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Festejos y un "respiro" al nuevo gobierno

Mineros saludan victoriosos al regresar a sus comunidades andinas, tras varios días de marcha hacia La Paz.

LA PAZ (AFP) -En medio de fuertes detonaciones de fulminantes de dinamita, miles de mineros dejaban triunfantes ayer las ciudades de La Paz y El Alto rumbo a sus distritos andinos, aunque con la advertencia de volver si sus demandas no son atendidas. Tras un largo festejo hasta la madrugada, miles de mineros dejaron la ciudad con la misma disciplina y convicción con las que arribaron en la víspera: en cuatro columnas, con cartuchos de dinamita en mano y con cánticos alusivos al ex presidente dimitente "Vivan tranquilos, que volveremos cuando quieran robar otra vez, cuando quieran ametrallar a nuestros hermanos" dice uno de ellos a los transeúntes paceños, que salieron a las calles para aplaudir a estos indígenas que mascan coca y dan pequeñas chupadas a unos cigarrillos artesanales, que llaman en lengua nativa 'k'uyunas' "Ya lo hemos sacado al gringo (por Sánchez de Lozada)", concluye otro y da pie para que el compañero del lado concluya que el ex mandatario "se ha escapado, como rata, como ratero se ha ido (...) había que lincharlo". Vuelven a sus distritos mineros de Huanuni, Siglo XX y Catavi, enclavados en la cordillera andina. Son hijos de mineros que enfrentaron a las más cruentas dictaduras de los (años) 60 y 70 y abrazan esa tradición combativa, "sin miedo, con bolas".

La escena se repitió en otras ciudades. En Cochabamba, cientos de estudiantes, indígenas-campesinos y trabajadores urbanos, bailaron a compás de quenas, sikus, zamponias y tumbadoras, mientras hacían ondear las banderas de Bolivia y la multicolor del movimiento indígena, la "whipala".

El nuevo presidente de Bolivia, Carlos Mesa, está obligado a moverse con sigilo ante una combativa oposición que, fortalecida por haber derribado a Gonzalo Sánchez de Losada, ofreció una tregua pero advirtió que espera que sean atendidas sus reivindicaciones sociales y políticas Evo Morales, líder de los cocaleros y de la mayor fuerza opositora del Congreso, dijo ayer que dará "un respiro" para que Mesa "se organice para atender la demanda de las organizaciones sociales". Morales celebró el compromiso de Mesa "de llevar adelante un referendo vinculante" para decidir sobre la exportación de gas, tema que originó las protestas que llevaron a la renuncia de Sánchez de Lozada Pero, al mismo tiempo, Morales señaló que "No podemos sentirnos victoriosos porque el poder no está en el pueblo".

En tanto, el principal líder de la Central Obrera Boliviana (COB), Jaime Solares, se entrevistó ayer en palacio Quemado con el nuevo presidente . El combativo y radical dirigente minero condicionó su respaldo a Mesa al cumplimiento de las promesas del discurso de investidura . Solares, quien acudió solo a la cita, destacó el interés de Mesa por impulsar las demandas laborales como la creación de fuentes de trabajo y que "el salario sea digno de los trabajadores". Las puertas de la COB están abiertas para el presidente "siempre que las cosas sean de buena fe", remató.

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