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Varias organizaciones humanitarias dudan de su permanencia en el país

BAGDAD. - Al día siguiente del atentado contra el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Bagdad, las organizaciones humanitarias sienten la nueva amenaza de ser asimiladas a las fuerzas de la coalición y algunas han decidido reducir su presencia mientras otras lo están considerando.

De las quince organizaciones consultadas ayer, dos anunciaron que próximamente reducirán sus efectivos extranjeros, varias están estudiándolo y otras han optado por el momento por mantenerse, aunque podrían cambiar de opinión Pero todas coinciden en que el atentado contra la sede del CICR en Bagdad el lunes, es un signo de que todos los occidentales que tengan algo que ver con la reconstrucción de Irak son ahora posibles objetivos. Para ellas, la confusión entre militares y empleados de organizaciones humanitarias es un peligro.

Médicos sin Fronteras (MSF) Bélgica reducirá en un primer momento en siete colaboradores su equipo, mientras MSF Grecia, que tiene tres extranjeros en Irak, sólo mantendrá a uno de ellos . "El ataque contra el CICR muestra que algunos quieren deshacerse de las ONG, que no quieren que haya organizaciones occidentales que ayuden en la reconstrucción de Irak", consideró.

"Cada vez es más difícil para las organizaciones independientes disociarse de las fuerzas ocupantes. La asimilación de los trabajadores humanitarios con los militares provoca inquietud", explica por su parte Mark Joolen de MSF Bélgica Conmocionado, el CICR aún no ha tomado una decisión sobre sus 30 colaboradores extranjeros, afirmó su portavoz en Bagdad, Nada Dumani. Pero el llamado del secretario de Estado norteamericano Colin Powell al CICR y a las demás agencias internacionales para que no abandonen Irak provocó una reacción. "Queremos insistir en el hecho de que actuamos con toda independencia respecto a los demás actores presentes en Irak", declaró en Ginebra la portavoz Antonella Notari La ONG Help no descarta retirarse si "la situación sigue degradándose", declaró en Berlín su dirigente Wolfgang Nierwetberg. Care también lo está pensando. "Estamos muy preocupados. Estamos reflexionando", declaró una de sus portavoces.

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