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Nadie se hace responsable por la muerte del obrero

Están presos el director de la obra y el capataz. El municipio y la provincia dicen que el accidente no fue responsabilidad del Estado. Nunca se inspeccionó esa obra, en la que la ausencia de medidas de seguridad y fallas en la construcción saltan a la vista.

En el lugar donde murió Bascuñán ayer se mantenía una guardia policial.

NEUQUEN (AN)- Carlos Bascuñán estaba contento. Después de varios meses había encontrado trabajo en la construcción, a la que había dedicado buena parte de sus 46 años, y ya no dependería de un subsidio para sobrevivir y mantener a su madre de 62 años. Lo que nunca imaginó fue que la obra se convertiría en su tumba, y que alrededor de su muerte se tejería una turbia polémica en la que cada cual atiende su juego y elude responsabilidades.

Ni la municipalidad ni la provincia se hicieron cargo de la muerte de Bascuñán, el obrero de la construcción que falleció el martes al caer desde seis metros de altura como consecuencia de lo que ahora escandaliza a todos pero antes nadie supo o quiso ver: las precarísimas condiciones de seguridad en las que trabajaba.

Martín Farizano, secretario de Economía de la municipalidad, dijo ayer que el municipio interviene en las obras privadas al comienzo, cuando revisa los planos y otros detalles técnicos, y al concluir los trabajos, para dar el final de obra. "Durante la construcción no tenemos poder de policía", señaló.

Ernesto Seguel, director de Trabajo de la provincia, explicó por su parte que sus siete inspectores no dan abasto para revisar todas las obras que se construyen en esta capital.

 "Era previsible"

 Farizano y Seguel hablaron ayer por todos los micrófonos que les pusieron delante. Los dos se escandalizaron por las condiciones en las que se estaba construyendo la obra y hasta dijeron que era previsible que algún obrero terminara inmolado en ese altar de la inseguridad Lo curioso es que nadie, ni ellos ni el personal que depende de sus respectivas áreas, lo vio antes, a pesar de que la edificación se levanta en una de las esquinas más transitadas de Neuquén.

Ahora sí, la precaria construcción se llenó de técnicos y especialistas que llenaron completos informes con todas las irregularidades, iniciaron sumarios, brindaron explicaciones. Demasiado tarde. Ayer a la tarde, la madre y los hermanos de Bascuñán sepultaron al obrero en silencio, sin haber recibido el pésame de ningún funcionario

 Dos detenidos

Bascuñán murió el martes a las 11, cuando se derrumbó parte de la losa que estaba construyendo en la esquina de Perticone y Corrientes. Estaba junto con otros tres compañeros ocupado en el encofrado cuando cedieron los débiles pilotes de cantonera de álamo que sostenían precariamente la estructura y todo se vino abajo. Sufrió aplastamiento de cráneo, según determinó la autopsia, y llegó muerto al hospital.

Los otros obreros (Jorge González, Jorge Gutiérrez y Juan Flores) tuvieron más suerte: sólo sufrieron golpes y fracturas, incluso uno de ellos ya recibió el alta médica. Ninguno vestía ropas de seguridad.

La justicia penal inició una investigación y ayer había dos detenidos.

La Policía informó que se trata de Héctor Goizueta, de 49 años, maestro mayor de obra, director de la obra y al parecer máximo responsable de lo que ocurría en esa construcción, y Abel Páez, de 48 años, capataz y encargado de contratar al personal.

Los dos serán puestos a disposición del juez Roberto Abelleira en las próximas horas. El magistrado decidirá si siguen detenidos o los excarcela, si los indaga, y en ese caso de qué delito los acusa Hasta ahora el expediente está caratulado "homicidio culposo", que es el que se comete sin intención de matar, por impericia, imprudencia o negligencia.

Fuentes de la investigación indicaron que ya se les tomó declaración a numerosos testigos, y que se pidieron informes a la municipalidad y a la provincia. De esta recopilación de datos surge que la obra estaba habilitada pero nunca ninguna repartición oficial hizo una inspección para verificar las condiciones en que se desarrollaba el trabajo.

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