Dos muertos y un herido en un trágico accidente

Fue en la ruta 5, cerca de Rincón de los Sauces. El conductor habría perdido el control del auto.

El Fiat Uno quedó destro-zado en el costado de la ruta.

RINCóN DE LOS SAUCES (ARS).- En la madrugada de ayer, un trágico episodio sobre la ruta provincial 5 -conocida como Ruta del Petróleo- volvió a conmover a la comunidad del norte neuquino.

Tres personas que se desplazaban en un Fiat Uno color bordó, protagonizaron un fatídico accidente a sólo tres kilómetros de ésta ciudad.

A las 6 de la mañana, el conductor del rodado abandonó su carril sobre el pavimento llegando a Rincón de los Sauces, para salirse a la banquina contraria y caer a un lado dando al menos dos vuelcos.

Por las características del accidente, la policía estimba que se habría tratado de un acto inconsciente por somnolencia, seguido de un desesperado despertar sin poder dominar el vehículo que ya había quedado fuera de control.

De los tres ocupantes, una mujer ubicada en el siento del acompañante, identificada como Cecilia Paola Tarantino, de 20 años, salió despedida de la cabina y cayó a pocos metros del Uno.

Se informó oficialmente que la víctima trabajaba en un local nocturno de esta ciudad. Se cree que su muerte fue casi instantánea por los golpes observados en la zona craneana.

El conductor del automóvil también salió despedido pero logró vivir algunas horas en el hospital local, falleciendo antes de iniciar su urgente traslado hasta un nosocomio de mayor complejidad.

Este fue identificado como Sergio Andrés Quilodrán de 32 años, oriundo de Cutral Có, pero se supo que se desempeñaba como operario petrolero en una empresa hidrocarburífera en Rincón de los Sauces.

El petrolero presentaba múltiples lesiones visibles e internas, además de un profundo hundimiento de su cavidad toráxica en su lado derecho.

El tercer accidentado que al momento del hecho estaba sentado en un asiento trasero, tení puesto el cinturón de seguridad, a diferencia de las dos víctimas fatales, lo que le permitió conservar su lugar y recibir golpes de menor importancia que sus compañeros de viaje. El sobreviviente era compañero de trabajo de Quilodrán. Las tres personas provenían de Cinco Saltos de una fiesta de quince años.

El Fiat Uno quedó literalmente destrozado sin ningún cristal y al menos con dos ruedas menos. En un radio de 40 metros del vehículo, se encontraron partes motóricas del automóvil y pertenencias de sus ocupantes, que daban cuenta de los violentos impactos de cada tumbo.

Teniendo en cuenta que provenían de una fiesta y guiando varias horas durante la madrugada, se tomaron muestras de sangre de quien conducía, para determinar presencia de alcohol y si lo hubiera, graduación del mismo.