Domingo 26 de octubre de 2003

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Nueva coparticipación: Río Negro y Neuquén serán duros obstáculos

El Ministerio de Economía las catalogó de "difíciles". El perfil opositor de Sobisch y el desorden de los números rionegrinos, entre los motivos de la denominación.

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Cuando se logró el acuerdo con la cúpula del FMI, el presidente Néstor Kirchner prometió al organismo internacional que habrá una nueva coparticipación y

BUENOS AIRES (ABA)- Río Negro y Neuquén están entre las siete provincias catalogadas como "difíciles" por el Ministerio de Economía, a la hora de encarar las negociaciones en pos de la reforma de la Ley de Coparticipación Federal de Impuestos Promulgar una nueva ley es uno de los objetivos básicos del Gobierno Nacional para el 2004. La reforma de la Coparticipación es, de hecho, uno de los dos ejes centrales del acuerdo alcanzado entre la Argentina y el Fondo Monetario, junto a la reforma fiscal. Néstor Kirchner le prometió a Anooph Singh, director del FMI para el Hemisferio Sur que obtendría consenso con las provincias antes de febrero para establecer el nuevo modelo de reparto de los impuestos.

Las razones por las cuales los dos distritos patagónicos ingresaron en la lista gris de los negociadores del Ejecutivo Nacional son bien distintas. Por un lado, consideran que Jorge Sobich, gobernador de Neuquén, será uno de los "huesos más duros de roer", porque se impuso con amplitud en las elecciones y ya mostró su perfil opositor, posicionándose como una alternativa de poder al actual Presidente Río Negro, en cambio, es una de las provincias que tiene sus números financieros más desordenados. Pablo Verani deja una deuda pública de 2.400 millones de pesos, pasivo que equivale a 4.400 pesos de deuda por habitante. El 75 por ciento de este monto fue refinanciado por el Estado Nacional, pero posiblemente la provincia deberá abonar anualmente a la Nación un 15 por ciento de lo que reciba en concepto de coparticipación.

El nuevo gran objetivo del Gobierno Nacional es conseguir la reforma de la Ley de Coparticipación Federal. "Si no logramos sacar esta reforma antes de mediados del 2004, todo lo que hayamos hecho hasta ahí caerá en el fracaso", diagnosticó un funcionario de Kirchner.

Mientras se discute con las privatizadas y se buscan reemplazantes para la Corte Suprema, el Presidente reparte órdenes para el que considera será el tema más sensible de los próximos meses. En la Casa Rosada admiten que los espera una ardua tarea Entre los gobernadores hay muchas resistencias a modificar el actual sistema de reparto federal. La idea de Kirchner es negociar con cada provincia, para evitar las alianzas estratégicas y regionales. Pero ya hay quienes avisaron que pedirán una cuota mayor Felipe Solá, mandatario de la poderosa provincia de Buenos Aires, dice que su provincia es "discriminada" y solicita que le devuelvan los 3 puntos porcentuales que le sacaron en 1988, cuando se promulgo la ley de Coparticipación actualmente en vigencia.

"Es imposible -diagnosticó uno de los negociadores del Gobierno central- con medio punto de eso que pide Solá se pagan todos los sueldos de Jujuy". El mandatario bonaerense, sin embargo, protesta por la "discriminación fenomenal" que sufre su provincia en la distribución de los fondos, y advierte que "será casi imposible" reformar la Ley: "El proyecto tiene que pasar por el Senado. Todas las provincias son iguales allí, todos tenemos tres senadores".

Buenos Aires, por supuesto, forma parte del listado de las siete duras, junto a La Pampa, Neuquén, Río Negro, Formosa, Chaco y Catamarca. El listado, claro, es para "uso interno".

En los últimos cuatro casos se repite la historia: los problemas financieros de esas provincias amenazan con producir un descalabro. El FMI pretende descentralizar el cobro de impuestos. Es decir, que cada provincia recaude en su territorio. "Pero eso es utópico, porque las provincias que están más pobres no pueden subsistir con lo que recaudan", explica Miguel Braun, director de Política Fiscal del CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento).

Roberto Lavagna está dispuesto a traspasar a los estados provinciales algunos impuestos, como Bienes Personales. A cambio, claro, pretende implementar "cepos" para que los gobernadores mejoren sus administraciones. Todo eso forma part de la negociación.

Mientras Kirchner analiza las ofertas, los gobernadores se preparan para la pulseada. Los mandatarios de la región centro, que incluye a Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, ya firmaron un acuerdo para "dar pelea en conjunto por la coparticipación". Los gobernadores menemistas analizan una estrategia en conjunto. El salteño Juan Carlos Romero presentó un proyecto para modificar la ley de 1988, donde se especifica que las provincias deberán ir recuperando gradualmente la recaudación impositiva.

En la Casa Rosada, de cualquier manera, mantienen el optimismo. "Kirchner tiene una alta imagen positiva en la opinión pública, y cualquiera que aparezca ahora obstruyendo sus proyectos pagará un alto costo político", señala un funcionario nacional. Por las dudas, infiere, el gobierno llevará a la mesa de negociaciones un arma secreta: aquellos que pierdan en la coparticipación, podrían ser recompensados en el Presupuesto 2004. El año próximo, el ministerio de Planificación Social de Julio de Vido tendrá 3.007 millones de pesos para invertir en obra pública, un 40 por ciento más que el monto de este año. Desarrollo Social, por su parte, tendrá otros 3.600 millones de pesos.

Gónzalo Alvarez Guerrero

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