El alocado baile sobre la ruta de dos borrachos que terminaron presos

Estacionaron sobre la banquina en Cipolletti, empezaron a hacer piruetas mientras los autos volanteaban para no chocarlos y matarlos. Hasta pelearon a trompadas con la policía.

La primera "pista de baile" que eligieron los jóvenes fue la rotonda que une las rutas 22 y 151, en Cipolletti.

CIPOLLETTI (AC).- Salvando las distancias y las particularidades, el baile de dos enamorados en la proa del mítico transatlántico Titanic que se iba inexorablemente a pique se reprodujo en Cipolletti, pero sobre la ruta 22 y de parte de dos hombres potenciados por abundante ingesta alcohólica. Según informó la policía, antes de ser detenidos pudieron perder sus vidas o quedar malheridos, porque de milagro no los atropellaron.

En la mañana de ayer, entre las 8 y las 8.30, alcoholizados al extremo, dos sujetos no tuvieron mejor idea que dejar un viejo Peugeot 505 que en algún momento fue verde en la banquina y ponerse a saltar y dar vueltas, sobre dos tramos distintos de la ruta 22.

Todo como si estuvieran en la pista de un boliche, pero en el medio de la peligrosa calzada, mientras a centímetros pasaban los vehículos haciendo malabares para no llevárselos por delante.

Primero lo hicieron en el área de la rotonda de la 22 con la nacional 151 y luego un poco más allá del acceso Toschi, el del típico arco de bienvenida a la ciudad.

Cuando en la comisaría Cuarta se recibieron llamadas alertando sobre el insólito "baile de la muerte" que ejecutaban estos individuos -de 25 y 28 años- salió una comisión a rastrearlos.

Encontraron el Peugeot con un sujeto aparentemente adormilado en su interior a unos 2.000 metros del acceso Toschi en dirección a Fernández Oro. El otro andaba caminando en las inmediaciones.

Un uniformado se acercó para identificarlo y el hombr desde adentro del vetusto Peugeot le descargó una trompada en el rostro que lo tomó de lleno, y lo volteó. De inmediato, en medio de forcejeos, porque el agresor, con fuerte olor etílico, estaba exaltado, los policías lo redujeron y lo ubicaron en un móvil.

Casi paralelamente vieron que se acercaba el restante, caminando, perdido, por la banquina, igualmente alcoholizado, y procedieron a detenerlo, sin que mediara resistencia.

Ahora el golpeador está preso en la Cuarta por resistencia a la autoridad -hay ya una causa en el juzgado Penal 21- y una contravención por ebriedad. Su compinche de bailanta rutera sólo tiene una contravención, también por exceso de al cohol.

El remate de las actuaciones policiales de la madrugada de la víspera, aparte de reducir a exaltados jóvenes también con bastante alcohol encima, fue con "picadores" urbanos, pues otra patrulla de la Cuarta detuvo al conductor de un vehículo VW Gol que a toda marcha circulaba en contramano por calle España hacia 9 de Julio, junto con tres o cuatro jóvenes. Se supo que el que iba al volante del auto "contendor", al ver que los policías detenían a su ocasional adversario, habría dejado la "picada" acelerando a fondo, con rumbo desconocido.