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26 » Jun 2008 |
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Le robé a Bairoletto |
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Usaba fórmulas básicas y técnicas sencillas. Magistralmente. No le conocí la cara sino hasta hace algunos años (tengo 40), cuando lo descubrí en una y muchas fotos del diario. Pocos pelos, anteojos, sonrisa limpia y gesto de tipo piola. Me cayó bien pero me sentí mal. Es que este hombre, Jorge Edelman, era para mi un montón de rostros posibles, el de todos los personajes que escapaban de los radioteatros valletanos, suyos y sólo suyos. La radio era magia y había magos.
Hace un tiempo, un compañero recordaba las tenebrosas sensaciones de vampiros y telarañas que, en su infancia, le había inyectado la audición del Doctor Mortis, allá en Bariloche. Edelman, sin tinieblas y con mucho campo, hizo lo propio por estos lares y nos marcó a fuego. Por eso, siento que lo conocí a Edelman.
A las dos de la tarde, poníamos la radio a transitores apuntando al patio. Mi vieja aprovechaba para lavar y, por un rato, yo dejaba de ensuciar. En un tris, los caballos y las gentes nos arrinconaban contra la casa. Y aguantábamos hasta el cierre cuando las intrigas paralizaban la escena y la vida seguía, en la canchita o en la vereda del kiosco. Con la mano al revés golpeo el escritorio de madera e imagino que Bairoletto está al galope, en fuga una vez más. Sonríe. Y escapa hacia otra aventura. “Mi corazón agradecido solía decir”. Le robo la frase. |
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Categoría : Varios | Comentarios [1]
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Volverlo al escenario |
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Por : Julio Alberto Salto | 29 » Jun 2008 | 04:30 am | Email
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Buena la síntesis que recuerda a un grande. Sería interesante seguir con el tema y recrear incluso obras de antología de este verdadero personaje. En este blog, en el diario o por alguna radio. No faltarán seguidores.
A Ciencia Cierta es una apertura importante que tiene que extender su horizonte inclusive con la participación concreta de lectores en la sugerencia temática. |
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