Alertan sobre la vulnerabilidad de los pequeños hacia sustancias tóxicas

Objetos en apariencia tan inocentes como los lápices para colorear, los juguetes de plástico, o bien las alfombras para adornar y cubrir suelos, pueden ser los peores enemigos de los niños, quienes al llevarlos a la boca ingieren una infinidad de sustancias tóxicas peligrosas para su desarrollo normal. Estas y otras advertencias fueron hechas en el Congreso Argentino de Pediatría.

La vulnerabilidad de los niños hacia las sustancias tóxicas es mucho mayor que la de los adultos dado su peso y tamaño, según los pecialistas. Al jugar en el suelo o sobre una alfombra aspiran las sustancias tóxicas que se encuentran en el polvo acumulado por causas internas -por ejemplo, remanentes de los productos de limpieza-, o de causas externas, como insecticidas introducidos al hogar en la suela de los zapatos. Estos químicos son más dañinos para los niños que para los adultos porque su cerebro y cuerpo aún están en pleno crecimiento y cambio, por lo que una contaminación podría acarrear alteraciones neurológicas -aprendizaje y conducta- por el resto de sus vidas.

Los riesgos químicos para los niños en los ambientes donde vive, aprende y juega fueron abordados por la especialista en oncología de la Universidad de Buenos Aires y miembro de la Asociación de Médicos por el Medio Ambiente, María Cristina Della Rodolfa Según la facultativa, elementos tan inofensivos en su apariencia como los lápices para colorear, que suelen ir rapidísimo a la boca de los pequeños, están fabricados con una cantidad de sustancias químicas peligrosas, fatales para el futuro desarrollo y maduración intelectual. "El plástico y algunas sustancias químicas que se le agregan a ese elemento para que sean más resistentes causan problemas de intoxicación grave en los niños, provocando problemas de atención, memoria y otras enfermedades relacionadas al neurodesarrollo", puntualizó.

Más impresionante aún resultó escuchar las intoxicaciones de los niños por nacer, producto de la exposición a sustancias contaminantes de sus padres y de algunos químicos que traspasan la placenta para dañar al feto.