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PJ: flagelo ante Kirchner, pero sin autocrítica

Opinión

Batallón castigo

- Siempre es duro ser peronista...en las buenas y en las malas-, solía reflexionar Ernesto Jauretche en su oficina de la calle Talcahuano -¿Talcahuano?-, y de espaldas a una pared cargada de la simbología telúrica que aman los nacionalistas argentinos. Ese folclore donde nunca falta el retrato de Rosas y del sobreactuado Facundo Quiroga.

-Y si se es peronista rionegrino, ya no se trata de dureza, sino de calvario, más un valor agregado: martirio!- ironizó años atrás en Viedma y desde la frialdad que define sus reflexiones, el senador Miguel Pichetto.

Y mayor dosis de calvario hay cuando desde la misma conducción del partido se falta el respeto a la masa del peronismo Porque es una falta de respeto que desde ese escalón y a un mes de las elecciones, no haya el menor intento de explicación de la derrota. Una más en dos décadas de perpetuo naufragio.

Nadie con poder en el partido ha tenido la delicadeza de una explicación. Cero autocrítica. Ni siquiera poner a rodar planos de reflexión para alentar el desmalezamiento de lo sucedido.

Ante tanta carencia de sinceramiento, el humilde militante está boyando.

Igual que esos miles de seres que, por las razones que sea, siempre votan al peronismo.

A unos y otros, la conducción y grandes tramos de la dirigencia los tratan en términos de "batallón castigo" Casi como diciéndole:

- Tu destino es perder... ¿qué me pedís explicaciones?... correte!...

Así, como a una escoria.

Carlos Torrengo

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