La semana en San Martín de los Andes

Ajedrecistas

"Los vientos del sur ya soplan en Neuquén". La frase del presidente Kirchner llegó a los oídos de Jorge Carro, cuando la victoria en las elecciones del 28 era un hecho y la intendencia de San Martín una certeza, tras 16 años de impronta emepenista.

Podría interpretase que, con afecto algo poético, el santacruceño saludó a quien en ese momento era el segundo de Oscar Parrilli en la Secretaría General de Presidencia de la Nación. Pero aquel llamado y la frase escogida podrían representar más que eso.

En el sur, San Martín de los Andes, Villa la Angostura y Piedra del Aguila han quedado en manos peronistas.

San Martín de los Andes -como Angostura- tendrá por intendente a un parrillista y kirchnerista, que acompaña al hoy habitante de la Casa Rosada desde mucho antes de que éste alentara la posibilidad de llegar a la presidencia.

Esta cercanía incluso fue utilizada como argumento de campaña, pero sería una simplificación suponer que asegura privilegios para Carro.

Sin embargo, entre bambalinas crece una sospecha: esta ciudad -quizá también Angostura- podría trocarse en pieza de un meticuloso ajedrez político, cuyos trebejos comenzaron a moverse el mismo día del comicio. Veamos.

En los mentideros del PJ secretean que Kirchner está empeñado en poner a un peronista en la Casa de Gobierno del Neuquén, o cuando menos aspira a asustar lo suficiente al MPN con esa posibilidad. Una mala performance del partido provincial en 2007 quitaría oxígeno a las ínfulas federales de Jorge Sobisch.

En efecto, del otro lado del tablero está el reelecto gobernador, que se exhibe como aglutinante de una centro derecha remanente, de cuño menemista.

Sobisch apuesta a tejer desde esa madeja y a comandar la próxima elección de legisladores nacionales. Y tal vez no mucho más en el corto plazo: sabe que será muy difícil pelear la presidencia en cuatro años, salvo catástrofe del gobierno federal.

Del mismo modo, en las alturas de la administración Kirchner saben que el MPN tiene 40 años de apoltronamiento y un formidable aparato a los pies del jefe. Aun sin Sobisch como candidato -la Constitución le impide la "rere"- no será fácil ganar la provincia en 2007, sea cual fuere el postulante.

En cualquier caso, la partida está en marcha y será de largo aliento entre dos que han demostrado preferir veredas opuestas y discursos filosos.

Sobisch contará con mayoría legislativa y una oposición que -hasta el presente- no ha demostrado capacidad de construcción política común.

Es probable entonces que el kirchnerismo tenga alfiles, caballos y peones en los municipios del PJ, cuyas gestiones -con empeño- podrá mostrar como anticipo de los metafóricos vientos que promete para la provincia.

Hasta dónde llegará la pulseada y cuánto protagonismo local habrá en ella es un asunto por dilucidar. Pero desde esta columna importa anticipar efectos, quizá a modo de interrogantes que admiten cierta visión mezquina de la política.

Sobisch prometió 20 millones en obras para los próximos 4 años en San Martín de los Andes ¿Cumplirá sin remilgos? ¿Escuchará ideas con la misma predisposición, a sabiendas de que podría favorecer a su contrincante estratégico?

¿El presidente Kirchner tratará a San Martín como lo merece cualquier recóndito lugar del Neuquén, o habrá facilidades que apuntalen la gestión peronista?

Si la hipótesis tiene algo de correspondencia con la realidad, Carro deberá hacer sus movimientos con cautela, para aprovecharse de las ventajas y eludir las desventajas en favor de un proyecto de ciudad.

El próximo intendente también tendrá un ajedrez por delante.

Fernando Bravo
rionegro@smandes.com.ar