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27 » Apr 2009 |
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Inyección para el dengue y el hantavirus |
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El ex director médico del hospital Regional Neuquén, Ernesto Rosenberg, presentó la semana pasada un proyecto para que combatir la epidemia de dengue a partir de una inyección con suero de convalecientes; es decir de personas que ya contrajeron la enfermedad. Rosenberg, quien trabajó en Villa La Angostura dijo que también sería muy interesante desarrollar una inyección de suero de convalecientes de hantavirus, un mal mucho más letal que el dengue y que desde hace más de 15 años está instalado en la zona cordillerana. De hecho hace dos semanas se confirmaron dos nuevos casos en Neuquén.
El especialista, en una nota que publicó Río Negro el sábado, explicó que el suero aplicado a un enfermo se puede desarrollar fácilmente en los institutos Maiztegui (de Pergamino) o Malbrán (de Buenos Aires) tal como se hizo hace 40 años con el Mal de los Rastrojos.
“Lo que se produjo en Pergamino debiera llenarnos de orgullo y fue una gran obra que debería ser muy conocida y ha sido modelo en el mundo sobre cómo se tratan las enfermedades virales regionales, que las hay en todo el mundo Y animarnos a elaborar un suero inmune para tratar el dengue y también otro para tratar el dengue y también otro para tratar el hantavirus, que hay en la provincia y la región".
Algunos párrafos de la nota publicada el 25 de abril.
Sobre la inyección del suero Rosenberg afirmó que la tecnología que se necesita para este desarrollo “es sencilla y barata” y recordó que la inyección de suero contra el Mal de los Rastrojos fue oportunamente reconocida como modelo para el tratamiento de las fiebres hemorrágicas regionales por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El suero de los convalecientes se logra a partir de la sangre de las personas que superaron la enfermedad y se aplicaría como tratamiento a quienes la hayan contraído.
“Esa sangre contiene los anticuerpos que liquidaron al virus y se puede aplicar a los contagiados que sufren la enfermedad aguda y grave”, explicó.
El suero extraído de sólo 100 centímetros cúbicos de sangre donada por un convaleciente de dengue contendría suficientes anticuerpos como para proteger de 12 a 50 enfermos. Y una vez obtenido requiere apenas de una heladera para su conservación. Es más, liofilizado (desecado en polvo) dura más y es de fácil manejo”, detalló.
“El arma de defensa de nuestro organismo son los anticuerpos y tanto las vacunas como el suero trabajan con los anticuerpos. El suero de convalecientes o suero inmune contiene anticuerpos, pero anticuerpos prestados; es decir no los produjo aquel que los va a usar, los produjo un enfermo, un convaleciente”, detalló el profesional |
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