En Rincón de Emilio nunca falta el agua potable

El servicio está en manos de una cooperativa que conducen los mismos vecinos. También atiende la red cloacal. Tienen alto nivel de cobro, aplican sanciones a morosos y planean obras.

NEUQUEN (AN) - Los vecinos de Rincón de Emilio sienten vergüenza ajena cuando invariablemente, cada verano, los titulares de los medios periodísticos dan cuenta de que en los diferentes barrios de la ciudad no hay agua ni para preparar la comida. Y cuando, como en estos días, los funcionarios salen a cuestionarse unos a otros por pronósticos que anticipan el problema o lo desmienten, no pueden evitar el desconcierto.

"A nosotros, desde hace mucho tiempo, nunca nos falta el agua", dijeron los directivos de la cooperativa de agua y cloacas del barrio, con una inocultable cuota de orgullo.

El secreto de que no tengan que protestar, como en gran parte de Neuquén ,por la carencia de agua potable, es que ellos mismos se la proveen. El instrumento es la cooperativa, que merced a una acertada administración y con el compromiso asumido por la mayoría de la vecindad de sostenerla, presta el servicio sin sobresaltos.

Es la única cooperativa de agua de la ciudad y funciona desde hace casi diez años, aunque pueden ser un poco más, ya que se empezó a desarrollar el cooperativismo a poco de habilitarse el barrio, en el '87. Además presta el servicio de cloacas al 70% de sus 245 socios.

Los directivos trabajan "ad honorem" y sólo tienen sueldos los dos empleados, uno afectado a tareas de mantenimiento y otro a las tareas administrativas y de cobranzas.

"No puede admitirse que Neuquén, rodeada de dos caudalosos ríos, sufra la falta de agua. Tamaña imprevisión, provenga de donde provenga, cuesta mucho entenderlo", dijo Ricardo Kleine Samson, presidente de la cooperativa.

Llegó al cargo, como el resto de los directivos, precisamente porque en algún momento sufrieron los problemas de la falta de agua. "En medio de la discusión me dijeron: 'bueno, hacete cargo'. Y acá estamos, conformes porque se dieron varios factores para poder sacar adelante la tarea y satisfacer la demanda, pero el principal fue acertar en la forma en que encaramos la tarea", señaló Kleine.

Y lo primero no fue preocuparse en recuperar la alta morosidad, presionar para que no hubiera atrasos en los pagos, aumentar los aranceles o cosa parecida, sino en garantizar el servicio.

"Antes que nada había que asegurar que daríamos agua todo el año, en cantidad y calidad como merecíamos, y a partir de ese planteo iniciamos nuestro trabajo", señalaron en charla con "Río Negro" los directivos de la cooperativa.

Además de Kleine estuvieron Graciela Pro, Zulma Bentolila y Hugo Charra.

Lo primero que hicieron fue poner en marcha un proceso de renovación de infraestructura -extracción, potabilización, bombeo- y mejorar los trabajos, particularmente el mantenimiento.

"En junio, tras comprobar que el servicio llega bien -el EPAS, pago mediante, monitorea mensualmente la calidad del agua-, empezamos a exigir el pago a los usuarios", indicó Kleine.

No todo es tan sencillo, ya que enfrentan la reticencia, aunque baja, a los pagos. Paralemente a los reclamos pusieron en práctica una reducción de los suministros para aquellos que no manifiestan voluntad de pagar.

"Hemos empleado ese criterio en casos excepcionales y sin llegar a cortar jamás el suministro", comentaron los directivos.

Cabe señalar que el primer sector del barrio fue entregado con las plantas de potabilización y saneamiento y los vecinos sólo tuvieron que hacerse cargo de la admnistración.

Luego se sumaron dos grupos habitacionales -de 60 y 80 viviendas aproximadamente cada uno- y se construyó una nueva planta de potablización. "La de Máxima -así denominan al sector- es de última generación y está absolutamente automatizada", comentaron. Tuvo un costo de 36.000 dólares.

"No tuvimos que construir obras, pero sí las evaluamos para el futuro. De ahí que pretendemos optimizar el recupero de morosidad y actualizar la cobranza, no por un fin de rentabilidad, que no es el sentido de la cooperativa, sino de capitalizarnos", señalaron.

Desde que se habilitaron las redes sólo tuvieron que cambiar 400 metros de la red de agua.

Rincón de Emilio es un barrio de vecinos clase media -profesionales, docentes, empleados- que se extiende desde donde s cortan la bardas, detrás de Plaza de las Bandera, y el río Neuquén.

"Con un río al lado no podemos carecer de agua y tampoco no tomar las previsiones cuando el caudal baja. Recientemente se registró una bajante, pero a nosotros no n os tomó desprevenidos", señaló Kleine, en inequívoca relación al argumento que dio el gobierno provincial para explicar la merma del suministro registrada días atrás, atribuyéndole la responsabilidad a la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC).

Ampliarán la red cloacal

NEUQUEN (AN) - El déficit de la red cloacal en barrio Rincón de Emilio ronda el 30%, pero los directivos de la cooperativa de agua y cloacas se han planteado como desafío cubrir la franja de vecinos que carecen del servicio. "Hemos establecido los primeros contactos con funcionarios del EPAS y somos optimistas en que vamos a encontrar la solución", dijeron.

La alternativa es, según lo pautado con los técnicos, colocar módulos a las plantas ya existentes, la de las 100 Viviendas y la de AMEBAN. Por ahora se está en la etapa de buscar soluciones, pero la idea es avanzar tan pronto como resulte posible. Con la amplitud de la actual estructura, se estaría solucionando el déficit.

Con el agua no hay problemas. Las instalaciones actuales satisfacen con grado de excelencia las necesidades. El consumo es de entre 600 a 800 litros por socio, y en verano esa cifra se cuadruplica.

Las tres cisternas de reserva se distinguen empotradas en la barda que constituye el costado oeste del barrio. Son blancas y están distribuidas estratégicamente. Tienen una capacidad de 30.000 litros cada una.