Miércoles 22 de octubre de 2003

Piden ayuda para combatir la desnutrición

Alarma por una nena con raquitismo.

Los comedores no pueden cubrir la demanda.

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En el "comedor de Gloria" necesitan conseguir, entre otras cosas, "aceite de bacalao", un gran remedio para el hambre.

 

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Los niños desnutridos no son una novedad en los barrios de la periferia sur de la ciudad, pero en los últimos días una niña con diagnóstico de raquitismo despertó la alarma en el comedor el barrio Los Abedules.

La afectada se llama Tamara Baes, tiene apenas tres años, y para superar la enfermedad necesita una dieta especial que está fuera del alcance de su familia. "Los padres son desocupados y tiene cinco hijos, de los cuales tres están desnutridos" explicó Gloria Hayden, la responsable del comedor que inició una campaña para conseguir aceite de hígado de bacalao para ella y otros 30 niños desnutridos que asisten a diario a su comedor.

No son pocos los niños que concurren a los comedores barriales con problemas de peso y necesitan una dieta reforzada para revertir del cuadro clínico además de calmar el hambre. Pero los programas alimentarios oficiales se encuentran limitados y no disponen de los recursos para mejorar la calidad de los víveres que distribuyen.

Tal es el caso registrado en el Centro de Desarrollo Infantil del barrio Eva Perón que está "sobrepasado" en su capacidad y ni siquiera se puede ajustar al menú recomendado por las nutricionistas del municipio.

"No podemos hacer un menú fijo para los chicos porque nos faltan alimentos y les terminamos dando lo que tenemos, muchas veces comieron polenta sola o sopa porque no teníamos nada para darles" aseguraron las cocineras del CDI. Estas carencias muchas veces son cubiertas por las propias trabajadoras del centro desde que aportan de su bolsillo o consiguen donaciones de alimentos y artículos de limpieza. También Hayden y sus colaboradoras se vieron obligadas a apelar a la solidaridad para conseguir el suplemento dietario que necesitan los niños con bajo peso y desnutridos.

"En total son unos 30 los chicos que vienen todos los días, obligatoriamente, a tomar el remedio" indicó Silvia mientras le suministraba el aceite de bacalao al prime grupo de "obedientes" comensales, al tiempo que advirtió que "necesitamos conseguir más cuanto antes porque nos queda para unos pocos días".

A la pequeña Tamara, que contrajo anginas y se encuentra en cama, le envían su ración diaria y los alimentos especialmente preparados a la casa. "Además del remedio ella tiene una dieta reforzada que se la completamos con la ayuda del municipio" explicó Hayden.

La aparición de Tamara impulsó a Hayden y sus colaboradoras a buscar una alternativa nutricional para dar una solución más integral a los niños enfermos. A partir de esa inquietud se contactaron con la Fundación CONIN, Cooperativa para la nutrición infantil, que les suministró los programas instrumentados en territorio mendocino

El mentor de la Fundación, el médico y especialista, Abel Albino, fue le que les aconsejó el uso de un remedio tan antiguo como efectivo para combatir este flagelo derivado de la pobreza y el hambre. El problema es que el costo del aceite de hígado de bacalao resulta inaccesible para las voluntarias del barrio Los Abedules. El "comedor de Gloria" -que funciona en la esquina de Mange y Rolando- es un emprendimiento solidario que distribuyen más de 600 raciones diarias de comida, en su mayoría a niños carenciados de los barrios aledaños.

 

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