Juzgan a detenidos por el robo a una chacra

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- A partir del próximo martes y durante tres jornadas, la Cámara Segunda del Crimen comenzará a debatir una sonada causa, con tres detenidos y 17 testigos, que se originó luego que cuatro sospechosos asaltaran a los propietarios de la chacra "La Ponderosa" y fueran detenidos más tarde, luego de una espectacular persecución.

A los imputados, Claudio Javier Romero y Ariel Adrián Achram, ambos de 25 años, y Edgardo Rodrigo Figueredo, de 20 años, les atribuyen que a las 20.30 del 11 de diciembre de 2002, junto a otra persona que no pudo ser identificada, ingresaron a la chacra de la familia Lowther, ubicada sobre la ruta 237, a 7 kilómetros de la ciudad, y amenazaron con armas a todos los presentes con el afán de llevarse cuanto hubiera de valor.

Después de golpear a los propietarios y a su hija, de maniatarlos y amordazarlos con una cinta de embalaje, los delincuentes se apoderaron de unos 500 pesos en efectivo, de cencerros, campanas, ceniceros de bronce, un par de mocasines y algunas alhajas, y escaparon a bordo del utilitario Volkswagen Caddy con el que habían llegado al lugar. Unos minutos más tarde, en un espectacular procedimiento que incluyó zambullidas en el arroyo Ñireco y en las aguas del lago Nahuel Huapi, la policía pudo detener a tres de los cuatro asaltantes, gracias a que dos niñas de 7 y 8 años, nietas de los dueños de casa, al advertir la situación corrieron 400 metros hasta la casa de un vecino para pedirle que llamara a la policía desde su teléfono celular.

Ese llamado puso en alerta a todos los patrulleros, y la posterior descripción del vehículo en que huían permitió que los interceptaran al llegar al semáforo del barrio Ñireco.

Conforme al testimonio brindado a "Río Negro" por Carol Lowther, hija de los damnificados, dos sospechosos ya habían estado en "La Ponderosa" el domingo anterior, bien entrada la noche, para comprar dos frascos de dulce, de los que fabrican sus padres con su propia cosecha de frutas. Con la misma excusa, ingresaron a la chacra a las 20.30 del miércoles, en una camioneta con un logo del Correo Argentino, pero luego de solicitar los dulces sacaron a relucir sus armas y exigieron a los Lowther todo el dinero que tuvieran. Los presuntos clientes pasaron de la amabilidad a la violencia en pocos segundos, y las dos hijas de Carol aprovecharon una distracción para correr 400 metros, hasta la vivienda de los Chiguay, y avisar a la policía.