Lunes 6 de octubre de 2003

Inesperada locuacidad de los ex y actuales agentes de la SIDE

Espías contra espías en causa AMIA

Pese a que se creía que no hablarían, revelaron que ex policías acusados conocían al detalle la investigación.

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Hugo Anzorreguy, ex jefe de los espías, el único que terminó en desengaño

Ex agentes y actuales jefes de la SIDE dejaron al descubierto en el juicio del atentado a la AMIA cómo ex policías bonaerenses ahora acusados estuvieron desde un primer momento al tanto de cada detalle de su investigación. Esta fue una de las muchas revelaciones de los espías, en uno de los tramos del juicio oral que resultó más fructífero por la inesperada locuacidad de quienes hasta hace poco intentaban ampararse en el "secreto de Estado" para guardar silencio.

El único que terminó en desengaño, paradójicamente, fue el ex jefe de todos ellos en el menemismo, Hugo Anzorreguy, quien no pudo aportar detalles de casi nada de lo hecho en la causa, salvo que "se gastó mucho dinero".

Más allá de asegurar que son inocentes, el actual jefe de Contrainteligencia de la SIDE, Antonio Stiusso, aportó un dato inesperado: por lo menos dos de los ahora juzgados estuvieron en casa de quien entregó la camioneta usada en el ataque aún antes que sus espías, a días de la voladura. De hecho, Mario Bareiro -acusado de "partícipe necesario"- y Diego Barreda -por delitos conexos- hablaron con Ana Boragni, la esposa de Telleldín, el 26 de julio de 1994, cuando espías montaban guardia fuera de su casa.

La tarde anterior, según la causa, se había encontrado entre los escombros de Pasteur 633 el block de motor numerado que permitió ubicar a Telleldín como su último poseedor legal Bareiro y Barreda, al decir de Stiusso, fueron "reclutados" por l SIDE para tener acceso a los Telleldín y un jefe de ambos, el también juzgado como supuesto partícipe necesario Anastasio Leal, fue a la casa del reducidor ese mismo día. El tercer jefe de inteligencia defendió esta decisión porque, aseguró, los mismos policías le confesaron que extorsionaban a Telleldín para sacarle dinero y por eso habían ido a su casa, pero jamás los asoció con el atentado.

"La casa de Telleldín era un desfile de policías; estos dos estaban pegados", graficó. Según la acusación de los fiscales y el juez Galeano, Bareiro y Leal estuvieron en el operativo del 10 de julio de 1994 en el que policías bonaerenses se llevaron la camioneta. Pero los espías dejaron en claro también que, por esa época, todos se conocían con todos: Stiusso trabajó con otro acusado, el ex comisario Ribelli, quien una vez lo llamó a su celular, como le recordó el presidente del Tribunal. También tuvo vínculos con otro ex jefe policial en la época del fallecido Pedro Klodcyk, Mario Naldi, con quien -según él mismo refirió- se peleó a raíz de dichos del ex comisario a un diario sobre "Spartacus", el prostíbulo donde una cámara secreta filmó al juez federal Oyarbide.

La polémica se reavivará esta semana, cuando llegue el turno a un ex jerárquico del organismo, concuñado del menemista Anzorreguy. El ex jefe de Contrainteligencia Jorge Lucas se sentará mañana en el mismo asiento desde el cual la semana última su sucesor en el cargo, Stiusso, desveló al Tribunal con revelaciones explosivas.

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