Miércoles 15 de octubre de 2003 | ||||
Varios heridos en salvaje asalto a una despensa Actuaron dos delincuentes armados. Le gatillaron a un empleado, que esquivó la bala y le dio a un repartidor. A un chico le abrieron una herida en la cabeza de un culatazo. Fue en Neuquén.
NEUQUEN (AN)- Dos delincuentes cometieron ayer un violento asalto en una despensa del barrio Hipódromo, hirieron de bala a un repartidor, le gatillaron en la cabeza a un empleado y le abrieron una profunda herida en el cráneo a un chico de 12 años. La Policía realizó dos allanamientos y secuestró una camioneta, pero no logró detener a los asaltantes. El gravísimo episodio se enmarca en un recrudecimiento de la inseguridad en esta capital Ocurrió alrededor de 13.15 en una despensa ubicada en la calle 3, manzana 12 de ese barrio del oeste neuquino. Los dos asaltantes actuaron armados, a cara descubierta, y primero encararon a un repartidor de gaseosas. Las víctimas del hecho relataron a "Río Negro" que los delincuentes se metieron en el interior del mercado, donde había más personas, y aunque el repartidor les entregó de inmediato todo el dinero que llevaba encima, "ellos querían más y empezaron a pegarle". No fue el único que sufrió la ira de los atacantes: un chico de 12 años que recién salía de un comedor ubicado enfrente recibió un culatazo en la cabeza que le provocó un profundo corte. Fue atendido en el hospital Neuquén. Por otra parte, un empleado del negocio la pasó muy mal cuando uno de los asaltantes -que sería menor de edad- esgrimió un cuchillo e intentó apuñalarlo. "El pobre hombre agarró una bolsa de carbón y con eso paraba las puñaladas que el otro le tiraba como loco", señalaron los testigos. Después el hombre cayó al piso, donde el otro asaltante -que aparentaba tener más de 40 años- le dio una feroz paliza. Lo peor fue que "le apuntó a la cabeza con el arma y gatilló dos veces, pero la bala no salió". El delincuente insistió y gatilló una vez más, y esta vez el arma disparó. "Pero justo en ese momento el hombre alcanzó a hacer a un lado la cabeza, y entonces el balazo le pegó en la pierna al repartidor". Al parecer los sujetos se ensañaron con el hombre porque no les quiso entregar un reloj, mientras que la agresión hacia el repartidor fue porque tenía una riñonera en la que pensaron que ocultaba más dinero. "El muchacho les decía que no tenía más, pero los tipos no le creían y le siguieron dando". Las víctimas no se explican por qué tanta violencia. "Para mí no estaban drogados ni borrachos. Perdone la palabra, pero para mí lo hicieron de hijos de puta nomás", señaló uno de los empleados del mercado. Aprovecharon para reclamar mayor presencia policial en el barrio "Acá nunca ves un patrullero, y a veces llamás a la comisaría y no te atienden, parece que desconectan el teléfono". El personal de la comisaría 18 realizó dos allanamientos en el barrio Cuenca 15, ubicado a pocas cuadras. Allí secuestró una camioneta F-100 blanca con cúpula en la que, según algunos testigos, habrían huido los asaltantes. La someterán a peritajes buscando huellas dactilares.
Los vaivenes en la seguridad NEUQUEN (AN).- Hubo un tiempo en que la seguridad descendió como una lluvia oportuna sobre esta capital, en la que el delito nunca fue un problema menor. Pero se evaporó en las últimas semanas, y los asaltos a mano armada volvieron con toda su furia. El remanso de tranquilidad se vivió justo antes de las elecciones provinciales. En ese período, el gobierno dispuso recargar de servicio a todo el personal policial y las calles se vieron inundadas de efectivos abocados a tareas de prevención. Sólo durante la campaña electoral De esta manera, se contuvo un fenómeno que amenazaba convertirse en tema de campaña: julio y agosto habían sido meses de pesadilla en materia de seguridad, con casos violentos y escalofriantes que atemorizaron a la sociedad. La curva delictiva descendió abruptamente y se mantuvo en una tranquila meseta justo hasta la fecha de las elecciones. Después del 28 de setiembre la presencia policial en las calles fue menguando, y en los últimos días retornaron los asaltos audaces (a una obra social a 50 metros de la comisaría Primera), ingeniosos (a una firma de venta de computadoras) y violentos (ayer, en barrio Hipódromo). Estos vaivenes ponen en duda si la seguridad es, para el Poder Ejecutivo, un asunto de Gobierno o de simple oportunismo electoral.
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