Piden dos años para ex jefe de una alcaidía

El ex comisario Gabriel Capsi está acusado de tratos inhumanos

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El fiscal Carlos López consideró que estaba debidamente acreditado que el ex comisario Gabriel Capsi había impuesto un trato inhumano y mortificante a dos internos mientras ejercía la jefatura de la alcaidía local, y pidió que lo condenen a dos años de prisión en suspenso y lo inhabiliten por el doble de tiempo para ejercer funciones policiales.

El resultado de esta causa puede tener incidencia en la que deberá enfrentar el mes próximo por fraude al Estado y reducción a la servidumbre de otros cuatro internos, a los que habría hecho trabajar en la construcción de su vivienda sin abonarle salarios, utilizando materiales de la alcaidía.

La causa que se está llevando adelante se originó el 28 de abril de 2001, luego que el interno Pablo Aguayo fuera sancionado por insultar a un oficial, y recluido durante siete días en la celda 24 de la alcaidía, de castigo o aislamiento, de acuerdo a la acusación o a la defensa. Según su denuncia, el primer día estuvo desnudo, sólo le dieron de comer tres días, no lo dejaron higienizarse porque el lavabo estaba inutilizado y los sanitarios también, y careció de jabón, toalla, papel higiénico y colchón, además de no tener luz ni calefacción.

Aguayo también expuso que no había sido notificado de la sanción, y que durante esos días no lo había revisado el médico policial, ni le permitieron consumir los alimentos que le llevaban sus familiares. La sanción que sufrió otro interno, Nelson Robaina, abonó la causa, porque también fue alojado en la celda 24, de aislamiento, por haber insultado a un celador que no le había facilitado una cama. Esa sanción se interrumpió por la inspección que realizó el juez César Lanfranchi, quien ordenó que cesaran las sanciones y prohibió "la utilización para privación de libertad de personas en las celdas 24 y 25 de la alcaidía local, siquiera en mínima medida". Lanfranchi dijo haber comprobado que la celda estaba helada, que no había iluminación ni calefacción y que el interno estaba "acurrucado sobre un colchón dispuesto encima de una cama metálica, temblando, bajo una manta harapienta".

En su alegato, el fiscal López criticó a los funcionarios de la alcaidía que al declarar ante la audiencia de debate definieron a la celda 24 "como un hotel tres estrellas, porque todos conocen las condiciones deplorables de la alcaidía, y en este caso lo comprobó un juez".

López reconoció que en una alcaidía debe dispensarse "cierto trato riguroso", porque en ella se alberga a "individuos que han roto el contrato social", pero advirtió que no era posible exceder los límites que impone la Constitución.