Jueves 23 de octubre de 2003

ROCA IDEAS PARA MEJORARLA

La ruta 22, un camino que divide dos ciudades diferentes

Cómo afrontar el desafío de exhibir una oferta homogénea.

Una afamada publicidad decía que "la primera impresión es la que cuenta". Pues bien, los últimos años han demostrado que el marketing no existe a los costados de la ruta 22, en el tramo que atraviesa Roca.

La tentación de conocer qué hay más allá del alcance visual no forma parte del universo de los foráneos. "El turista pasa de largo", es el lamento repetido entre hoteleros y gastronómicos. El debate se agudiza al momento de analizar cuál es el mejor camino para hacer competitivo el sector comercial y empresario aledaño a la ruta. Ocurre que entra en juego el Plan Director, la ordenanza sancionada a principios de año para regular el uso del suelo en la ciudad.

Las duras restricciones a la radicación de emprendimientos al sur del camino es vista por algunos vecinos como una traba a la oferta que puede presentar Roca a los visitantes. Es más, hay quienes consideran que no sólo se dificultan sino que se espantan las inversiones. El polémico caso del aserradero Patagonia Envases es ejemplo para los que creen que la inflexibilidad del Plan Director perjudicará el futuro económico de la ciudad.

Por su parte, los defensores de la normativa explican que tranquilamente se puede desarrollar al sur un espacio netamente agrícola y al norte otro que concentre los demás rubros.

En este sentido, el consenso parece difícil de alcanzar entre el Consejo de Planificación y Desur, dos estructuras dependientes del municipio que mantienen una relación complicada desde hace meses.

Los primeros presentaron en noviembre de 2002 un documento de trabajo denominado "la vidriera de Roca". La propuesta fue la convertir a la ruta 22 y sus adyacencias en un corredor con seis zonas delimitadas en las que se podrían ubicar distintos comercios o empresas, según su actividad.

A grandes rasgos, se planteó la posibilidad de usar ambos frentes de la cinta asfáltica, pero dosificando su impacto sobre las tierras productivas. Esto se conseguiría a partir de un "fuelle verde" de parquización hacia el sur y mayores prohibiciones a medida que el punto elegido por el inversor se aleja hacia el este u oeste.

En consecuencia, se ubicaría en la zona central -entre las calles Gobernador Castello y Viterbori- a las actividades de servicio a escala local y/o regional; para continuar luego hacia el este y el oeste en tramos iguales con espacios para empresas y comercios vinculados al turismo y al desarrollo económico de la ciudad. El tercer sector también englobaría a firmas privadas dedicadas al turismo, pero incluiría a las relacionadas con producción agropecuaria y nuevas estaciones de servicio que pretendan instalarse en Roca.

Por su parte, las tres zonas restantes del corredor estarían destinadas a emprendimientos de directa relación con la agricultura que necesiten de importantes inmuebles para su tarea, resguardando siempre la compatibilidad de su actividad con la economía regional En el Consejo de Planificación informaron ayer que el debate propuesto a Desur y las organizaciones que lo integran nunca pudo ser posible y que la iniciativa aguarda en el "freezer" que alguien se disponga a pulirla y -si es viable- implementarla.

Otra visión

En Desur las ideas sobre el uso de los frentes de la ruta 22 son muy diferentes. "Para que los roquenses tengamos una ciudad atractiva y competitiva, tanto para las ciudades (desde Catriel a Chichinales, inclusive la línea sur) que son parte de la microregión Norpatagónica como para los turistas de paso, deberíamos ante todo promover y fomentar intersectorialmente una cultura urbana, para esto existe un desafío político, urbanístico y cultural", opinó José Luis Guerra, técnico del órgano municipal.

El arquitecto cree que sólo podrán conseguirse resultados positivos "si el "poder" político es riguroso en la aplicación de las normas y proyectos como el Plan Director acordado por 27 organizaciones, y también si existe una cultura ciudadana que utilice el disenso para construir desde los conflictos de intereses las políticas públicas de la ciudad".

"El debate en la Comisión Municipal de Gestión Territorial es definir como posibles usos al sur de la ruta 22 a los vinculados a galpones de empaque, cámaras frigoríficas, y oficinas de las empresas exportadoras de Roca y la región. Se están definiendo retiros de frente y laterales, siendo mayor el fondo que es lindero con la zona productiva irrigada para hacer una transición (fuelle) mediante una intensa forestación", agregó Guerra.

El profesional de Desur sostuvo que "toda ésta propuesta será posible si en simultáneo se fortalece desde el Estado local todo lo que es el área productiva industrial y se capacitan los recursos humanos para que sean efectivos" "La identidad de una ciudad y su desarrollo no es solamente la radicación de industrias en cualquier lugar, como en épocas electorales se escucha permanentemente, sino también las condiciones de vida que se puedan cambiar", apuntó.

Dos campanas. Dos puntos de vista. Y usted que es vecino común o parte interesada ¿qué opina?

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