Los caballos sueltos suman peligro en la ruta 151

Los animales no tienen marcas y cerca de Catriel hay varios campos sin alambrados

CATRIEL (ACA).- Transitar por la ruta 151 es una verdadera amenaza a la seguridad de los automovilistas. Es que permanentemente, los caballos suelen cruzar la cinta asfáltica, lo que le agrega una cuota más de peligro a la ya por si deteriorada ruta.

"Ahora, con la sequía, ya no pasan de a uno o de a dos. Suelen ser tropillas enteras las que cruzan buscando el río para beber agua. Apenas nos avisan, vamos al lugar y tratamos de correrlos campo adentro. Pero cuando pasan las tropillas en busca de agua, vamos y no las encontramos porque no se quedan en el lugar", dijo Miguel Angel Hawrylac, jefe del destacamento de Seguridad Vial Puente Dique.

Los animales que ponen en riesgo la vida de los automovilistas, no podrían salir de los campos si los alambrados no estuvieran deteriorados, aunque en algunos casos ni siquiera existen. A esto se le suma que la mayoría son los denominados "orejanos", es decir que no tienen marca alguna, por lo cual no se puede determinar quien es el dueño para multarlo, o lo que es peor, para que se haga responsable en el caso de algún accidente.

Según viejos vecinos de la localidad, años atrás empresas petroleras se reunieron con algunos dueños de campo proponiéndoles proveerles de algunos caños para que reparen el alambrado, pero la idea nunca se llevó a cabo por falta de interés, según razonan los vecinos.

Afortunadamente, en los últimos tres años, según la información policial, no se han registrado accidente importantes que tengan como causa animales. Pero el riesgo está latente y a toda hora.

La ley 532, en su artículo 84 inciso "B", establece una multa o prisión según determine el juez de paz, para quien permita que sus animales anden sueltos fuera de los límites de su campo en caminos públicos donde se ponga en riesgo la seguridad de terceros Pero a pesar de que reiteradas veces les toca a los agentes de policía hacer arreos a pie, esto no se cumple porque nunca se sabe de quién son los animales. En la zona, se dispone de un lugar municipal para secuestrar a aquellos animales que se puedan atrapar en la ruta. Pero lo que parecería ser una solución también tiene sus bemoles, dado que el secuestro implica cuidar y alimentar en buena forma a estos animales, gasto que no está previsto tanto en insumos como en recurso humano para dedicarlo a tal fin.

A pesar que es difícil encontrar a los dueños de los animales, mucho más fácil es saber de quién es cada campo que está al borde de la ruta cuyos alambrados están en mal estado o en muchos casos ausentes, que es verdaderamente el principal riesgo por donde tarde o temprano se escapará algún animal. Tampoco esta medida se ha tomado y el riesgo sigue siendo de quien transita. Paradójicamente, en ese margen de riesgo están incluídos los propietarios de campos.