Sábado 18 de octubre de 2003 | ||||
Murió un joven por probable caso de hantavirus La víctima es un trabajador rural de Confluencia. En el hospital de Bariloche no pudieron salvarlo.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Un muchacho de 24 años murió en el hospital local ayer por la mañana, víctima de un cuadro severísimo de insuficiencia respiratoria, que reunía características muy similares a las que produce el hantavirus. La víctima es un joven trabajador rural que desempeña sus tareas en una forestación ubicada en cercanías del paraje Confluencia, donde se encuentran los ríos Traful y Limay. Esa circunstancia alimentó también las sospechas de que podría tratarse de un caso de hanta, con probable contagio en su lugar de trabajo. Por ese motivo, las autoridades sanitarias visitaron el domicilio de la víctima, los alrededores y su lugar de trabajo, y actuaron como si se tratara de un caso de hanta entre sus convivientes y familiares, aunque la confirmación recién se conocerá en la semana próxima, cuando lo informen los especialistas del Instituto Malbrán, de la Capital Federal. El director del Hospital Zonal, Norberto Delfino, explicó que el paciente había ingresado a la Guardia a las 3 de ayer, presentando el cuadro descripto, y que había fallecido a las 6 sin que surtiera efecto el tratamiento dispuesto, en la guardia y en el sector de cuidados intensivos. De confirmarse el diagnóstico presunto, el de ayer sería el segundo caso fatal de hantavirus registrado en el año en el hospital de Bariloche, luego del deceso de una chica de 14 años, que se domiciliaba en el paraje rural Río Villegas, ubicado a 90 kilómetros al sur de la ciudad. Otros dos casos se produjeron en el norte y el sur de la provincia del Neuquén en los primeros días de la semana anterior. Una de las víctimas fue un joven trabajador del paraje Tralaithue, cerca de Chos Malal, mientras que el restante vivía en los faldeos del ce-rro Curruhuinca, en San Martín de los Andes. En esta región, la enfermedad se transmite a través del virus Hanta, cepa Andes, que es portado por el ratón colilargo, que habita en zona boscosas y se acerca a las viviendas cuando encuentra allí la posibilidad de alimentarse. Las campañas de concientización que se realizan en las áreas endémicas no evitan que los contagios se repitan cada año. Sin embargo, no volvieron a repetirse la sucesión de casos mortales ocurridos a fines de 1996 en la zona, cuando la incertidumbre acerca de las formas de contagio amenazó con causar un grave perjuicio a la economía local. Aunque las recomendaciones para alejar el riesgo de contraer el virus estaban dirigidas principalmente a los acampantes, también los turistas que proyectaban alojarse en hoteles y bungalows de esta ciudad cambiaron de planes, y Bariloche vivió uno de sus veranos más angustiantes, por la inquietud que causaba la posibilidad de contagio y desde el punto de vista de la economía. "No hay caída, hay derrumbe de reservas", graficó el empleado de un hotel céntrico en ese momento, muy preocupado porque en el invierno había faltado nieve, y en el verano anterior habían sido protagonistas los incendios. El impacto del hanta virus ese año se registró en mayor medida en el segmento estudiantil, pero fue menor en el público de alto poder adquisitivo, ya que en los hoteles de cinco estrellas no hubo caída de reservas.
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