Audaz asalto a 50 metros de una sede policial

Tres delincuentes de traje entraron en una obra social, en Neuquén. Parecían expertos, pero fallaron porque buscaban una inmobiliaria.

El asalto ocurrió a media mañana y dejó al desnudo una falla en la prevención en la zona céntrica de la ciudad.

NEUQUEN (AN)- Tres delincuentes, vestidos de saco y corbata, que hicieron gala de elegantes modales, asaltaron ayer una obra social empresarial ubicada en pleno centro de la capital, a media cuadra de una manzana ocupada por la comisaría Primera, el departamento Delitos y la división Homicidios. Aunque demostraron una gran profesionalidad, cometieron un error decisivo: se equivocaron de lugar, ya que al parecer su intención era robar una inmobiliaria.

"Sabemos que estamos a 50 metros de la policía; no hagan nada, entreguen toda la plata y nos vamos en cinco minutos", le dijo uno de los delincuentes a su víctima, mientras le apuntaba con una pistola en la cabeza.

Para el empleado fue uno de los momentos más terribles de su vida, y los cinco minutos resultaron eternos. "Me gatillaba en la cabeza, me decía que le dé la plata de las expensas o me mataba. Yo no sabía cómo explicarle que nosotros no manejamos dinero y menos de expensas", señaló la víctima en diálogo con "Río Negro".

El asalto ocurrió ayer alrededor de las 10 en la obra social "Acción Social de Empresarios", ubicada en Córdoba 288. Allí llegaron los tres delincuentes, que al principio no despertaron las sospechas de los tres empleados, dos hombres y una mujer.

"Pasaban perfectamente por alguien de nivel gerencial", indicó el testigo que habló con este diario. "Vestidos con saco y corbata, maletín, facheros. Uno solo usaba lentes oscuros pero se los sacó al entrar. No tenían problema en mostrar la cara, aunque después nos pidieron que no los miráramos".

Una vez en el interior del local, los sujetos exhibieron armas de fuego y exigieron dinero. "Es evidente que tenían el dato equivocado", razonó un vocero policial.

"Preguntaban por un tal Marcelo, querían saber cuándo llegaba, pero acá no trabaja nadie con ese nombre", indicó el testigo. "También querían la plata de las expensas. Supongo que querían asaltar una inmobiliaria, pero nosotros somos una obra social y no manejamos dinero, menos de expensas".

Aunque los asaltantes se manejaron con aplomo, empezaron a ponerse nerviosos cuando se dieron cuenta de que allí no había ni dinero ni ningún Marcelo. Intimidaron a los empleados, al que habló con "Río Negro" le gatillaron en la cabeza sin que salieran las balas y le juraron que lo matarían si no decía dónde estaba la plata.

Cuando se convencieron de que ahí no había nada para robar, maniataron a sus víctimas con alambres que ellos mismos llevaban y los encerraron en la cocina. "Ahora esperen cinco minutos, después pueden desatarse y avisarle a la Policía", fue la última recomendación que hicieron antes de desaparecer sin dejar rastros.

Los investigadores creen que se trata de delincuentes de otra provincia, que desembarcaron en Neuquén y que tenían el dato de que había dinero en alguna inmobiliaria. Por ejemplo, la que está justo al lado de la obra social asaltada.

"Mi hipótesis es que tenían la dirección, que sabían que estaban cerca de la Policía, pero como no conocían bien la cuadra se equivocaron de entrada", señaló un policía.

El asalto provocó una profunda preocupación en las filas policiales porque desnudó una falla importante en los mecanismos de prevención en una de las zonas más sensibles de la ciudad.

Justo a la hora en que ocurrió el hecho, el grueso de los efectivos habían sido destinados a custodiar la Casa de Gobierno, donde se desarrollaba la reunión entre representantes del Ejecutivo y el gremio docente.