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03 » Oct 2008 |
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La mirada de Sanzón |
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El nene es un enano divino que la mayor parte del día corre a una cuzquita gris y marrón en su casita del paraje Butalón Norte. El resto del tiempo se cuelga de su mamá Beatriz, que lo riega de besos y mimos. El chiquito se llama Sanzón y es todo energía. Fuimos a conocerlo allá -al lejano norte neuquino- luego de que perdiera un dedo, devorado por un cajón que con roldanas y cables maroma que se usa para cruzar el río Neuquén ¿Saben lo que estar dentro del cajón? Imagínense en una bañera. Y una guardia de pirañas a veinte centímetros. Allí se ha lastimado la cuarta parte de la población del gran cañón, así se traduce Butalón. Es que no hay puentes en ese lugar y la pasarela que había se la comió una crecida. Pero todo esto ya lo contamos cuando viajamos hace veinte días, con Leo Petricio, el reportero gráfico que tomó la foto del gran Sanzón.
Me impactó el accidente, mirar la manito de dedo ausente y tocar la mejilla paspada de ese nene pícaro y amable. Pero, más que todo, me impactó el olvido al que se ha acostumbrado esa gente: las 96 almas que viven en Butalón. El hermano de Sanzón, Simón de 13 años, dejó la escuela porque no se acostumbró a la ciudad. Pero la ciudad, no era tal, era un pueblito que se llama Las Ovejas, que ni por asomo llega a las 1.500 almas en la zona urbana. Hablé con Simón, me pareció muy inteligente, pero está pensando si vuelve o no al secundario de Las Ovejas, el año que viene.
Hace falta un puente en Butalón. Y mucho más que un puente. Ha sido el seccionado dedito de Sanzón el disparador de algunas soluciones: esta semana quedó inaugurado el cajón eléctrico y habrá un refugio para los cajoneros. También se habla de hacer una pasarela para autos mientras se repara el camino que lleva a Huinganco, el municipio del cual dependen aunque están ahí nomás de Las Ovejas. Ojalá se cumplan todos los compromisos. Para llegar a Huinganco en auto demoran dos horas, para Las Ovejas apenas 25 minutos.
El día de la publicación, Juan Carlos Almaraz escribió a mi dirección electrónica preguntando cómo podía comunicarse con la familia de Sanzón Iturra, pues quería hacer algo, lo que sea. Me preguntó si tenía una dirección y le dije que no había, que el correo es imposible: no hay calles en Butalón. Entonces, tendimos un puente con la dirección provincial de Vialidad y ellos hicieron lo propio con la familia Iturra (Gracias Vialidad).
Hoy me escribió Juan Carlos. Me dice que en su lugar de trabajo (la empresa Key Energy) compraron juguetes y ropa para mandarle al pibe y que este domingo se las entregan. No lo conozco a Almaraz pero me gustó su gesto. Pero aún así me animo a pensar que recibirá algunas críticas, como me criticarán por destacar su acto. Estoy seguro que pasará. Y también habrá gente que dirá, "qué bueno...pero no alcanza".
Pero más allá de todo lo que pueda pensarse, conservo algo que escribió Juan Carlos: "me conmovió y me emociona la mirada de ese nene". Me pasa lo mismo. Y me crea un compromiso. Creo que Juan Carlos y sus compañeros tiraron un puente. Hay otros puentes que son obligación del Estado, para que Sanzón no tema como teme Simón, y para que sus papis sepan que no es normal pasar toda una vida del otro lado. Sanzón nos está mirando. |
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