Grave deterioro de los monumentos cipoleños

El municipio lleva adelante un ambicioso programa para realizar varias esculturas, pero las actuales están en pésimo estado

El deterioro natural y manos anónimas se conjugaron para destruir varios monumentos en Cipolletti.

CIPOLLETTI (AC)- Por me-dio de la Escuela de Cerámica el municipio está desarrollando un ambicioso "Proyecto Zeus" destinado a llenar la ciudad de esculturas, mientras que los monumentos actuales presentan un preocupante nivel de deterioro.

El caso más emblemático es el dedicado al sacerdote salesiano José María Brentana, que se levanta en la plazoleta de Avenida Alem y Brentana. De unos tres metros de alto, contando el pedestal, el rostro del pionero no existe - "parece un mutante", dijo una señora que presenciaba ayer la revisión periodística- y toda la estructura se halla en estado pésimo, con trozos faltantes que le dan un aspecto de inocultable desidia.

El denominado "Proyecto Zeus" -según informó Carlos Magliarelli, representante del Instituto Universitario Nacional del Arte y ya designado director de Cultura municipal en reemplazo de Jorge Iusef- incluye una escultura, "El Leaoconte" que recrea la cabeza de un sacerdote militar troyano, una obra ya terminada a la que sólo resta fundirla en bron-ce. Este proyecto aspira a incrementar el patrimonio cultural escultórico de Cipolletti.

"La idea es realizar un grupo de obras escultóricas como bus-tos, esculturas figurativas, abstractas, geométricas, fuentes, cascadas y demás y emplazarlas en distintos puntos de la ciudad", dice el texto entregado a la prensa firmado por Magliarelli.

En la explicación del "Zeus" no hay alusión alguna al proceso de restauración que requieren los actuales monumentos, ni siquiera respecto del que representa la figura de un sacrificado bombero voluntario, cortado por la mitad el fin de la semana pasada por inescrupulosos, como si frente al cuartel bomberil de avenida Alem hubiera pasado una horda sarracena.

En Alem y España se levanta el monumento "A la Madre". La mujer, con una criatura en brazos, está rota por todas partes. Lo que alguna vez se hizo como homenaje a una madre modelo, hoy es una imagen paupérrima que hasta puede llegar a interpretarse como el martirologio de una víctima de cualquier holocausto.

Se salva el monumento al expresidente Arturo Illia, frente al comité de la UCR, porque todos los años los "boinas blancas" lo recuerdan con afecto, y por ende, lo cuidan.

El de los Inmigrantes, en Alem y Mengelle, expone fisuras y suciedad. La pala que representa al trabajo tiene como mango un hierro oxidado. Un tetrabrik vacío completaba ayer, junto a la base, un cuadro bastante desolador.

En buen estado -pero pintarrajeado con grafitis en uno de sus laterales- se mantiene el monumento de bronce en honor al ingeniero César Cipolletti, en la plazoleta frente al Parque Rosauer.

También sigue en su lugar la inmensa cabeza sobre una base no proporcionada con la obra homenajeando a Cristóbal Colón, en calle Fernández Oro. Tiene un ojo negro, no se sabe si por el deterioro del tiempo o por el repudio de algún indigenista acérrimo.

Podría resultar impactante, para el futuro, el proyecto planteado por Magliarelli que incluye al "Leaoconte" -que "fue muerto, estrangulado junto a sus hijos por serpientes gigantes enviadas por la diosa Palas Atenea"- si no fuera porque los actuales monumentos están por venirse abajo si no surge otro proyecto, similar al "Zeus", que los salve de la destrucción.

En la contabilidad negativa hay que incluir al monumento al general Julio Roca, destruido por la caída de un árbol en la remodelación de la plaza céntrica, y al que se erigió en memoria del general San Martín, entero, porque es de bronce, pero con signos de suciedad por el paso de los años.