Sigue la tensión por la antena en el barrio Provincias Unidas de Neuquén

NEUQUEN (AN) - "¿Estos cartuchos, son de balas de goma? Mire, nosotros no damos más y queremos que esto termine de inmediato, pero la forma en que actúan demuestra que están buscando una víctima más". En el barrio Provincias Unidas persiste la indignación y en la tarde de ayer se expresaba en la presencia de los chicos, repiqueteando tarros y arrojando de tanto en tanto alguna pedrada contra el portón de chapa del predio de la antena de Movicom, en las pintadas de "Sobisch y 'Pechi', los estamos esperando" y en el rostro desencajado de Jorge Romero, al padre de Matías, cuya muerte el miércoles desató la furia de los vecinos contra las instalaciones, reclamando que la saquen del lugar.

Los vecinos le atribuyen a las ondas magnéticas de la antena, la causa de la muerte de Matías, de otros muertes del barrio por cáncer y de malestares que sufren a diario, como dolores de cabeza y de muelas. Las autoridades municipales y provinciales, como se ha publicado, sostienen que ello no ha sido comprobado.

La vivienda de Romero está frente a la antena, y ayer se constituyó en la caja de resonancia de un drama que incluye el lacerante dolor de la pérdida de un hijo. Con el zumbido de una piedra que acaba de estrellarse contra la puerta de chapa del predio de la antena como telón, Nidia, la madre de Matías, soltó el llanto desgarrador. "No doy más, así no podemos vivir, quiero que esto terminé ya", clamó la mujer.

"Estamos muy mal, lo que pedimos es que termine, pero no puede ser que nadie se haga cargo de nada. Mi hijo murió, pero anoche fue un infierno, estuvimos hasta la cuatro de la mañana y la Policía disparó no sólo con balas de goma...", se quejó Romero, con una rara mezcla de bronca, resignación y clamor.

El hombre, apenas vio llegar al cronista le empezó a mostrar una carpeta desbordada de copias de notas y documentación de los reclamos que, junto a los vecinos, viene haciendo para que retiren la antena del barrio. "Yo hago lo que puedo, estoy esforzándome y apenas puedo contener a la gente, pero si nadie se hace presente, esto va a terminar mal. Me desbordan, yo no sé cuánto podré frenar la indignación de la gente", dijo Romero.

¿Cómo va a terminar el enfrentamiento, con los chicos hostigando sin cesar y los efectivos policiales tras los paredones del predio?

"Simple, haciéndole un estudio a los policías que hace horas están debajo de la antena. Que los estudien y me demuestren si no tienen nada", señaló el hombre.

Se quejó de todos los funcionarios, de las organizaciones intermedias y hasta de las de Derechos Humanos. "Nadie, absolutamente nadie se ha acercado a preguntarme ni decirme nada. Lo de anoche -por la noche del viernes y madrugada de ayer-, esto fue un infierno, pero ni un diputado de la mayoría ni de la minoría, de partido de derecha ni de izquierda, nadie ha venido aquí", añadió.