Lunes 13 de octubre de 2003 | ||||||
Verdaderas joyas mecánicas en un paisaje de ensueño EL BOLSON (AEB).- La pasión por los autos antiguos fue la excusa ideal para que decenas de amantes de los "fierros" disfrutaran de las bellezas naturales del lago Escondido, despuntaran el vicio por las carreras de regularidad y vivieran una jornada más cercana al "jet set" vernáculo que a la velocidad y las pistas. Las "500 Millas Sport" y sus autos de época pasaron por la estancia del magnate Joe Lewis dejando anécdotas y el recuerdo de algunos famosos como Gregorio Pérez Companc, quien condujo un Ford Cobra. "Esta Masseratti tuvo tres carrocerías en toda su historia. La original, una que le cambiaron a fines del '30 y otra en 1950. Se construyeron sólo siete unidades en todo el mundo y yo tengo una de ellas", contó Martín Sucari, muy orgulloso del "bólido rojo" que manejó en la prueba que recorrió toda la cordillera. Los autos antiguos y sus fanáticos pilotos llegaron hasta El Foyel para completar una serie de pruebas cronometradas en el kartódromo que el establecimiento "Lago Escondido" construyó en el lugar. Un Chrysler Le Mans, algunos Ford Mustang, Porsche, varios Ford Cobra, Alfa Romeo y Triumph, entre otros, hicieron las delicias de los fanáticos de los "fierros" que se acercaron a observar la competencia. Del ceño adusto de Gregorio Pérez Companc, controlando cada detalle de la prueba a bordo de su Ford Cobra, hasta la simpatía de Sandra Santillán, copiloto del Chrysler Le Mans y los retos de su esposo porque "no marcó la partida en el reloj", fueron muchos los que protagonizaron los mejores momentos de la tradicional prueba de regularidad. Una vez más la estancia "Lago Escondido" fue anfitriona de un evento de este tipo. En la amplia explanada, frente a la mansión que construyó el magnate Joe Lewis, se desplegaron los 60 vehículos de época que participaron de la competencia. El Jaguar, el Aston Martín, el Austin o los Porsche, no desentonaban con las líneas señoriales de la impresionante construcción. El ímpetu competitivo decayó considerablemente con el transcurso del al muerzo, servido a orillas del río Escondido. "¿Cómo que hay que hacer otras pruebas?. A mí no me mueve nadie de este lugar" decía muy segura una señora que competía a bordo de una de las más bellas unidades. Para matizar el asado, la mayoría prefirió realizar una excursión guiada por la propiedad, mientras otros seguían hablando maravillas de sus "joyitas mecánicas". La estancia de Lewis, desde hace tiempo, viene apoyando distintas actividades deportivas, como competencias de kárting, carreras atléticas o campeonatos de fútbol interinstitucionales Este fin de semana brindó el marco de belleza natural para que los competidos de las "500 Millas Sport" tuvieron un prolongado descanso. Fue paradójico ver como algunos "ricos y famosos" se quedaban boquiabiertos ante la majestuosidad de lo logrado por Joe Lewis en Lago Escondido. "Tanto las construcciones como el paisaje se conjugan de manera espectacular" señaló uno de los participantes. A regañadientes, bastante más tarde que la hora fijada, los pilotos y sus máquinas emprendieron el regreso a Bariloche. "¿Por qué no nos quedamos acá?" fue la pregunta-ruego de una copiloto, que no se resignaba a abandonar la región. Indefectiblemente partieron, con la promesa de regresar pronto. Finalizaron las "500 Millas Sport" en lago Escondido. Fueron organizadas por el magnate Joe Lewis.
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