Moliné recurrirá a la propia Corte

El juez Eduardo Moliné O'Connor, que ayer se convirtió en el primer ministro de la Corte Suprema de Justicia suspendido en sus funciones y ahora podría ser destituido por el Senado, apelará la sanción parlamentaria ante el máximo tribunal y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) "No estoy dispuesto a renunciar", enunció Moliné, que ayer a la madrugada fue suspendido por el Senado, por 40 votos contra 18, y no percibirá haberes hasta el desenlace del juicio político que sustancia el Congreso por posible mal desempeño de su función como juez Miembro de la Corte desde 1990.

Moliné quedó muy cerca de ser removido de la magistratura, pero aún confía en que tendrá la "oportunidad de aclarar cómo son las cosas y que quede mi nombre limpio y exento de todas estas acusaciones que se me han hecho", según dijo a la prensa. Aunque reiteró que no resignará su cargo, aclaró que "nada es absoluto", por lo que dejó abierta la posibilidad de renunciar.

Moliné recurrirá ante los restantes siete ministros de la Corte la decisión del Senado y litigará ante la CIDH por su restitución en el supremo tribunal, en caso de que efectivamente sea destituido.

La Corte, presidida actualmente por el juez Carlos Fayt, ya comenzó a analizar la situación de Moliné y el martes, en su próximo acuerdo, podría definir si admite o no la suspensión, dijeron fuentes del tribunal. "No hemos tenido un caso semejante, no hay un manual de procedimiento que sirva de guía. Es un asunto muy delicado del que la Corte aún no ha sido notificada por el Senado. Sólo tenemos información periodística", contó anoche una fuente del tribunal superior. Si los ministros de la Corte otorgan luz verde a la suspensión de Moliné, convocarán a un conjuez que votará en reemplazo del ministro sancionado a la hora de resolver los cientos de pleitos que cada semana evalúa el tribunal (DyN/Télam)