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18 » Oct 2008 |
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¿Te gusta mi cresta? |
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por ROSA M. TRISTÁN (El Mundo, España)
MADRID.- La función de la extraña cresta que adornaba la cabeza de algunas especies de los dinosaurios era la comunicación mediante ultrasonidos. Esta hipótesis, que lleva años barajándose, ha sido confirmada ahora por las reconstrucciones en tres dimensiones, realizadas por paleontólogos norteamericanos de las universidades de Toronto, Ohio y Montana.
Puesto que la cresta es un tejido blando que no se fosiliza, los investigadores han tenido que analizar los cráneos y las cavidades nasales de tres diferentes especies de saurios hasta lograr reconstruir, mediante tomografías computerizadas, la forma concreta de la cabeza, por dentro y por fuera.
Para culminar la tarea ha sido necesario aunar toda la información disponible sobre estos fascinantes 'lagartos gigantes' del Cretácio, desde moldes del cerebro y del oído hasta estudios sobre sus relaciones evolutivas y la variabilidad entre diferentes especies: los 'Croythosaurus', los 'Parasaurolophus' o los 'Lambeosaurus', todos ellos adornados con las protuberancias.
El resultado fue presentado ayer en Cleveland (Estados Unidos), en la reunión anual de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados, donde explicaron con todo tipo de detalles cómo eran sus cerebros y las cavidades nasales. "La forma de ese cerebro puede decirnos muchas cosas sobre qué sentidos eran los más importantes en la vida cotidiana de los dinosaurios", señaló David Evans, uno de los autores del trabajo.
Aunque su colega David Weishampel ya había señalado hace años la posible función comunicadora de las crestas en este tipo de saurios, lo cierto es que también hay quien ha defendido que servían para mejorar su sentido olfativo o para regular su temperatura corporal.
A falta de fósiles de las protuberancias de unos animales que desaparecieron hace 65 millones de años, Lorenzo Witmer y Ryan Ridgely, de Ohio, comprobaron con los escáneres tomográficos que había una unión extraña entre la forma externa de la cresta (que debía ser una representación visual) y la forma interna de los conductos nasales, lo que sugiere que podían servir para una función especial.
Puesto que el área del cerebro destinada a los olores era pequeña (no debían ser rastreadores), la función deba ser otra, como avisar a sus congéneres de un peligro o transmitirles un mensaje. La cresta servía de caja de resonancia de los sonidos de baja frecuencia que emitía. De hecho, comprobaron también que el oído interno era extremadamente preciso, por lo que podían recibir estos sutiles mensajes sin problemas.
"También nos ha sorprendido comprobar el gran tamaño de los centros de su cerebro asociados con importantes funciones cognitivas", ha explicado Witmer. "Ya se sospechaba que los dinosaurios con pico de pato y cresta utilizaban un lenguaje visual y vocal, pero ahora hemos comprobado que tenían la capacidad cerebral y la energía suficiente para que realmente ocurriera", señala el paleontólogo.
En definitiva, han puesto de manifiesto la importancia de integrar imágenes en tres dimensiones con estudios filogenéticos y evolutivos para comprobar hipótesis existentes sobre la función y evolución de animales que ya no existen. |
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