Sábado 25 de octubre de 2003

 

 

Mano dura con el alcohol y el ruido en los balnearios

 

Este año, la Municipalidad de Neuquén aplicará tolerancia cero para frenar los desmanes comunes en el verano. No habrá cerveza, vino, ni música estridente en los boliches de la costa.

  NEUQUEN (AN).- El intendente Horacio “Pechi” Quiroga no quiere cerveza ni vino ni música estridente en los balnearios. La mano dura viene acompañada esta temporada con controles las 24 horas junto con la policía, mediciones de alcoholemia, secuestros de vehículos mal estacionados o conducidos por personas en estado de ebriedad. Tampoco se habilitarán boliches precarios ni se permitirá la venta de bebidas etílicas a menores.
Además, a partir de este año, los responsables de los locales deberán adquirir un limitador de ruidos que produce un corte en la emisión sonora de los equipos de música si los decibeles superan el límite establecido por ordenanza.
Estas acciones se extenderán al área de la Plaza de las Banderas, en el extremo norte de la avenida Argentina, conocida como “el balneario seco” porque en verano se juntan cientos de jóvenes y adultos en vehículos a comer pizza con cerveza o sidra, a charlar o a hacer el amor. Allí primarán sobre todo los controles en materia de tránsito y de ingesta de alcohol.
Estas acciones van a ser puestas en marcha el uno de diciembre en simultáneo con el lanzamiento de la temporada estival. Son las que el subsecretario de Desarrollo Local Alejandro Vidal encuadra en la “tolerancia cero” y dentro del operativo de seguridad balnearia que este año será mucho más rígido.
“Seremos inflexibles en la aplicación de las normas”, advirtió Vidal, que con la agitada experiencia de la temporada anterior -incluyó operativos contra la droga- se adelantó a organizar el que viene en conjunto con la Policía en los balnearios Municipal, Gatica, Río Grande y en la Plaza de las Banderas. De los cuatro, los dos últimos estarán sujetos a controles asiduos.
Al balneario Río Grande el municipio le dará un tratamiento especial teniendo en cuenta que allí la actividad se extiende las 24 horas: de día playa, de noche diversión, baile, y alcohol.
Este operativo tiende a cubrir el temor de los vecinos en materia de seguridad y el hartazgo que les producen los ruidos que no los dejan dormir en la noche.
Vidal se reunió esta semana con la comisión vecinal de Río Grande, además de los concejales Carlos Di Camillo (Frente Grande), Juan Dutto (ARI), Humberto Zambón (Socialismo) y Nélida Torres (MPN). La municipalidad, los pobladores y la fuerza policial recorrieron el lugar y trabajan desde hace cuatro encuentros en tres ejes básicos: habilitaciones de comercios y ruidos molestos; tránsito, previendo una grúa permanente para remover los vehículos en infracción y secuestrar los manejados por menores o individuos alcoholizados; y seguridad, básicamente a cargo de la Policía. El gobierno local no permitirá construcciones precarias y hará pesar las exigencias máximas para habilitar los locales del sector.
También, por sus particularidades únicas, en este balneario el municipio y la Policía instalarán un puesto de control. Paralelamente, tres o cuatro móviles con sabuesos municipales y agentes policiales intercomunicados entre si patrullarán los sectores más críticos, de día y de noche.
Participará en el operativo la brigada de toxicomanía de la policía y los inspectores de tránsito de la municipalidad.
     
     
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