La semana en Bariloche

Paralelos

Esta ciudad tendrá en pocos días la oportunidad de asistir a un foro abierto para debatir la tarifa de electricidad de los próximos cinco años. El viernes 31 se realizará la audiencia pública convocada por el EPRE para cumplir con el marco regulatorio eléctrico.

Allí cualquier asociado podrá opinar sobre la nueva escala tarifaria pedida por la CEB que, en términos sintéticos, establece aumentos promedio del 17% en el precio de la energía para todo Bariloche, con picos de hasta un 59% para algunas categorías de usuarios comerciales.

En estos días, la conducción de la CEB señaló que el ajuste reclamado es una necesidad imperiosa sin alternativa posible. ¿Y si el EPRE dice no? "Entonces, la convocatoria de acreedores y la caída de la concesión", dijeron.

El primer detalle que llama la atención es la similitud pasmosa entre el planteo de la Cooperativa -"una empresa de economía social, sin fines de lucro"- y el que enarbolan desde hace meses los lobbistas de las grandes distribuidoras eléctricas de capitales extranjeros.

Al inquietante paralelo se suma el sigilo y la reserva con los que se manejaron los consejeros de la CEB, más propia del directorio de una SA que de una entidad comunitaria. Mantuvieron largo silencio sobre la propuesta tarifaria y sólo accedieron a explicarla una vez que el EPRE la hizo pública, ignorando que se trata del principal (o el único) tema que realmente interesa a los usuarios. Y se discute sólo cada cinco años.

El presidente Roberto Ceaglio y sus colaboradores no encontraron mejor manera de pedir comprensión por los aumentos que hablar de las penurias financieras. Cabe preguntarse entonces si la renegociación que ya cerraron se habrá pactado sobre las tarifas vigentes o las pretendidas.

Con tanta inflexibilidad en el planteo técnico, hicieron gala además de una notable flexibilidad discursiva, ya que la declamada promesa de bajar las tarifas es ignorada como si jamás hubiera existido.

Aquella verborragia con la que la Lista Roja denunciaba -cuando era oposición- que Bariloche pagaba "la luz más cara del país" y se quejaba por el endeudamiento millonario en el que incurría la gestión anterior parece hundida en un pasado sin fondo. Aunque nadie la diga, esa discusión es el inevitable telón de fondo del actual proceso de revisión tarifaria, como bien se encargó de recordarlo el ex presidente de la cooperativa, Leonardo De Ferrariis.

A los ojos del usuario poco avisado, la Lista Roja ganó las elecciones y accedió a conducir la CEB con el cometido excluyente de abaratar el precio de la luz. La oportunidad es ahora. Y ahora, justamente, aparecen los atenuantes: el crecimiento de los costos y la necesidad de afrontar el endeudamiento "nos obligan" a pedir tarifas más altas. Es probable también que Ceaglio y los suyos mantengan en secreto algunos temas clave, como la pelea por bajar los costos de aprovisionamiento, que para Bariloche son notablemente más caros que en el resto de la provincia. Los directivos aseguran que no será ese un tema de discusión en la audiencia pública, con lo cual no hacen más que alimentar la sospecha de que están tomando a ese foro como un mero trámite reglamentario y confían en que el EPRE les apruebe a libro cerrado la tarifa reclamada.

Este tiempo de evaluación es precisamente el que deja en evidencia que la conducción Roja aceptó en forma acrítica el mismo endeudamiento que hasta el año pasado cuestionaba por ilegítimo. Aquí es cuando el ancho mundo de los paralelos impensados ofrece otro caso para la vitrina Con tanto fiscalismo irreductible y tanto tropiezo de la memoria, los esquemas de razonamiento del actual Consejo asoman cada vez más parecidos a los del ex presidente De Ferrariis. Y es perfectamente posible imaginarse a la anterior administración presentando y defendiendo una propuesta tarifaria similar a la de Ceaglio. Mientras tanto, los venerados principios del cooperativismo, olvidados en un rincón.

Daniel Marzal