Domingo 5 de octubre de 2003

Escenario bien montado para una disputa de poder

El Chos Malal de hace un siglo "lucía" dos bandos políticos en discordia, odios personales, acecho de corresponsales y diversidad de intereses por ventilarse ante los comisionados nacionales.

Curiosidades

• Perforadora en Comodoro. Según La Prensa del 5 de octubre de 1903, los vecinos de Comodoro Rivadavia se entusiasmaron al desembarcar del vapor Chubut la perforadora con que se intentaría obtener agua para el servicio público También arribaron el ingeniero Casullo y el maquinista Clarke para manejarla. A la vez era exitosa la suscripción popular para sufragar los gastos de perforación.

• Viviendas y boers. También en el Chubut arribaron los vecinos F. Rotello, Morgan y Bowen que llegaron como futuros pobladores. Pedro Coleto y Emilio Socin desembarcaron para construir casas confortables con adelantos modernos. Se preparaba una gran recepción para el arribo de los futuros colonos boers.

• Lamarque jubilado. El 5 de octubre de 1903 no fue un día feliz en Choele Choel. Es que "causó sentimiento general el retiro del juez letrado Dr. Lamarque que se ha jubilado" (La Prensa, del 6). El gremio de procuradores preparaba un obsequio mientras que los vecinos de Buena Parada tomaron iniciativa por elaborar un pergamino con firmas y fundir una medalla de oro que homenajear su labor.

En el otoño de 1903 Neuquén era un territorio intervenido y su capital -Chos Malal- un caos de rencillas indomables, secuelas de una administración inepta, corrupta y autoritaria. El recién llegado secretario de la comisión interventora arribada el martes 21 de abril, Alejandro Ghigliani, periodista de El Tiempo de Buenos Aires -y que asistía al comisionado Carlos Gallardo-, debió repasar sus anotaciones de la gira de trabajo a partir de la estación Neuquén y travesía por Las Lajas y Ñorquín hasta la antigua capital neuquina.

En Chos Malal le esperaba el trabajo pesado de la comisión. Recomponer el historial de puja entre el poder político -arbitrario- y la oposición implacable y válida para el apoyo de los diarios opositores en Buenos Aires.

Ghigliani, también inspector de las postas de correos y telegráficas, debía recabar un censo de la población local con el par de empleados traídos desde Buenos Aires. Telegrafiaría él mismo los envíos confidenciales al Ministerio del Interior y alistaría el cartel destinado a los vecinos convocándolos desde el jueves 23 "de 9 a 12 y de 1 a 4 p.m.". Comparecerían los suscriptores de reclamaciones al gobierno central y nuevos denunciantes. Debía releer 4 expedientes con denuncias contra el gobernador Juan I. Alsina (el 4307 letra "T" de 1902; el 505 "O", el 187 y el 1049, ambos de letra "V", los 3 últimos de 1903) traídos desde los anaqueles del ministerio del Interior. A Ghigliani, además, le era útil repasar cómo fue la llegada a Chos Malal y acopiar los telegramas del ministerio en el que se sintetizaba lo volcado en los diarios porteños sobre los "asuntos del Neuquén".

Recomponer ahora -a un siglo de distancia- el estado de conflicto centrado en el Chos Malal de entonces, es sumergirse en un rompecabezas de rencores desenfadados e intereses cruzados que no siempre fueron enteramente develados por la historia tradicional. Tampoco se retrató a sus protagonistas de cuerpo entero y sin maquillaje. Los biógrafos que acicalan a sus elegidos o comenten distracciones poco perdonables, no honran, claro, la verdad, tuercen la historia. Debe admitirse que en el caso neuquino se trata de una historia de frontera, pujas vecinales y sobrevivencia. De funcionarios que descubren en soledades inhóspitas que las

normas diseñadas en los escritorios del poder central pueden mal usarse y, en caso de necesidad, pisotearse. El escenario nada atildado de entonces, no inducía a una historia estrictamente ejemplar y decorosa.

No suele contarse la etapa complicada del Chaneton comisario, redimida como edil eficaz y periodista implacable e inmolado; y del Dachary que balea al comisario Escobar o planifica la evasión carcelera del año 16, no se lo evoca, en cambio, por sus primeras denuncias contra los atropellos del poder y su lucha corajuda que cambia la gesta neuquina y que, ingratamente, pone a Dachary bajo persecución constante.

 

Calabozo y champaña

 

Desde que la intervención al Neuquén se puso en marcha desde Buenos Aires, estaba injustamente preso en Chos Malal el distinguido vecino -opositor- Manuel Pueyrredón. Oportunamente liberado cuando casi se escuchaban los cascos de las cabalgaduras de los comisionados próximos a arribar, terminó siendo varias semanas después el orador que -entre descorches de champaña- despediría a los interventores con un discurso duro y premonitorio. La pelea era sin cuartel. Por ejemplo, la misma noche del miércoles 1° de abril de la partida frustrada de los interventores al Neuquén desde Constitución -cuando al comisionado Gallardo no le llegó a tiempo el equipaje-, en Chos Malal el ordenanza del juzgado letrado Pedro Vera golpeaba a la puerta de Adolfo L. Dachary. Eran las 20 y 30 y al corresponsal de El País, enemigo acérrimo del gobernador Alsina, no le quedó otra alternativa que marchar con Vera hasta el despacho del doctor Pardo. Es seguro que este juez habría recibido noticias telegráficas de lo que Dachary incluyó ese mismo día en la edición vespertina del diario porteño: atacaba duramente las maniobras internas del juzgado. Publicó que el secretario letrado, escribano Ceferino Quevedo -sospechoso de haber robado un billete de banco- intimó al auxiliar Alejandro E. Agote a que renunciara por haber declarado en su contra en el sumario por hurto de aquel dinero. La nota decía que el juez no atendió el reclamo de Agote, denunciaba que se quería reemplazarlo "por el sujeto Marón Córdoba, complicado en aquel hecho (el robo del billete) y de malos antecedentes en esta localidad".

La publicación también dio cuenta de los 20 días que llevaba preso el distinguido vecino Manuel Pueyrredón sin que se le haya permitido a su defensor -Cruz E. Costa- tomar noticia del sumario. Más allá de esos datos, El País -vía Dachary- encuadraba la expectativa por la inminente llegada de la intervención: los preparativos en el hotel del vecino Mantelli y la visita "por primera vez en el año que lleva de gobierno Alsina" le hizo conocer "la balsa arruinada en la orilla del Neuquén". El gobernador se acompañó de "los ex procesados Gómez, Chaneton, Quevedo y el titulado conde Gastón de Martinac...". Agregaba que Alsina se apresuraba a enmendar sus libros de la tesorería y a enderezar entuertos mientras los vecinos, hartos de su gobierno, confeccionaban listados a elevar a la intervención. Dachary no se conformó con los ataques descargados. En la edición de la tarde del mismo día denunció la demora del juez en oficiar a un lejano juez de paz para que una viuda pudiera disponer de los bienes del esposo "y alimentar a sus hijos". La mujer marchó 140 leguas y gracias al defensor de menores logró eludir la trampa tendida -según El País- por el secretario de la gobernación Joaquín Da Rocha y el secretario letrado, escribano Ceferino Quevedo (éste pretendía que la viuda cediera poder a Da Rocha).

 

El juez beodo

 

Aquella noche del 1° de abril Dachary acompañó al ordenanza hasta el juzgado encontrando "al señor magistrado en completo estado de exaltación y en presencia del empleado nombrado (Pedro Vera), del oficial de justicia y del auxiliar Agote que permanecía en la vereda, profirió insultos y amenazas de muerte invitándome a pelear". Dachary que conocía normas del derecho y ejercía la procuración, supo contenerse -excepcional en él- e intentar la denuncia que el jefe de policía le negó. Nada de estas provocaciones y chicanas estaban en el inventario de los interventores cuando el tren del 2 de abril los llevó hacia Bahí Blanca. Allí Gallardo y Ghigliani pernoctaron el 3 y en la misma noche siguiente (el 4) en que siguieron al Neuquén, el presidente Roca ofrecía en la Casa Rosada el banquete de despedida al árbitro en el conflicto limítrofe Thomas Holdich, que retornaba a Londres.

Ghigliani recordó que al llegar a la estación Neuquén el domingo 5 de abril, los habitantes de esa confluencia comentaban la travesía que preparaban 7 militares en un único caballo por jinete para llegar a la Casa Rosada y ganar premios de 1000 y 900 pesos a los dos mejores: partieron de la Confluencia el primero de mayo, cuando los comisionados todavía indagaban en Chos Malal. La larga travesía de a caballo permitió que los interventores terminaran con las indagatorias, se despidieran del Neuquén y arribaran con tiempo para ver llegar a aquellos milicos a la meta y desfilar en la parada del 25 de mayo en plena Plaza Mayo. Al tiempo que los comisionados encaraban el primer tramo de su gira desde la estación Neuquén -con custodia del 2 de artillería hasta Las Lajas-, en Chos Malal el gobierno de Alsina entraba en desconfianza hacia la intervención por llegar y cedían a las presiones. El lunes 6 de abril, el juez mandó al oficial de justicia a pedirle disculpas a Dachary "por haber ocurrido el hecho en estado de embriaguez". El corresponsal lo publicó y consideró que debiera removerse al juez y a su secretario letrado. Todavía el 8 de abril seguía preso el vecino Pueyrredón "y, en cambio, en libertad y absuelto... el teniente Laurent, a quien se responsabiliza de 9 delitos, entre ellos varios por estafa".

Recién el viernes 10 de abril pudo abrir su escuela en Chos Malal la directora Petrona Landestoy, por razones de salud. A su vez -el sábado- fue aprendido Mateo Ulloa, acusado del crimen de Milla Michicó, esperándose descubrir "en presencia del comisionado a los demás autores".

Alsina trataba de poner su gobierno en orden (admitió que "un mes de trabajo me costó liberar a Gómez", el jefe de policía. Del "comisario inspector Chaneton, empantanado junto con don Demetrio Alsina en cierto asunto, no ha bastado la mano santa de Alsina para sacarlo del barro y conducirlo a la orilla", publicó El País. Pero soltaron "al 'deus ex machina' de la gobernación y del juzgado, escribano Ceferino Quevedo".

Finalmente rejas afuera, a Chaneton le fue encomendado adelantarse a todos y salir un par de días antes para anticipar información a los comisionados. Preparó su caballo y partió. El día de la llegada, Adolfo León Dachary, montó el suyo (Continuará)

fnjuarez@interlink.com.ar

® Copyright Río Negro Online - All rights reserved
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación