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11 » Oct 2010 |
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S.O.S ¡Guanacos! |
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El guanaco es un emblema de la Patagonia y ha sido clave para la vida y el desarrollo de los primitivos habitantes de esta parte del planeta. Pero sólo ha sido a partir de la acción del hombre en los últimos 25 años que el animal dominante ha sufrido drámaticas reducciones en ciertas zonas del norte de la Patagonia. Fue principalmente por la acción de los cazadores furtivos que, aprovechando la existencia de miles de caminos petroleros construidos muchas veces en lugares imposibles, pudieron ingresar y exterminar a una impresionante cantidad de ejemplares del camélido. En el último cuarto de siglo se ha perdido el 90% de la población de guanacos en la región de Auca Mahuida, estima el biólogo Andrés Novaro, el Director del programa Estepa Patagónica y Andina de la Wildlife Conservation Society (WCS) en Argentina.
En este contexto, un grupos de científicos y conservacionistas con el apoyo del Conicet y municipios de Neuquén y Mendoza- proyectan desarrollar un corredor sin barreras en la Patagonia Norte: guanacos libres entre una provincia y la otra, recuperando un ancestral contacto. La iniciativa tiene como eje, está claro, la protección de los guanacos pero también a otras especies autóctonas.
Si nos remontamos hace más de un siglo a lo que los exploradores y naturalistas observaron en sus viajes por una salvaje e inexplorada Patagonia, vemos con asombro cómo describían encuentros regulares con manadas de centenares de guanacos, y que la observación de otras especies como choiques, pumas, maras, huemules y zorros era moneda corriente. Todo eso ocurría en un ambiente inhóspito, donde los pueblos originarios que habitaban la región cazaban animales para su subsistencia. En ese escenario, los guanacos eran los herbívoros dominantes y autóctonos del paisaje y constituían las principales presas de los pumas. También ocurría un fenómeno hoy ya casi perdido: los guanacos realizaban migraciones buscando campos más protegidos y bajos en invierno y buenas pasturas en sitios más altos en verano, tal como los crianceros trashumantes continúan haciendo actualmente con su ganado, expresaron los especialistas.
En Patagonia Norte, las principales poblaciones de guanacos se encuentran actualmente en las reservas provinciales La Payunia y Auca Mahuida, localizadas en Mendoza y Neuquén respectivamente. Entre esos núcleos poblacionales ubicados en áreas protegidas, existen varias pequeñas y aisladas poblaciones de guanacos, que son testigos vivientes de la conexión histórica entre guanacos mendocinos y neuquinos.
Esa antigua conexión ha sido confirmada por estudios genéticos que muestran que las poblaciones de Payunia, Auca Mahuida y las pequeñas poblaciones intermedias son básicamente idénticas. Esto no significa que todos los guanacos de una provincia viajaban necesariamente a la otra, pero sí que con cierta frecuencia individuos de poblaciones cercanas cruzaban el río Colorado y se reproducían entre sí, pues las poblaciones se distribuían en forma mucho más uniforme a la actual.
Es para recuperar esa superficie de terreno de unas dos millones de hectáreas- que la ong WCS, el Conicet, el Grupo de Ecología y Manejo de Vertebrados Silvestres (Gemaver de Iadiza, Mendoza), junto a organismos ambientales y de áreas protegidas de Mendoza y Neuquén, elaboraron la propuesta del Corredor del Guanaco Payunia-Auca Mahuida.
Un corredor biológico funciona como una conexión entre sectores de hábitat (muchas veces llamados parches) o entre poblaciones de animales separadas por algún tipo de barrera natural o humana. Por lo tanto, un corredor permite que los animales se desplacen entre sectores de hábitat favorable, que las plantas se propaguen para establecerse en nuevos sitios, que exista intercambio genético a través de la reproducción entre individuos de distintas poblaciones y que los animales se muevan en respuesta a cambios ambientales agudos, como una gran sequía u otros eventos climáticos extremos.
Sin embargo, la fragmentación poblacional puede deberse a actividades humanas que afectan la supervivencia de una especie. En el caso de los guanacos, éstos desaparecen en áreas donde la caza es muy intensa o la densidad de ganado es muy elevada, aun cuando el hábitat no esté profundamente alterado. El corredor biológico puede ser una herramienta clave para conservar especies de fauna silvestre que necesitan grandes áreas para subsistir y para evitar el aislamiento de áreas protegidas, tal como puede ocurrir con las reservas naturales Payunia y Auca Mahuida en Patagonia norte.
La propuesta, que comenzó a formalizarse en marzo de 2007, consiste en que dentro del área del corredor se eliminen las amenazas a la fauna, como la caza furtiva, y se reduzcan otras amenazas, como las derivadas de prácticas ganaderas no sustentables y ciertos impactos de la actividad petrolera y minera.
Hace tres años, luego de un encuentro en Malargüe, se adhirieron a esta iniciativa las municipalidades de Añelo y Rincón de los Sauces, las comisiones de fomento de Aguada San Roque y Los Chihuidos y el cuerpo de Guardafaunas neuquino. Y por parte de Mendoza el Consejo de Desarrollo Sostenible y la Cooperativa Payún Matrú, además de la municipalidad de Malargüe. Además de las entidades mencionadas, es intención sumar también en estas tareas a las empresas privadas que operan en la zona del corredor, especialmente a las empresas extractivas hidrocarburíferas y mineras, y a los crianceros y propietarios de tierras de la región.
La propuesta del corredor puede contribuir al desarrollo regional de una zona rural sumamente postergada hasta el presente, incrementando la presencia de guardaparques y guardafaunas, contribuyendo a la solución de conflictos mediante la compatibilización entre los requerimientos de conservación de la fauna silvestre y los requerimientos de desarrollo de la ganadería de los pobladores rurales, promoviendo una ganadería sustentable y actividades alternativas tales como el ecoturismo, expresaron los promotores de la iniciativa. |
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