Miércoles 15 de octubre de 2003

Sobre los cólicos

Intestinales, hepáticos, urinarios o menstruales, los cólicos son espasmos de la musculatura lisa de las vísceras. Uno de los medicamentos más utilizados es la hioscina, que provoca la relajación del espasmo, calmando el dolor.

13___f1_p35_smpEl dolor cólico se define como todo dolor intermitente y con diferentes grados de intensidad en el área del abdomen. Su aparición estaría relacionada con una contracción o espasmo de la pared muscular de un órgano o víscera hueca del abdomen. Según el origen del dolor, se habla de cólico intestinal, hepático (o biliar), urinario (o renal), o menstrual (o uterino). De todos ellos, el más frecuente es el intestinal.

Los espasmos de la musculatura lisa de las vísceras obedecen a una alteración a nivel de los neurotransmisores, es decir los compuestos encargados de transmitir el impulso nervioso de una neurona a otra, y de éstas a las placas motoras de la fibra muscular, desencadenando su contracción.

Los movimientos "normales" de la musculatura visceral (como la contracción o los peristálticos, que favorecen la digestión), son gobernados por el sistema nervioso periférico, autónomo o vegetativo; es decir, son involuntarios, como todos aquellos inducidos por el músculo liso, en contraste con el estriado que suele responder a estímulos voluntarios.

El neurotransmisor clave es la acetilcolina, que actúa en las sinapsis -áreas de transmisión del estímulo nervioso mediante neurotransmisores- tanto del sistema nervioso central como periférico La acción de este primordial neurotransmisor está mediada, en el caso de la musculatura de los órganos huecos, por los llamados receptores muscarínicos.

Por diferentes motivos –intoxicaciones, acción colateral de medicamentos, diferentes enfermedades o factores emocionales como el estrés - el mecanismo descrito de contracción organizada y necesaria para que el órgano en cuestión cumpla con su función, pierde coordinación, y se disparan las contracciones patológicas -espasmos- del músculo liso como consecuencia de una "sobrecarga" de los receptores muscarínicos.

A partir de este proceso la ciencia ha experimentado con numerosos compuestos que genéricamente se denominan "gantagonistas de los receptores muscarínicos", o más sencillamente, antimuscarínicos, con el fin de obtener un medicamento capaz de eliminar el estímulo que dispara el espasmo. Un principio activo que ha demostrado particular eficacia proviene de la naturaleza, como una gran parte de los medicamentos que se emplean en la actualidad.

La utilización de algunas plantas como paliativo a los cólicos y al dolor es tan antigua como los espasmos estomacales. Las plantas clasificadas por la botánica como solanáceas tienen en común poseer ciertos compuestos químicos (alcaloides), que luego se comprobaría son antiespasmódicos. De estos compuestos, los más conocidos son la atropina y la escopolamina (hioscina).

En la década del 30, el laboratorio Boehringer Ingelheim desarrolló diferentes líneas de investigación para modificar químicamente la molécula de hioscina. El objetivo era lograr que la hioscina mantuviese los efectos miorrelajantes sobre el músculo liso, sin extender su acción al sistema nervioso central. Luego de múltiples intentos desalentadores, en 1947 se logró hallar una sustancia activa, que reuniese las características esperadas: el butil bromuro de hioscina.

A partir de aquella molécula evolucionaron los antiespasmódicos de mayor utilización.

Síntomas del trastorno

• Cólico intestinal: dolor intermitente, muy semejante a un calambre, en el centro del abdomen. Como se dijo, es la forma más frecuente de cólico –afecta a 5 personas de cada 1000—y es particularmente referido por mujeres de entre 20 y 30 años.

• Cólico hepático: se manifiesta con dolor fuerte, de comienzo brusco y localizado en la parte derecha del abdomen

• Cólico renal: se caracteriza por ser un dolor muy intenso e intermitente en el costado del cuerpo que puede irradiarse hacia el abdomen y la ingle del lado afectado.

• Cólico menstrual: se localiza en la parte baja del abdomen o en la pelvis. Las menstruaciones dolorosas afectan aproximadamente al 40% de todas las mujeres menstruantes y un 10% quedan incapacitadas hasta por 3 días. Este problema es la causa principal por la que las mujeres fértiles se ausenten de sus actividades académicas y laborales; de allí la importancia del uso del antiespasmódico para relajar la musculatura uterina.

Aunque los antiespasmódicos acaban con el síntoma, deberá ser el médico quien haga el diagnóstico definitivo.

 

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