las pintadas en plena noche que se le han hecho al Monumento a la Manzana, en pleno centro de la ciudad o que el busto de Eva Perón, en la plaza céntrica frente a la comuna, amanezca decapitado.
"Desmerecer las obras que producen envidia e impotencia a los que tuvieron la oportunidad y no las hicieron, sólo les queda el recurso de la descalificación sin sustento y pobre de contenido, demostrando una vez más la escasa imaginación de propuestas, atinando sólo a destruir señales de calles, manchar con pintura monumentos, edificio municipal, cortar soga de mástil, etc. etc., sin respetar siquiera a la comunidad, ya que a ella le pertenece todo aquello que se dañe", afirma el lector de "Río Negro", Eduardo Jorge Pompei.
Si adoptamos una perspectiva creativa y proactiva, como diría la socióloga norteamericana Marylin Ferguson, sabremos y haremos lo que debemos hacer en pos de una identidad que nos llene de orgullo y felicidad.
Y los que no la tengan, que por favor no expandan su desdicha.
HORACIO LARA
hlara@rionegro.com.ar