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12 » Jun 2008 |
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Ahí viene la plaga |
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La única plaga tienes dos patas y se mueve en preferentemente en camioneta. Un reciente informe presentado por el ministerio de Desarrollo Territorial de Neuquén reveló que los hombres (incluimos aquí a las damas) estamos destruyendo a las araucarias o pehuenes de esta provincia. Se sospechaba de una perniciosa peste arbórea pero los técnicos y científicos dijeron que no, que -más bien- somos los humanos, los cuales no nos privamos de nada: metemos motos, triciclones, autos y camionetas entre las plantas y también pisamos a las pequeñas araucarias, nos llevamos sus semillas (los piñones) o bien cargamos a los “pinitos” para las macetas. Así, estos árboles centenarios se han estresado y enfermado. No es la única razón pues las araucarias también han envejecido y por las razones expuestas el proceso depredatario ha impedido el reemplazo natural.
“No se encontró ningún agente con característica de plaga y que la principal causa de deterioro de los ejemplares es la actividad humana", reveló la provincia.
A continuación el informede prensa y las recomedaciones.
El análisis abarcó a las araucarias o pehuenes ubicados en las localidades de Primeros Pinos y Caviahue-Copahue, y en las zonas de Pino Hachado y el cerro Batea Mahuida.
Los investigadores informaron que observaron dos realidades diferentes: por un lado, encontraron áreas en donde la sanidad de los bosques de araucaria era buena; mientras que en otras, donde la presión antrópica es notable, algunos ejemplares de esta conífera estaban seriamente afectados. Cabe destacar que el principio antrópico se refiere a todo lo que tiene su origen o es consecuencia de las actividades humanas.
Entre los principales factores que afectan a las araucarias, se mencionan los incendios forestales, en particular los de gran magnitud, pero también los daños producidos por los fogones de turistas, veranadores y piñoneros. También contribuyen al deterioro -expresa el informe- el avance de las urbanizaciones, la construcción de caminos, la actividad turística y el sobrepastoreo y pisoteo producido por la trashumancia.
El documento señala que muchos ejemplares se encuentran en la etapa de desmoronamiento, que comienza cuando las araucarias tienen entre 700 y 800 años. El desmoronamiento implica la disminución de la superficie foliar (las plantas se secan y van muriendo las ramas desde la base al ápice), lo que provoca finalmente la extinción de toda la conífera.
Los expertos sostienen en el escrito que en la etapa previa al envejecimiento, que se inicia aproximadamente a los 500 años, existe una mayor vulnerabilidad del ejemplar ante el ataque de diversos agentes, ya sea hongos o insectos.
En el informe, los especialistas relatan que observaron una importante cantidad de insectos sobre los ejemplares estudiados; entre ellos, el más perjudicial para esta conífera: la “polilla de la araucaria” (Hylurgonotus tuberculatus). Sin embargo, ninguno de los insectos detectados tiene carácter de plaga, ya que sus poblaciones se encuentran en equilibrio con el ecosistema en su conjunto.
Las áreas forestales más afectadas están ubicadas en las cuencas del Litrán, Lonco Luán y Quilca; así como en la zona de Caviahue. En esa región, el grupo investigador pudo observar una gran cantidad de araucarias en fases de envejecimiento y desmoronamiento. La mayoría estaba todavía en pie, sin detectarse regeneración natural por semillas sino una muy escasa por vía agámica (multiplicación de la planta a partir de sus raíces).
En el mismo sector, el equipo especializado detectó la presencia de insectos en ejemplares sobremaduros y jóvenes asociados a ciertas condiciones ecológicas, en especial en zonas cercanas al límite Este de la distribución de las araucarias. En ningún caso se observó un ataque masivo ni que los insectos fueran los causantes de la muerte de las coníferas.
Además, en las zonas exploradas, se encontraron a la vera de los caminos algunos ejemplares muertos o seriamente afectados, como consecuencia del movimiento del suelo que se realizó durante la construcción de las sendas viales. La remoción del suelo había provocado, en muchos casos, el desraizamiento y posterior muerte de las coníferas; tanto las que estaban en pie como aquéllas que habían caído por los mismos movimientos.
El crecimiento turístico, una de las problemáticas de las araucarias
Los expertos destacaron que la principal causa de las aparentes afecciones interpretadas como “plagas o enfermedades” son causadas por el estrés al que están sometidas las araucarias en aquellos lugares donde hay excesiva actividad humana. “No hay renovación de ejemplares debido al pisoteo y también a la ausencia de semillas, ocasionada principalmente por la recolección de piñones, entre otros”, cita el informe de los profesionales.
En Caviahue, los profesionales del ministerio de Desarrollo Territorial y de la Universidad Nacional del Comahue observaron en las araucarias problemas ocasionados por el gran desarrollo turístico; que genera un incremento tanto en la afluencia de personas como en la construcción de edificios.
A modo de ejemplo, las “Siete Cascadas” -en Caviahue- es un área donde sólo hay araucarias, que cuenta con un intenso movimiento de turistas. El tránsito permanente de visitantes produce una acelerada erosión del suelo, de manera que muchas raíces quedan totalmente descalzadas y expuestas al pisoteo. Los especialistas encontraron que muchas de ellas estaban quebradas, descortezadas e incluso destruidas.
En la zona del volcán Batea Mahuida, una de las pocas áreas protegidas de la provincia, el panorama era diferente. En este lugar se observaron ejemplares fuertes y gran cantidad de renovales, tanto de semilla como de origen agámico.
Cómo subsanar y recuperar las araucarias
Los especialistas aconsejan en el informe que se continúe con el proyecto de recuperación de áreas degradadas, iniciado en la década de 1980 por la antigua dirección general de Bosques y Parques Provinciales. El programa comprendía la implementación de parcelas experimentales en varios departamentos de la provincia. A través de ese proyecto, se sembraron 686 hectáreas con plantines de araucaria araucana, que habían sido afectadas por incendios en la comarca lago Moquehue.
Otras de las sugerencias del documento es que se realice un proyecto de recuperación de la cuenca del Litrán y Lonco Luán, donde miles de hectáreas están en graves condiciones. Los expertos aconsejaron que ese proyecto se lleve a cabo con el consenso y la colaboración de las comunidades mapuche asentadas en el lugar, los organismos privados y los veranadores que utilizan esas tierras desde hace décadas. “Sin su aprobación e intervención, será muy difícil la realización y éxito del proyecto de recuperación”, plantean en el informe.
Por último, el equipo interdisciplinario señaló que “es imposible frenar el desarrollo de una región. No obstante, debe atenderse y extremar todos los recaudos posibles con su ejecución real, que hagan mínima la degradación del ambiente, pues es evidente que con la excepción de las áreas de parcial clausura mencionadas no se ha podido evitar el deterioro”. |
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Categoría : Varios |  Comentarios [1]
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  Peste en las araucarias. |
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Por : Anny Wess C. | 24 » Jan 2009 | 03:53 am | Email
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He plantado en mi casa varias araucarias, y una de ellas está con una peste negra en las hojas y unos insectos blancos que secan la rama ¿qué puedo hacer? pues las quiero mucho. |
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